Se prevé que habrá tres listas en disputa. Una de continuismo y cercana al presidenciable, con el senador Ignacio Walker y el diputado Fuad Chaín; una segunda, formada por miembros del Movimiento Refundacional dirigidos por Leonel Sánchez, y la tercera integrada por sectores progresistas y conservadores encabezada por el diputado Aldo Cornejo, caracterizada por una mayor apertura de la Concertación.
En medio de la polémica generada en la Democracia Cristiana por las declaraciones de Claudio Orrego, su abanderado presidencial y ahora defensor de un centro político disputable a la derecha, las elecciones internas del partido —el próximo 17 de marzo— auguran un arduo debate.
En este contexto, se prevé que habrá tres listas en disputa. Una de continuismo y cercana al presidenciable, con el senador Ignacio Walker y el diputado Fuad Chaín; una segunda, formada por miembros del Movimiento Refundacional dirigidos por Leonel Sánchez, y la tercera integrada por sectores progresistas y conservadores encabezada por el diputado Aldo Cornejo, caracterizada por una mayor apertura de la Concertación.
A esta última, han adherido no con menos polémica, los “chascones históricos”, liderados por Belisario Velasco, ex ministro del Interior de Bachelet. Así, en vísperas de la inscripción de las listas que renovarán las directivas territoriales, cuyo plazo termina este día viernes, dicha facción —históricamente sensible a la izquierda y a los temas de reforma social— ha decidido integrar la mesa que encabeza el diputado Cornejo. Para ello, postulan como vicepresidentes del sector el diputado Víctor Torres (distrito Nº 15, Región de Valparaíso) y al dirigente de los empleados públicos Jorge Consales.
Previamente, y sumándose al actual debate ciudadano sobre temas como una nueva Constitución, han suscrito el documento “Nuestro compromiso para un Partido Demócrata Cristiano con liderazgo, conducción, unidad y participación”. En éste se comprometen a respetar un listado de cinco garantías en áreas esenciales para la conducción de la mesa a la que concurren.
Entre tales compromisos figuran algunos de carácter político: la profundización de la participación de la militancia y la realización del VI Congreso del partido (el anterior se realizó hace seis años); la ampliación de la Concertación para conformar un gobierno de mayoría; la elaboración de un programa para la estabilidad y la gobernabilidad, donde el enfoque de derechos se constituya en columna vertebral de un Chile con mayor justicia y equidad; una nueva Constitución, y el cambio del sistema binominal. También en materia macroeconómica se definen por una reforma profunda de la Ley Orgánica del Banco Central. En el plano social abogan por la “refundación de la educación pública” y en materia de memoria histórica, buscarán el rescate del testimonio de los democratacristianos en la lucha contra la dictadura, aportando datos y reclamando mayor espacio en los registros del Museo de la Memoria, así como exigir mayor pluralidad de visiones humanistas en el Instituto de Derechos Humanos.
Entre los firmantes de este compromiso están, además de Belisario Velasco, el senador Mariano Ruiz-Esquide, el diputado Víctor Torres, el ex embajador en Haití Marcel Young, el sociólogo Rodolfo Fortunatti, y el alcalde de La Reina, Raúl Donckaster, entre otros.
