Aún así la investigación deja ver la participación ciudadana chilena como una de las menos colaborativas de la región (situación provocada, en parte, al sistema electoral binominal) una exorbitante desigualdad social, una descentralización que sólo se ha logrado parcialmente, además de la poca adaptabilidad que han tenido los partidos políticos a las nuevas demandas de la ciudadanía.
Chile se encuentra liderando el ranking de los últimos 10 años de la medición del Índice de Desarrollo Democrático de América Latina, realizado por la consultora PoliLat, Fundación Konrad Adenauer y presentado en Chile por el Centro Democracia y Comunidad (CDC).
De acuerdo al informe que se presentó por primera vez en el país, Chile junto con Uruguay y Costa Rica son los países que encabezan el nivel más alto de desarrollo democrático en Latinoamérica.
La actividad contó con la participación del ministro secretario general del Gobierno, Andrés Chadwick, el senador y presidente de la Democracia Cristiana (DC), Ignacio Walker y el sociólogo y doctor en ciencias políticas, Ernesto Ottone, quienes fueron los encargados de comentar el estudio y responder las preguntas de los invitados.
El IDD-Lat es un índice diseñado para medir el desarrollo democrático de los países latinoamericanos. Considera indicadores agrupados en cuatro dimensiones que miden: la Legalidad del Régimen Democrático, Respeto de los Derechos Políticos y Libertades Civiles, Calidad Institucional y el grado de Eficiencia Política y el ejercicio de Poder Efectivo para gobernar.
El estudio evalúa 18 países: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.
El IDD-LAT consideró las siguientes dimensiones: legalidad del régimen democrático, respeto de los derechos políticos y libertades civiles, calidad institucional y el grado de eficiencia política y el ejercicio de poder efectivo para gobernar. El estudio también considera dos índices parciales que miden el respeto de los derechos políticos y libertades civiles y calidad institucional y eficiencia política, dimensiones en las cuales Chile presenta resultados superiores a todos los demás países con 9.8 puntos, superando a Costa Rica y Uruguay que obtuvieron 9.0 puntos de un máximo de 10.
Si bien el estudio posiciona en 2010 a Chile en el primer lugar, el IDD-LAT sindica una situación paradójica por la cual estaría atravesando el país, al parecer el elevado grado de consolidación de la democracia y el crecimiento económico no han ido avanzado conjuntamente con la satisfacción pública y aprobación del sistema político, tanto de gobierno como de la oposición.
El estudio destaca el alto nivel de inconformismo que existe en la población chilena frente a temas como el mejoramiento de la institucionalidad del país y la gobernabilidad a nivel nacional y local. Asimismo la investigación deja ver la participación ciudadana chilena como una de las menos colaborativas de la región (situación provocada, en parte, al sistema electoral binominal) una exorbitante desigualdad social, una descentralización que sólo se ha logrado parcialmente, además de la poca adaptabilidad que han tenido los partidos políticos a las nuevas demandas de la ciudadanía y un poder ejecutivo que sigue siendo excesivamente dominante en el sistema político.
