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Cacerolazos y barricadas en primera jornada movilización estudiantil

Anoche, numerosas personas salieron a hacer sonar sus ollas y sartenes en la tradicional Plaza Italia, donde primero se realizó un acto cultural y también en la Plaza Ñuñoa, donde finalmente la cita terminó disuelta por el chorro del carro lanza-agua de Carabineros.


Con ‘cacerolazos’ en la capital y barricadas aisladas culminó ayer la primera de dos jornadas de movilizaciones por el conflicto estudiantil, en la que el Gobierno, además, anunció la aplicación de la Ley de Seguridad del Estado para frenar la violencia de grupos de encapuchados.

Los hechos más graves de esta jornada de movilizaciones, convocadas por los estudiantes en demanda de una educación pública gratuita y de calidad, se vivieron temprano y llevaron al Gobierno a anunciar la aplicación de la Ley de Seguridad del Estado con el fin de frenar la violencia callejera.

Encapuchados quemaron un bus articulado de Transantiago, tras hacer descender violentamente a los pasajeros y al conductor, encender barricadas y enfrentarse con la policía antidisturbios. Aunque la autoridad no entregó una cifra oficial, las emisoras de radios estimaron en unos 70 los detenidos a nivel nacional, entre ellos un fotógrafo de una agencia de noticias.

Los enfrentamientos entre manifestantes, que portaban cócteles molotov, y la policía, que empleó chorros de agua y gases lacrimógenos, se repitieron a lo largo del día en varios puntos de Santiago y dificultaron el tránsito de vehículos.

El ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, criticó con dureza la quema del autobús y anunció una querella criminal invocando la Ley de Seguridad del Estado, que será presentada mañana.

La Ley de Seguridad del Estado, que acarrea un agravamiento de las penas, tipifica entre otros delitos los cometidos contra el orden público mediante «desórdenes o cualquier otro acto de violencia destinado a alterar la tranquilidad pública».

La norma, invocada en numerosas ocasiones durante la dictadura pero también en circunstancias excepcionales por gobiernos democráticos, considera entre los delitos contra el orden público la «destrucción, inutilización, paralización, interrupción o daño de elementos empleados para el funcionamiento de servicios públicos».

Además de lamentar los episodios violentos de esta jornada, el Gobierno, a través del portavoz Andrés Chadwick, aseguró que la convocatoria de los estudiantes fue un fracaso.

Anoche, numerosas personas salieron a hacer sonar sus ollas y sartenes en la tradicional Plaza Italia, donde primero se realizó un acto cultural y también en la Plaza Ñuñoa, donde finalmente la cita terminó disuelta por el chorro del carro lanza-agua de Carabineros.

Se levantaron barricadas y fogatas en la avenida Lo Errázuriz, Huérfanos con Brasil y Alameda con Ecuador, zonas donde carabineros debió desviar el transporte colectivo para que no fuera atacada por encapuchados.

En la combativa y emblemática Villa Francia, se registraron anoche los más violentos incidentes donde carabineros utilizó todos gases lacrimógenos y el carro lanza-agua para evitar que encapuchados atacaran una estación de gasolina.

Asimismo, Radio Bíobio informó de desórdenes en los municipios aledaños de Quilicura, Maipú, Pudahuel y Cerrillos, donde también se levantaron barricadas.

El paro de dos días que termina este miércoles ha sido convocado por los estudiantes, movilizados desde hace cinco meses, y está apoyado por la Central Unitaria de Trabajadores, la principal central sindical del país, y otras organizaciones sociales.

En esta oportunidad, la intendencia metropolitana de Santiago, autorizó dos de las cuatro marchas que pretendían realizar los estudiantes. No obstante, en las dos marchas los jóvenes podrán caminar algunas manzanas por la Alameda, la principal arteria de Santiago.

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