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«Síndrome Hinzpeter» persigue a ministro Chadwick tras revés judicial en caso Berkhoff Corte de Apelaciones de Temuco infligió duro golpe a Interior

«Síndrome Hinzpeter» persigue a ministro Chadwick tras revés judicial en caso Berkhoff

Marcela Jiménez
Por : Marcela Jiménez Periodista de El Mostrador
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Tal como en el ‘caso Bombas’, en el arresto de Berkhoff nuevamente los tribunales de justicia le doblan la mano a la acción de La Moneda en estas causas de alta connotación. Eso sí, se sabe que en este punto es difícil que Chadwick caiga en el error de enfrentarse públicamente al sistema de Justicia, como sí lo hizo Hinzpeter el 2012, tensionando la relación con el Ministerio Público.


Aunque se caracterizan por estilos políticos distintos y notorias diferencias en sus gestiones, en La Moneda ha sido inevitable que desde que el ministro del Interior, Andrés Chadwick, anunció el fin de semana la detención de Emilio Berkhoff ronde por Palacio el fantasma de su antecesor, Rodrigo Hinzpeter y los errores que cometió en el manejo del criticado ‘caso Bombas’. El síndrome se hizo más patente ayer, luego que la Corte de Apelaciones de Temuco revocara la prisión preventiva del estudiante de Antropología, provocando una nueva derrota visible a la cartera de Interior en causas de alta connotación pública y política, como es el conflicto de la zona mapuche.

Por teléfono un abogado del ministerio llamó ayer a Chadwick apenas el tribunal de alzada decidió revocar la prisión preventiva establecida a Berkhoff —que inicialmente decretó el juez de garantía— y la sustituyó por medidas cautelares de arresto domiciliario total y arraigo nacional.

Una decisión que en Palacio consideraron “inexplicable”, que en Interior generó frustración y que puso al ministro en el foco de los cuestionamientos por el revés que conlleva esa decisión. Es que si bien el proceso judicial sigue adelante y el Ministerio Público tiene dos meses para investigar y presentar pruebas, es indudable que a ojos públicos la revocación de la prisión preventiva debilita la señal que La Moneda pretendió dar cuando Chadwick precisó en días previos, tras la detención de Berkhoff, que se trataba de “una de las personas más importantes en las organizaciones violentistas y terroristas” de La Araucanía, respaldándose en informes de policía e inteligencia.

Por eso reapareció ayer la sombra del ‘caso Bombas’, que significó un duro revés para el Gobierno y en especial para el Ministerio del Interior. Hinzpeter, entonces, acusó públicamente a los inculpados de asociación ilícita y delito terrorista, lo que nunca se pudo comprobar en tribunales y la causa concluyó a fines del 2012 con la absolución de todos los involucrados, además de la reciente orden de la Sala Penal de la Corte Suprema para que el Estado pague un millón de dólares de las costas del juicio.

Que le pesa el “síndrome Hinzpeter” al ministro Chadwick, le pesa. No es gratuito que ayer precisara que “cuando estamos enfrentando una acción violentista y extremista de la envergadura de la que hemos vivido en La Araucanía, hagamos un esfuerzo en sacarnos la caricatura, ¡aquí no hay ningún ‘caso Bombas’!”.

 ¿Fórmula vigente?

En el gobierno están conscientes que deben andar con pies de plomo en lo relacionado con el conflicto mapuche, dada la sensibilidad del tema y que la línea por la que se debe mover Chadwick es muy, muy delgada.

[cita]Que le pesa el “síndrome Hinzpeter” al ministro Chadwick, le pesa. No es gratuito que ayer precisara que “cuando estamos enfrentando una acción violentista y extremista de la envergadura de la que hemos vivido en La Araucanía, hagamos un esfuerzo en sacarnos la caricatura, ¡aquí no hay ningún ‘caso Bombas’!”.[/cita]

Por lo mismo, se había establecido la fórmula de no acusar de lo que no se puede comprobar empíricamente. Es cierto, Chadwick ha usado frases fuertes como que Berkohff es “un miembro importante de un grupo violento y extremista en nuestro país”, ha afirmado que es uno de los “líderes y operadores importantes en la zona de La Araucanía”, pero en ningún minuto lo ha acusado directamente de los atentados y acciones violentas que se han registrado en la zona el último tiempo.

De hecho, ayer, Chadwick no se retractó de sus palabras en días previos y dijo que “efectivamente he señalado y vuelvo a insistir, el señor Berkhoff sí pertenece a una organización extremista como es la Coordinadora Arauco Malleco, insisto, sí pertenece”.

Sin embargo, acto seguido hizo hincapié en un detalle no menor, casi poniéndose el parche ante la herida de lo que pueda pasar una vez concluido el período de investigación: “Cosa distinta es que en el proceso judicial se pueda, a través del Ministerio Público y a través de las pruebas que acompañe la policía, ir determinando si una persona tiene una participación directa en una situación delictual”.

Ese punto lo precisó en varias ocasiones. “Será en el procedimiento judicial, a través de las pruebas que se puedan establecer, determinar si existen participaciones en hecho específicos (…) lo que nos interesa es que sean los tribunales los que determinen que personas han participado en los actos de violencia en La Araucanía se llamen Juan, Pedro o Diego”, agregó.

En la Moneda saben que es factible que al cabo de dos meses no se logre vincular a Berkhoff. En ese contexto, se asegura que el ministro está consciente y dispuesto “a tragarse” la lluvia de críticas y cuestionamientos que se le vendrán encima de ser así.

Por lo mismo, en Palacio se reconoce que está el “síndrome Hinzpeter” instalado, pero le dan el beneficio de la duda a Chadwick, por las habilidades que se le reconocen para evitar naufragar como lo hizo Hinzpeter. Tienen un mejor manejo político y comunicacional que su antecesor, sabe moverse bien en aguas turbulentas y cuenta con una muñeca política reconocida por moros y cristianos.

Y que no busca instalarse como el “sheriff” de La Araucanía ni ser el “paladín antiterrorismo”, sino que —afirman— el objetivo es debilitar a los grupos más radicales de la zona del conflicto mapuche aprovechando las instancias que surjan. “Si se les detiene por pasarse una luz roja, que se les formalice por eso”, explican en el gobierno, porque lo importante —agregan— es sacarlos de circulación uno a uno.

 La diferencia

Tal como en el ‘caso Bombas’, en el arresto de Berkhoff nuevamente los tribunales de justicia le doblan la mano a la acción de La Moneda en estas causas de alta connotación. Eso sí, se sabe que en este punto es difícil que Chadwick caiga en el error de enfrentarse públicamente al sistema de justicia, como sí lo hizo Hinzpeter el 2012, tensionando la relación con el Ministerio Público.

“Como gobierno acatamos y respetamos los fallos judiciales, así se actúa en un Estado de Derecho. Sin perjuicio de ello, nos llama la atención esta decisión, cuando la prisión preventiva tiene el objetivo de garantizar que la persona imputada va a comparecer en el juicio”, declaró ayer el ministro el Interior.

Incluso, asumiendo en parte del revés judicial, precisó que “a veces la carga se hace pesada cuando los tribunales no nos colaboran, para que personas imputadas no se fuguen, no se vayan a la clandestinidad (…) lo confieso se hace difícil la tarea, porque ya es difícil detener a aquellas personas que están presuntamente vinculadas a acciones violentistas y posteriormente se les otorga medidas cautelares que no necesariamente garantizan su presencia en los tribunales”.

Las palabras de Chadwick tuvieron respuesta ayer. El vocero de la Corte Suprema, ministro Hugo Dolmestch, salió al paso y defendió la decisión del tribunal de alzada de Temuco: “Los jueces toman sus decisiones con mérito de sus antecedentes, la opinión que esto les pueda suponer a las autoridades o a los particulares o a los interesados es un asunto que no nos afecta a nosotros (…) los jueces cumplieron con su deber”, sentenció.

Una respuesta directa pero diplomática con alguien que se ha manejado con guante de seda con el Poder Judicial desde que asumió las riendas de Interior. Cabe recordar que recién asumido en noviembre, el ministro visitó el máximo tribunal en un gesto político no menor, que buscó limar las asperezas que existían.

Por lo mismo, en La Moneda aseguran que mientras Chadwick sea ministro “nunca, nunca” se lanzará contra los tribunales y que ahí está la gran diferencia con respecto a su antecesor.

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