También advierte que nadie puede quedar “indiferente” frente al hecho que “sólo cuatro de cada 10 ciudadanos inscritos en los registros electorales haya ejercido su derecho a voto”, lo cual consideran que “constituye un signo de vulnerabilidad del régimen político que nos mueve a emprender cambios sustanciales en nuestras prácticas, estilos e instituciones para fortalecer el compromiso del país con la democracia”.
El sector de los denominados “chascones” del Partido Demócrata Cristiano sacó cuentas alegres tras los resultados de las elecciones municipales del domingo, aunque sin ocultar su preocupación por la alta abstención de la jornada y que a su juicio amerita “emprender cambios sustanciales en nuestras prácticas, estilos e instituciones para fortalecer el compromiso del país con la democracia”.
A través de una declaración pública firmada por dirigentes como el ex ministro del Interior Belisario Velasco, y el senador Mariano Ruiz-Esquide, entre otros, los militantes falangistas manifestaron que en los comicios “la ciudadanía dio una potente señal sobre el desempeño del gobierno y de la oposición, así como sobre el funcionamiento de nuestras instituciones políticas”.
Respecto a la menor participación, señalaron que nadie puede quedar “indiferente” frente al hecho que “sólo cuatro de cada 10 ciudadanos inscritos en los registros electorales haya ejercido su derecho a voto”, lo cual consideran que “constituye un signo de vulnerabilidad del régimen político que nos mueve a emprender cambios sustanciales en nuestras prácticas, estilos e instituciones para fortalecer el compromiso del país con la democracia”.
La declaración destaca, eso sí, que igualmente la ciudadanía se pronunció propinándole una derrota al gobierno de Sebastián Piñera y un triunfo a la Concertación, tanto en alcaldes como concejales, en resultados que de paso volvieron a posicionar a la Democracia Cristiana como la principal fuerza política de la centroizquierda.
“Los candidatos de los partidos de la Concertación recibieron el más alto respaldo, que favoreció, principalmente, al pacto formado por la Democracia Cristiana y el Partido Socialista. El apoyo brindado por la ciudadanía a la Democracia Cristiana, la confirma como la primera fuerza política de centro izquierda, y la introduce en un cauce de estabilización electoral tras el persistente declive experimentado durante las dos últimas décadas. Esto nos impone el desafío de reiniciar su recuperación sobre bases más sólidas, y de consolidar sus alianzas políticas para garantizar conducción y gobernabilidad”, sostienen.
La facción de los “chascones” considera que esto no es un “hecho circunstancial” y afirma que “se ha revelado como todo un acierto que el veredicto de las urnas haya premiado con el triunfo a los candidatos que, en general, fueron nominados mediante el procedimiento de primarias al interior de sus partidos y, después, en el seno de la Concertación”.
“Estos comportamientos encierran una clara expectativa de futuro: la gente quiere una nueva política, y quiere que se construya sobre cimientos firmes y seguros, rehusando los caminos de la fragmentación, de la banalización y del conflicto sin horizonte”.
Finalmente hacen hincapié en que se impuso la proyección del bloque “sobre el agorero anuncio de su desaparición. Ha vencido la vocación nacional y popular de la Democracia Cristiana —y con ello su lugar en la coalición de Aylwin, Frei, Lagos y Bachelet—, por sobre las tendencias inciertas y disolutorias”.
Además de los dirigentes ya mencionados, también suscribieron esta declaración Laura Albornoz, Juan G. Espinosa, Ignacio Balbontín, Rodrigo Albornoz, Héctor Escobar, Osvaldo Verdugo, Ricardo Durán, Héctor Gárate, Isabel Flores, Pedro Hernández, Carlos Aparicio, Juan Manuel Sepúlveda y Rodolfo Fortunatti.
