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Letelier apunta al caso Spiniak como origen de crisis UDI y dice que desde ahí «quedaron resquebrajados bastantes vínculos personales» Quiebre entre Longueira y Novoa en la base del conflicto interno

Letelier apunta al caso Spiniak como origen de crisis UDI y dice que desde ahí «quedaron resquebrajados bastantes vínculos personales»

Claudia Rivas Arenas
Por : Claudia Rivas Arenas Periodista de El Mostrador @crivasa
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Ayer renunció a la tienda, tras ser confirmado el rechazo de la directiva a incluirlo en la plantilla parlamentaria. A juicio del diputado por Melipilla, en la colectividad se viene dando un proceso de descomposición de las confianzas y relaciones personales entre ‘los coroneles’, que se hizo extensivo a todas las instancias del gremialismo.


A fines de enero del 2011 y tras la salida del Senado de tres pesos pesados de la UDI, para integrarse al gabinete de Sebastián Piñera, y un complejo rebarajamiento de fuerzas, el actual diputado Cristián Letelier fue designado por el gremialismo para reemplazar a Gonzalo Uriarte en el distrito 31 (Melipilla). Cercano a Pablo Longueira desde hace muchos años, el nuevo diputado no sólo era parte de los fundadores de la tienda, sino también se contaba entre el selecto grupo de discípulos de Jaime Guzmán. Aquellos que trabajaron y recorrieron Chile llevando su mensaje y motivando a los jóvenes a integrarse a la colectividad, siguiendo lo que finalmente ha sido la impronta gremialista.

Pues bien, después de 30 años de servir a su partido, este abogado tomó la difícil decisión de renunciar a él. Asegura que no quiere dañar a la UDI con su opción, pero tiene la convicción de que en la colectividad que vio nacer se están viendo aparecer las primeras señales de una forma de hacer política que no es buena y a la que no está acostumbrado. Se refiere al nepotismo, que lo afectó directamente, pues su intención de repostular a la Cámara Baja fue bloqueada por la determinación del comité electoral y la directiva de la UDI de llevar en ese cupo al hijo del senador Juan Antonio Coloma. El distrito en cuestión fue el que el senador representó todos los periodos que estuvo en la Cámara, por lo que en la tienda estiman que su heredero podría ganar allí, ya que en la parlamentaria pasada no logró vencer al aspirante RN en el distrito 11 (San Felipe-Los Andes). Algo que se comenta entre risas en la propia UDI.

Dos minutos le tomó a Letelier hacer el trámite de desafiliación de la UDI en el Servicio Electoral. Dolido y, triste, conversó con El Mostrador. Aclara que no quiere perjudicar a su ahora ex partido, el mismo que ayudó a fundar, y que su corazón siempre estará en la colectividad a la que sueña poder volver algún día. Ya fuera, hace un breve pero profundo análisis de lo que ha pasado en la tienda. Y aunque se rehúsa a mencionar a algunos dirigentes, asegura que la colectividad llegó a lo que es hoy, por el efecto interno que provocó el polémico caso Spiniak y aborda, lo más indirectamente que puede, el distanciamiento entre Pablo Longueira y Jovino Novoa.

-¿Haciendo un análisis más político a qué atribuye usted lo que le sucedió justamente ahora?
-Pienso que lenta e imperceptiblemente se fue dando, en el último tiempo, un cambio radical en lo que era el estilo de hacer política en la UDI. Las influencias, los proyectos personales, el no decirse las cosas, fue muy importante. Y yo creo que el caso Spiniak, por así decirlo, tuvo efectos exteriores.

-¿En qué sentido?
-Efectos exteriores que se superaron, porque ocurrió que se supo la verdad, que era muy importante. Pero al interior quedaron resquebrajados bastantes vínculos personales.

[cita]Lamentablemente las esquirlas de ese caso fueron más potentes al interior de la UDI que al exterior. Eso se fue dando con el tiempo y se notó también en el liderazgo de ciertas personas, unos se fueron alejando, otros no tuvieron contrapeso en esto. Porque lo que había en la UDI era una amistad profunda, que permitía que frente a un problema determinado, a pesar de haber distintos enfoques, siempre se llegara a un acuerdo armonioso que permitía, muchas veces en tiempos difíciles, superarlos. Yo creo que esto tuvo hacia abajo, especialmente en el mundo parlamentario y en el mundo de los alcaldes y los concejales, muchos efectos nefastos. Lo que hizo que a la UDI llegara gente sin la formación guzmaniana. También se descuidó eso, la formación de quienes ingresaran a la UDI, porque todos lo hacían con afanes personalistas y con proyectos individuales.[/cita]

-¿Cuándo hablamos de eso, estamos hablando, por ejemplo, del distanciamiento entre Pablo Longueira y Jovino Novoa?
-No lo quiero personalizar, pero hubo sin lugar a dudas ahí, y se notó, que lamentablemente las esquirlas de ese caso fueron más potentes al interior de la UDI que al exterior. Eso se fue dando con el tiempo y se notó también en el liderazgo de ciertas personas, unos se fueron alejando, otros no tuvieron contrapeso en esto. Porque lo que había en la UDI era una amistad profunda, que permitía que frente a un problema determinado, a pesar de haber distintos enfoques, siempre se llegara a un acuerdo armonioso que permitía, muchas veces en tiempos difíciles, superarlos. Yo creo que esto tuvo hacia abajo, especialmente en el mundo parlamentario y en el mundo de los alcaldes y los concejales, muchos efectos nefastos. Lo que hizo que a la UDI llegara gente sin la formación guzmaniana. También se descuidó eso, la formación de quienes ingresaran a la UDI, porque todos lo hacían con afanes personalistas y con proyectos individuales.

-Usted ha hablado de la vieja política y que no quiere que resurja en la UDI, lo que ya estaría pasando según su propio diagnóstico. En virtud de lo mismo, no sería más honesto ponerle nombre y apellido a ese proceso en que se “resquebrajaron” algunas relaciones internas. Se lo menciono, porque tras ese episodio se distanciaron Pablo Longueira y Jovino Novoa. ¿A su juicio, eso provocó lo que está ocurriendo ahora en la UDI?
-No, yo quiero hacer un análisis más macro. No quiero que haya vínculos de unas personas con otras, no quiero hacer eso. Lo que quiero decir es que hay formación de la Fundación Jaime Guzmán, pero no es suficiente. Hay también el trabajo de una persona a la que no se le quiere en el partido, como Gonzalo Rojas, pero yo veo a Gonzalo Rojas recorrer todo Chile formando jóvenes. Entonces, eso es lo que falta en la UDI, un compromiso real con lo que Jaime Guzmán decía y lo que Pablo Longueira cree: compromiso con los más pobres; estar en la política, efectivamente, por ideales muy profundos. Y yo traté, en el distrito 31, de formar jóvenes —en el poco plazo que tuve—, algo se logró. Al mismo tiempo, que los pobres, los más necesitados de Melipilla y Talagante, supieran que tenían un diputado que les contestaba el teléfono las 24 horas; y si había que acompañarlos al hospital a medianoche, los acompañaba. Entonces, ese era mi testimonio, porque la política es también, a mi juicio, un apostolado y más que quitarme un cargo o una candidatura, lo que se quieta es un sello de la política que es más profundo y que no se comprende. Todos los que hoy día son muy livianos para analizar el punto no se dan cuenta que, aquí, el estilo guzmaniano de una persona que han impreso a la política ese sello, se le corta. Y eso me provoca mucha frustración.

-¿Diputado, usted cree que si Pablo Longueira fuera aún el candidato presidencial esto hubiera ocurrido?
-No, no hubiera ocurrido.

-¿Intentó que fuera la candidata presidencial, militante de su partido, Evelyn Matthei quien dirimiera entre su reelección y la nominación de Juan Antonio Coloma hijo?
-Fui respetuoso de la institucionalidad del partido y lo único que pedí fue que los ex presidentes analizaran el punto. Me sentí muy honrado que ellos lo hicieran. Y, al final, la directiva que es la que tiene la responsabilidad determinó que yo no fuera candidato. Pero más allá de la candidatura, lo importante es el estilo que yo hacía de la política, que era de servicio total, absoluto, entregado, hasta olvidarse inclusive de lo más fundamental que es la familia. Mis hijos realmente se sentían muy sacrificados, porque yo estaba en el distrito siempre presente. Y en el Parlamento, dando la lucha como pivote, como punta de lanza, de las ideas y los principios que yo creía buenos para una mejor sociedad, sobre todo para los más necesitados.

-¿Qué cree que viene ahora para la UDI a partir del escenario que usted mismo ha mostrado?
-Ahora viene el proceso electoral que, ciertamente, no va a permitir hacer un análisis profundo; sino que van a venir las campañas y todo este ambiente un poco farandulero. Pero yo espero que después de que pase esta elección, a partir de noviembre, pueda hacerse una reflexión profunda, a partir de mi renuncia. Y espero que también, tengo la esperanza, que algún día pueda volver a mi partido, porque yo sigo siendo UDI aunque formalmente hoy día haya presentado un papel. Y sigo siendo UDI, porque donde yo vaya y donde me toque estar ese sello y esa impronta que a fuego nos marcó Jaime Guzmán en su actividad estará presente.

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