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La Moneda apuesta por dividir al movimiento y personalizar en dirigentes estudiantiles intransigencia ante posible diálogo Guiños públicos a propuesta de la Cones busca encapsular a sector más radical

La Moneda apuesta por dividir al movimiento y personalizar en dirigentes estudiantiles intransigencia ante posible diálogo

Cambió el discurso. De apostar al desgaste natural del movimiento, los dardos del gobierno hoy apuntan a dirigentes como Eloísa González o Gabriel Boric. Además pretende debilitarlo, al apoyar a una parte de los secundarios e ignorar completamente el petitorio de la ACES. Pero los estudiantes acusaron el golpe y buscarán darle unidad al discurso e insistir en sus demandas.


Si en los meses anteriores la estrategia desde La Moneda apostaba al desgaste natural del movimiento estudiantil y remitir toda posible solución a los proyectos de ley que se encuentran en trámite en el Congreso, ahora se evidencia un ajuste en el diseño para enfrentar las nuevas movilizaciones. A todas luces la idea es personalizar en los dirigentes estudiantiles —como Gabriel Boric y Eloísa González— el entrampamiento de una posible solución y, de paso, instalar la duda sobre la representatividad real que tienen los líderes secundarios y universitarios.

La semana pasada el escenario de reanudación de tomas de colegios emblemáticos y desalojos complicó a La Moneda, ya que a contrapelo el conflicto estudiantil copó nuevamente la agenda. Es más, las críticas del alcalde de Santiago, Pablo Zalaquett, a la falta de prioridad de La Moneda en la tramitación de los proyectos en el Congreso, instaló una cuña pública en el oficialismo y le arruinó el libreto al gobierno, que desde Palacio se mantenía firme durante el último tiempo.

A ello se suma que había más de una voz en el gobierno que no compartía a cabalidad la decisión de desalojar los colegios, porque consideraban que se entraba en un círculo vicioso del cual veían difícil salir. Las “tomas fantasmas” y el hecho que después de los desalojos, los estudiantes volvían a tomarse los colegios —criticaron—, dejaba en un pie bastante debilitado a la autoridad y a Carabineros.

Por eso, ayer el despliegue fue distinto. Hubo un solo discurso, alineado y compacto en el gobierno, sin salidas de libreto, partiendo por el Presidente Sebastián Piñera y siguiendo con los ministros que se refirieron al tema: endosar la intransigencia ante un posible diálogo a los dirigentes estudiantiles. “Nosotros no somos los que estamos entorpeciendo el diálogo, estamos disponibles desde el primer día», dijo el ministro de Educación, Harald Beyer, en una suerte de balance de la jornada de movilizaciones que realizó desde La Moneda.

Horas antes, durante la mañana, y en el marco de una actividad relativa al informe del PNUD sobre la felicidad de los chilenos, Piñera aprovechó de reforzar la idea sentenciando que «en estos días en que se habla tanto de paros, de tomas o de que el Gobierno no estaría escuchando, este Gobierno escucha con mucha atención lo que dicen los ciudadanos, todos, no solamente los que marchan y hacen tomas».

La premisa es tomar distancia de la imagen de una Moneda que cierra la puerta a los estudiantes y el matiz radica en no generalizar las críticas en todo el movimiento, sino que centrarlas en la “debilidad y falencias” de los actuales dirigentes. «Hoy día esas demandas impositivas de muchos dirigentes estudiantiles sencillamente no tienen cabida entre los estudiantes del país. Muchos estudiantes quieren diálogo, pero son los dirigentes los que han insistido en una imposición de propuestas que no generan suficiente consenso en el país», recalcó el ministro Beyer.

[cita] Sin mencionarlos directamente, los dardos de La Moneda claramente están dirigidos a Boric y González, los rostros del sector más “duro” del movimiento. El despliegue de reacciones oficiales ayer tuvo mucho de cuestionamiento al tipo de liderazgo que ejercen ambos, para sembrar la duda de si efectivamente reflejan las demandas de la mayoría. “De parte del alcalde Zalaquett también hubo ataques para el dirigente del Instituto Nacional, Gabriel González”, cuenta un dirigente estudiantil.[/cita]

Sin mencionarlos directamente, los dardos de La Moneda claramente están dirigidos a Boric y González, los rostros del sector más “duro” del movimiento. El despliegue de reacciones oficiales ayer tuvo mucho de cuestionamiento al tipo de liderazgo que ejercen ambos, para sembrar la duda de si efectivamente reflejan las demandas de la mayoría. “De parte del alcalde Zalaquett también hubo ataques para el dirigente del Instituto Nacional, Gabriel González”, cuenta un dirigente estudiantil.

Beyer fue contundente en esta línea. “Los estudiantes no están siguiendo a sus dirigentes estudiantiles masivamente, porque se dan cuenta de que no hay real voluntad de diálogo (…) porque se comienza a notar una cierta intransigencia», destacó.

Así, la palabra “minoritario” estuvo a la orden del día entre las autoridades, lo mismo que calificativos como “pequeñas manifestaciones” y “grupos chicos”, con lo se pretende que Boric y González queden encapsulados en esta etapa de menor convocatoria del movimiento en relación a la movilización del 2011.

El propio Presidente puso el acento en ello cuando destacó que «en nuestro país hay 11 mil escuelas, entiendo que hoy hay nueve instituciones en toma, eso es menos del 0,1% y, por tanto, si bien escuchamos a ese 0,1%, con mucha mayor razón escuchamos al 99,9% restante, que lo que quiere es estudiar».

En Palacio tomaron especial nota de la reunión de la Confech en Ercilla hace quince días, donde se analizó la violenta manifestación en la Alameda, que terminó con buses quemados, acusaciones de montajes, explicaciones de todos lados y críticas por parte de algunos ex dirigentes, como Giorgio Jackson, por la pérdida de rumbo del movimiento. Para el gobierno, los actuales líderes no han tenido la capacidad de llevar adelante lo acordado en esa cita de querer darle un giro a las movilizaciones, retomar el sello más “creativo” de las protestas para recobrar la masividad de las convocatorias. Esa es la hebra que están tomando en el gobierno desde ayer.

Divide para gobernar

En cada proyecto complejo que La Moneda ha llevado al Congreso, la estrategia gubernamental —más que generar amplios consensos políticos— siempre ha apuntado a conseguir el par de votos que hacen falta para lograr aprobar sus iniciativas. La tesis de dividir para gobernar no es descubrimiento de la administración Piñera, pero sí es cierto que es una de sus preferidas.

Con los estudiantes y a la luz de este nuevo esquema que se vislumbra, todo indica que se está recurriendo a ella nuevamente, en especial con los “guiños públicos” que desde el gobierno se están dando a la propuesta que el lunes dio a conocer la Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios (Cones). De la mano con recalcar que la mayoría de los estudiantes no está siendo representado por sus dirigentes, el ministro Beyer consideró que ese documento “es distinto a lo que nosotros hemos escuchado” y adelantó que más allá de las diferencias, en dicho texto puede existir un punto de encuentro gobierno-estudiantes.

«Nosotros enviamos un proyecto de desmunicipalización, reconocemos que la municipalización no ha producido los efectos deseados. Algunos de esos lineamientos coinciden con las propuestas que ha hecho la Cones, por tanto, creemos que hay un punto de encuentro», afirmó. Con esas palabras, queda fuera del escenario y, por ende, de cualquier eventual diálogo, la vocera de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), Eloísa González.

“Claramente busca dividir y apoyar a una parte de los secundarios que tienen menos gente en la calle, por ejemplo en Santiago, y que además presentaron un documento mucho más acorde con lo que quiere el gobierno”, cuenta un dirigente.

Efectivamente, el documento de la Cones ha ido perdiendo adeptos con el correr de los días. No sólo entre los propios secundarios, sino también entre los universitarios. Lo mismo pasa entre dirigentes de regiones.

“Es muy tecnócrata, no se hace cargo de la segregación, no acaba con el copago y no soluciona el problema de fondo de la formación docente”, observa un dirigente de Santiago. A pesar de las críticas, el camino es buscar puntos de consensos entre ambos grupos de secundarios: Cones y la ACES; y seguir avanzando en conjunto. De hecho, el sábado 25 de agosto, a las 10 de la mañana en la casa central de la U de Chile —aprovechando la fecha de conmemoración por el asesinato de Manuel Gutiérrez—, se realizará un encuentro de todos los secundarios.

“La idea es ver las proyecciones del movimiento estudiantil, unificar el discurso y enfrentarnos como uno solo al gobierno, que está tratando de decir que estamos desunidos. Queremos dar un golpe mediático para decir que eso no es así”, confirmó Pablo Toro, vocero de la ACES.

Toro igualmente enfatizó que, si bien hay cosas en que no coinciden la ACES y la Cones, hay varios puntos en común que los pueden unir. “Por ejemplo, la desmunicipalización con control comunitario, la gratuidad, la misma gratuidad de la TNE”, resaltó.

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