Esto luego que la Comisión de Constitución de la Cámara Alta la aprobara por cuatro votos a favor y uno el proyecto que lo permite y que quedó listo para ser votado en la sala del Senado, donde requiere quorum calificado. No obstante, de aprobarse, no alcanzará a regir para los comicios del 17 de noviembre.
Después de una larga y compleja tramitación, el proyecto que permite el voto de los chilenos en el extranjero fue aprobado en la comisión de Constitución de la Cámara Alta por cuatro votos a favor y uno en contra, lo que lo deja listo para ser votado en sala apenas sea puesto en tabla, lo cual podría incluso suceder durante la presente jornada, aunque la iniciativa no tiene urgencia especial de parte del Ejecutivo.
Pasadas las 11:00 horas, la senadora demócrata cristiana Soledad Alvear y su par socialista Isabel Allende sellaban con un abrazo ante las cámaras el triunfo obtenido en la instancia legislativa, por constituir esta una lucha que ambas venían dando hace muchos años: conseguir que finalmente los chilenos que residen en el exterior puedan votar en las elecciones presidenciales, como está contemplado en las legislaciones de gran parte de las naciones del mundo.
Para sorpresa de muchos, Renovación Nacional fue el partido que votó dividido en la comisión, porque mientras el senador Alberto Espina aprobó la iniciativa, el timonel de la tienda, Carlos Larraín, la rechazó. Ello, porque según explicó más tarde, “las personas que viven de manera casi definitiva en el extranjero no pagan impuestos en Chile, no soportan las consecuencias de las políticas públicas, en definitiva, están en cierto modo ausentes del acontecer nacional, y no deberían poder influir en el resultado de las elecciones”.
Por su parte, el senador Espina defendió la iniciativa y su aprobación, asegurando que “la democracia se perfecciona cuando más chilenos tienen la oportunidad de participar en un acto tan importante como la elección de Presidente de la República”, y explicó que nueve de cada 10 chilenos que están en el extranjero “tienen un vínculo permanente con nuestro país”, e insistió en que “no hay que tenerle miedo a perfeccionar la democracia”.
El tema del “vínculo” fue uno de los aspectos que impidió una tramitación más expedita de esta iniciativa, pues tanto el gobierno como la UDI y un sector de RN exigían que quienes quisieran votar en Chile tenían que viajar cada cierta cantidad de años al país para mantener “el vínculo” y hacerse acreedores del beneficio, algo que finalmente se superó, permitiendo que el proyecto fuese aprobado en la comisión, ya que quienes deseen participar en las elecciones presidenciales o plebiscitos nacionales, sólo deberán cumplir con el requisito de inscribirse en el consulado más cercano a su residencia en el extranjero, según lo explicó la senadora Alvear, quien además subrayó que la aprobación de la iniciativa “es una deuda que como país teníamos con los chilenos en el exterior”.
Sin embargo, aún cuando el proyecto sea aprobado en la sala, para lo cual requiere quórum de reforma constitucional 3/5, es decir el voto favorable de 23 senadores, no regirá para los comicios presidenciales del 17 de noviembre, pues paralelamente debe aprobarse la normativa que regulará el proceso.
En medio de los festejos que provocó la aprobación del voto de los chilenos en el exterior en la comisión, el senador de la UDI Hernán Larraín defendió su posición abiertamente discrepante con la mayoría de su partido, asegurando que “ha sido una decisión difícil, pero a mi juicio justa la que me ha llevado a votar favorablemente este proyecto”. Y consciente de la diferencia que marcó respecto de su bancada, afirmó que esta ha sido “una causa justa” y subrayó que para los procesos que vienen, “hay que votar en conciencia, y mi conciencia me dice que esta causa es justa”.
Por último, el presidente de la comisión, el DC Patricio Walker, insistió en que hasta ahora Chile ha sido “una mala excepción” por no contar con una legislación que permita a los compatriotas en el extranjero votar en las elecciones del país por algo que él considera “una discriminación arbitraria”. Según explicó, hay 800 mil chilenos en el exterior de los que sólo el 13 por ciento corresponde a exiliados políticos y el resto se encuentra fuera por razones de trabajo o de estudio, por lo que a su juicio esta ha sido “una reforma histórica que hoy día se ha hecho en la comisión de Constitución”.
