Durante su exposición, el secretario de Estado se refirió a los avances este año en materia de educación preescolar, destacó la necesidad de «cambiar las estructuras» para llevar adelante el proceso de desmunicipalización y dejó para el final su evaluación del movimiento estudiantil, indicando que «la gran expectativa que uno puede tener para 2012 es que, junto con la recuperación de los derechos que vivimos este año, sea la recuperación de los deberes”.
Con un sentido agradecimiento a quienes trabajaron junto a él en el Ministerio de Educación durante este año, el ministro de la cartera, Felipe Bulnes Serrano, finalizó su cuenta pública que se prolongó por alrededor de 45 minutos y que se realizó en el salón Montt Varas del Palacio de La Moneda.
En la oportunidad hizo un recorrido por los objetivos cumplidos en 2011, los que a su juicio mejorarán la educación chilena en los próximos años, como por ejemplo el avance que este gobierno generó en la educación preescolar, pese a las críticas que expertos le han hecho al gobierno respecto de la poca importancia que se le ha dado a este nivel de la educación.
También destacó que, gracias a las becas para los estudiantes de pedagogía, este año 3.200 alumnos de estas carreras ingresaron con más de 600 puntos, lo que constituye el mejoramiento también de la calidad del profesorado. Junto con ello recordó que a partir de ahora los directores de los colegios serán elegidos a través de la Alta Dirección Pública, pero aclaró que junto con esta mayor exigencia, tendrán más atribuciones.
Respecto de la educación pública, Bulnes subrayó que de aquí a 2012 habrá 60 liceos bicentenario en el país, los que destacan por su nivel de excelencia, y no dejó pasar la oportunidad para destacar el significativo aumento de las subvenciones escolares que van en beneficio de los estudiantes más vulnerables.
También se refirió al proyecto de desmunicipalización de la educación pública, asegurando que “no se pueden cambiar los estándares si no se está dispuesto a cambiar las estructuras. Creemos que llegó el momento de cambiar las estructuras”, porque a su juicio, los municipios ya no están capacitados para llevar sobre sus hombros la carga de la educación.
Como un capítulo aparte, casi al final de su exposición, Felipe Bulnes se refirió a la educación superior y al conflicto estudiantil que marcó el año 2011. Si bien subrayó los avances que el gobierno ha generado en este ámbito de la educación, aumentando las becas para los estudiantes que, según recalcó, antes no tenían acceso a nada, advirtió que este mismo sistema será aplicado próximamente a las universidades privadas, terminando con las diferencias que en ese aspecto han existido hasta ahora.
Y recalcó que “la gran expectativa que uno puede tener para 2012 es que, junto con la recuperación de los derechos que vivimos este año, sea la recuperación de los deberes”, aludiendo al conflicto estudiantil que, según se especula, tiene agotado al ministro y el motivo por el que estaría dejando el gabinete.
Notoriamente afectado por el tema, pero sin perder su ya reconocida serenidad, agregó que para que los estudiantes “le den coherencia a todo esto, deben responder con su derecho de misión a los deberes (…) Todo lo que hemos vivido va a tener sentido en la medida que ellos (los estudiantes) puedan responder a los deberes. Lo que hemos vivido este año, lejos de ser una amenaza, ha sido un desafío”, concluyó.
Justo antes de referirse a los hechos que no sólo marcaron la gestión del ministerio durante este año, sino que también la propia, Bulnes agradeció “sinceramente a todos los miembros del ministerio por su esfuerzo infatigable durante todo el año”, lo que fue interpretado por algunos de los numerosos asistentes a la cuenta pública casi como una despedida.
Concluida su exposición, y luego de saludar a muchos de los asistentes y tomarse unas fotos y sostener una larga charla con los rectores de la Pontificia Universidad Católica, Ignacio Sánchez, y de la Universidad Adolfo Ibáñez, Andrés Benítez, Bulnes evitó a la prensa que lo esperaba retirándose discretamente por un costado del salón.
