El otrora subversivo que fue condenado a mediados de los ochentas por el atentado al general (r) Carol Urzúa y su comitiva acompañó el miércoles a un grupo de parlamentarios de oposición en la presentación de un proyecto de ley para terminar en el país con la pena de extrañamiento.
El jefe de bancada de Renovación Nacional (RN), Cristián Monckeberg, anunció que junto a la bancada de la Unión Demócrata Independiente (UDI), recurrirán a la comisión de Ética para que revise la situación de los legisladores que invitaron al Congreso al ex miembro del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), Hugo Marchant, quien cumple pena de extrañamiento por el atentado contra el ex intendente de Santiago, Carol Urzúa, pero se encuentra en el país con permiso de la Corte Suprema por razones humanitarias.
Marchant acompañó el miércoles a un grupo de parlamentarios de oposición en la presentación de un proyecto de ley para terminar en el país con la pena de extrañamiento.
Sobre la presencia de Marchat, Monckeberg manifestó que «hay un doble estándar tremendo», agregando que «lo que se hizo ayer es pasear a un asesino a vista y paciencia del Congreso y además alentado por parlamentarios de esta corporación».
«Es una vergüenza y no puede volver a repetirse. Es una persona que tiene condena vigente en Chile y si entró es por razones humanitarias para temas específicos, no para venir a pasearse al Congreso, no para ser recibido con alfombra roja ni como héroe. Nos da vergüenza principalmente por la familia de Carol Urzúa», sostuvo.
Frente a esta situación, el diputado de RN anunció que «vamos a recurrir a la comisión de Ética para que revise la situación de los parlamentarios y si se vulneró el código de conductas de la Cámara, y la Corte Suprema tendrá también que evaluar su resolución, porque el permiso se dio por razones humanitarias pero no puede ocurrir que esto se transforme en un show mediático, un paseo de un asesino en el Congreso».
Sobre el mismo tema, el presidente de la Corporación, diputado Patricio Melero (UDI) dijo que «no hay ningún aspecto que impida que concurra al Congreso y se desplace por donde estime necesario, lo que resulta irritante y una incoherencia es que una persona que ingresa al país por razones humanitarias venga al Congreso, se reúna con parlamentarios y haga una conferencia para referirse a iniciativas de ley, en circunstancias que está cumpliendo una pena de extrañamiento por asesinato».
«Me parece una imprudencia irritante y una incoherencia en materia de Derechos Humanos», sentenció el parlamentario.
