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Escalona firme con el partido del orden: «Se confunde ciudadanía con populismo»

Escalona firme con el partido del orden: «Se confunde ciudadanía con populismo»

«Se reconoce que sin partidos no hay democracia, pero ante la impopularidad en las encuestas, actores políticos significativos se presentan como si no lo fueran. Se ha instalado un hábito tan impropio como desafortunado», dijo el legislador del PS en euna columna publicada en el diario El Mercurio.


El ex presidente del Senado, Camilo Escalona, hizo un sombrío diagnóstico del quehacer político actual, advirtiendo que actualmente se vive un «notorio debilitamiento» de las corrientes de opinión a la hora de defender sus «opciones de sociedad», y en cambio, se está imponiendo «un canibalismo político, en que no existen propuestas de sociedad, sino que el exclusivo afán de destruir al adversario».

El senador socialista hizo este planteamiento en una columna publicada este viernes por el diario El Mercurio, donde plantea que «hoy bastan algunas opiniones aisladas ‘por Twitter’ para modificar la agenda y se promete lo que no se está en condiciones de cumplir. Se ha llegado a un punto demasiado riesgoso, se confunde la ciudadanía con populismo y el espacio público se faranduliza, lo que en los hechos excluye o posterga los temas que afectan a millones de personas, que son reemplazados por presiones de corto plazo o alcance. Con ello, las alternativas nacionales se ven empequeñecidas y se debilitan las políticas públicas, así como la eficiencia y legitimidad de la democracia».

A ello se suma, indica, que el gobierno exhibe una «enorme autocomplacencia» y una política de «exitismo» que no se hace cargo de problemáticas como la desigualdad y los abusos de poder,  mientras que los distintos partidos » invierten poco en sí mismos, en la formación de los suyos, en la fortaleza institucional con que actúan. Se reconoce que sin partidos no hay democracia, pero ante la impopularidad en las encuestas, actores políticos significativos se presentan como si no lo fueran. Se ha instalado un hábito tan impropio como desafortunado. Para rescatar el valor de la política, quienes la ejercen deben, en primer lugar, dignificarla como una herramienta esencial para la democracia. Esa es una responsabilidad que no se puede eludir».

Por lo anterior planteó la necesidad de avanzar de manera urgente en «cambiar el binominal y rehacer el camino perdido, en el sentido de reinstalar el valor de la política como aquel inspirado en proyectos de sociedad, cuyo propósito no es ni puede ser otro que el interés nacional. Eso permite ver que el arte de la política no es conseguir una cuota de poder a cualquier precio, ni el enriquecimiento individual o de grupos, sino que la capacidad de conducir el Estado hacia metas nacionalmente compartidas. En otras palabras, ser capaces en esta década que vivimos de enfrentar y reducir la desigualdad en Chile».

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