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Bacheletismo dividido por «espolonazo» de Escalona a candidatura de Velasco Tras encuesta CEP ex ministro quedó instalado como segunda opción concertacionista

Bacheletismo dividido por «espolonazo» de Escalona a candidatura de Velasco

Marcela Jiménez
Por : Marcela Jiménez Periodista de El Mostrador
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Una de las características del presidente del Senado es que en términos políticos no da puntada sin hilo. Aunque, a todas luces, la acusación de que Andrés Velasco hace campaña desleal contra Bachelet, está bien cercana al exabrupto y la salida de libreto. En tanto, en el PS no todos están de acuerdo con el golpe que le propinó, generando divergencias que pasan desde considerar que no era necesaria “tanta sinceridad”, hasta quienes apuntan que no es el senador el llamado a poner el dedo en la llaga al ex ministro de Hacienda de Bachelet.


Hace cinco días en una entrevista en El Mercurio, Escalona dijo que hoy no reconoce a Velasco cuando lo escucha y que “cuando las personas han sido cercanas a los líderes y les suponen intenciones que esos líderes no tienen, sin duda, causa daño. Ha hecho una campaña desleal. Porque él conoce y sabe cómo es la Presidenta”. A más de uno en el socialismo se le vino a la mente el fantasma del 2009, cuando el líder de la Nueva Izquierda ninguneó la candidatura de Marco Enríquez-Ominami tratándolo de “Marquito”, con lo cual logró victimizarlo y regalarle una plataforma que cobijó a varios descontentos de la Concertación y, en ese contexto, consideran que solamente le faltó llamar “Andresito” al ex ministro.

Que fue un “error”, una “mala estrategia” de su parte y que no era necesario ser así de “agresivo”, decían distintas voces del propio escalonismo, aunque si coincidían en que el senador no dejó de tener razón en algunas cosas, especialmente cuando en la misma entrevista responsabilizó a Velasco de algunas materias que la administración Bachelet no logró sacar adelante —la Reforma Tributaria, la eliminación del 7 % en salud para los jubilados y el posnatal de seis meses— porque como “autoridad económica fue inflexible en nuestro gobierno (…) fue rígido”.

Así, las discrepancias apuntan más a la forma, porque su líder —reconocen— pecó de exceso de sinceridad y perdió la “mesura” en un momento poco oportuno. Es que con ello se revivieron los temores de estar ad portas de repetir el libreto de los errores cometidos por la Concertación el 2009. La sensibilidad está más a flor de piel, porque los resultados de la última encuesta CEP —dada a conocer ayer— establecieron que Bachelet gana las presidenciales en primera vuelta y deja en un escenario complejo la realización de primarias en la oposición, considerando que ningún candidato de la DC resulta mínimamente competitivo ante la derecha y sólo Velasco, muy atrás, se instala como alternativa a la ex mandataria en la oposición.

“Se hace difícil sostener las primarias así”, reconocen algunos, aunque a reglón seguido acotan rápidamente que éstas se realizarán el 30 de junio sí o sí, “hay que hacerlas, pero cuesta justificarlas con estas cifras”. Es que un 57 % considera que Bachelet debería ser la candidata única, mientras que un 3 % menciona a Velasco y un 67 % dice que votaría por la ex mandataria ante el 6 % que está dispuesto a hacerlo por su ex ministro, mientras que Ximena Rincón saca el 2 % y Orrego un 1 %.

No es casual que el entorno de Velasco en estos días recibiera más de una llamada telefónica dando señales de tranquilidad de parte de dirigentes de la Concertación, con afirmaciones que apuntaban a los dichos del senador PS y que estos no representan el “espíritu” de trabajo que impera en la comisión de primarias de la oposición.

Alianza estratégica

Nadie grafica a ciencia cierta el estado real de la relación que hoy tienen Velasco y Escalona, pero es difícil olvidar que durante el gobierno de Bachelet ambos desarrollaron una alianza estratégica de poder y gobernabilidad, uno como el hombre de las finanzas y el otro como el “factótum” de la mandataria.

[cita]A más de uno en el socialismo se le vino a la mente el fantasma del 2009, cuando el líder de la Nueva Izquierda ninguneó la candidatura de Marco Enríquez-Ominami tratándolo de “Marquito”, con lo cual logró victimizarlo y regalarle una plataforma que cobijó a varios descontentos de la Concertación y en ese contexto, consideran que solamente le faltó llamar “Andresito” al ex ministro.[/cita]

En el PS recuerdan que Escalona fue uno de los más leales con Velasco cuando era ministro de Hacienda y llovían las críticas desde las propias filas de la Concertación. Había un diálogo y coordinación cotidiana, estrecharon lazos al punto de asistir a cumpleaños y matrimonios que protagonizaron en esos cuatro años e incluso actuaron de presentadores recíprocos de ibros que ambos han sacado.

Hasta hace poco, incluso Escalona hablaba públicamente de la legitimidad de Velasco de postularse como abanderado y competir con Bachelet en las primarias. Por eso, el espolonazo cuestionando su lealtad refleja si no un quiebre, al menos, un importante distanciamiento ahora que están en veredas contrarias.

Unos dicen que Escalona quiso “notificar” a Velasco de que no vaya por la senda de ME-O (el 2009) de basar su candidatura en criticar a la Concertación y a Bachelet. Otros añaden que la relación entre ambos no es mala y que lo que sucede es que Escalona “antepone la política a la amistad”.

Que no fue casual que tuviera este exabrupto justo cuando Bachelet aún está en Chile y que criticara a Velasco a pocas semanas de las primarias de la DC el día 19. En ese sentido, se vio una suerte de guiño a Orrego y Rincón, en el entendido que Escalona siempre ha sido un impulsor de la tesis del tronco histórico de la Concertación que conforman el PS y la falange.

En el entorno de Velasco había molestia, porque no fue una crítica cualquiera, sino que provino del presidente del Senado, del líder natural del PS y más encima del brazo derecho en las sombras de Bachelet.

Mientras unos en el PS dicen que no hay que atacar a Velasco, precisamente porque es una alternativa a Bachelet dentro de la oposición, que hay que mirar más allá de la elección de diciembre y que por lo mismo, el ex ministro es parte del capital de la oposición a futuro, otros consideran que no puede entrar en el juego sin recibir críticas.

El vicepresidente del PS, Felipe Barnachea, sentenció que “una persona que quiere ser candidato presidencial no puede pretender ser inmaculada” y acotó que “Velasco está haciendo lo mismo que ME-O el 2009”.

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