El documento tendrá un microchip que contendrá la fotografía, los perfiles biométricos y el registro de las huellas digitales, pero también podría incluir información sobre la salud de su dueño.
La presentación de una nueva cédula de identidad que podría incluir datos médicos, como el grupo sanguíneo, las alergias y las enfermedades congénitas o crónicas, causó hoy polémica en Chile por el uso que se puede hacer de esa información personal.
El Ministerio de Justicia y el Servicio de Registro Civil e Identificación presentaron este jueves los nuevos modelos de cédula de identidad y de pasaporte, que comenzarán a expedirse en 2013, como un gran avance en los métodos de identificación y en las técnicas para evitar falsificaciones.
Una de las principales novedades es que ambos documentos tendrán un microchip que, en el caso del carné, contendrá la fotografía, los perfiles biométricos y el registro de las huellas digitales, pero también podría incluir información sobre la salud de su dueño.
El ministro de Justicia, Teodoro Ribera, explicó ayer que se van a incluir datos importantes para la salud, como el grupo sanguíneo o las alergias, siempre y cuando se trate de información pública o autorizada por sus titulares.
«Lógicamente, esta información tiene que ser pública, como el hecho de ser donante, o bien consentida por las personas, pues las normas de salud son cuestiones privadas», explicó.
Sin embargo, el director del Registro Civil, Rodrigo Durán, reconoció hoy que no conoce con exactitud qué tipo de datos médicos se podrían incluir en la cédula bajo el amparo de la legislación actual, ni cuáles requerirían de la autorización expresa de los ciudadanos.
«Yo entiendo que existan aprensiones. Me comprometo a preparar un informe sobre cuál es la información que el Registro Civil tiene atribuciones para agregar en ese chip», señaló durante un debate en Radio Cooperativa.
Esa información es especialmente sensible en Chile, donde los ciudadanos pueden optar entre el sistema público de salud, en general mal evaluado, y las instituciones de salud previsional (isapres), de gestión privada y que absorben gran parte del mercado.
Las isapres fijan los precios de los planes de salud de acuerdo a la edad, el sexo y las enfermedades congénitas y crónicas de los pacientes, como diabetes o hipertensión.
Esos planes son más caros para los pacientes de más edad, para las mujeres, por el riesgo de que se queden embarazadas o por las molestias asociados a la menopausia, y para los usuarios con problemas frecuentes de salud.
Por otra parte, la licitación de estos nuevos documentos, por 380 millones de dólares, tampoco estuvo exenta de polémica.
En un principio se la había adjudicado la empresa española Indra, pero el Tribunal de Contratación Pública la declaró ilegal y se volvió a realizar el proceso de licitación, que finalmente quedó en manos de la francesa Morpho.
Sin embargo, Indra impugnó esa licitación ante el mismo tribunal al considerar que no se cumplieron con las bases del proceso.
En cualquier caso, será la empresa Sonda quien siga fabricando las cédulas hasta agosto de 2013, por lo que este contrato no entrará en vigor hasta septiembre de ese año.
