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El “win-win” de Giorgio y el bacheletismo en Santiago Centro Trastienda de la exitosa operación que marcó la inscripción de candidatos

El “win-win” de Giorgio y el bacheletismo en Santiago Centro

Bastián Fernández
Por : Bastián Fernández Periodista de El Mostrador
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Tanto la candidata de la Nueva Mayoría como el ex dirigente estudiantil aprovecharon el momento para ganar. La ex Presidenta sumó un “rostro” más del movimiento estudiantil a su campaña y Jackson se aseguró una carrera sin obstáculos insalvables a la Cámara Baja.


La escena no fue casual y se gestó desde el comando bacheletista. El pasado domingo 18 de agosto Giorgio Jackson (Revolución Democrática) aparecía flanqueado por la alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá (PPD), y la encargada de Red Mujeres del comando, Claudia Pascual (PC). También estaban presentes Marcelo Díaz (PS) y Eugenio Ravinet (PDC), quienes habían sido, hasta entonces, candidatos de la Nueva Mayoría por Santiago. Así se anunció que el conglomerado se omitía de llevar candidatos por Santiago, dejando el camino libre al ex dirigente estudiantil.

Las versiones indican que Díaz y Ravinet decidieron omitirse por cuenta propia. De hecho, Jackson agradeció a ambos por Twitter el domingo. “No podría sino agradecer y reconocer gesto de @marcelodiazd y Eugenio Ravinet al omitirse en el #d22 (distrito 22). Lo contrario sería nefasta arrogancia!”, tuiteó el ex líder estudiantil.

La omisión no fue casual, sino parte de una apuesta política que viene desde la ex mandataria, ejecutada por Rodrigo Peñailillo, coordinador general de la campaña.

Con dos candidatos oficialistas en Santiago centro, el escenario se le complicaba a Giorgio Jackson debido al alto porcentaje de votos que hubiere necesitado para ganar. Además, se abría la posibilidad para que la derecha doblara.

Peones y señales

“Esto fue una apuesta dirigida desde el comando y ejecutada por Rodrigo Pañalillo. Ellos (Díaz y Ravinet) fueron peones en la operación con la posibilidad de que salieran bien o mal”, cuenta una persona cercana a las negociaciones. Y continúa, sosteniendo que “les dijeron que se prepararan para competir y que no había nada acordado hasta que no se cerrara la lista. Sabían que existía la posibilidad real de que compitieran como candidatos”.

“Los dos candidatos de la Concertación eran una amenaza real para ellos (RD) y tenían un gran riesgo de perder. Se les propuso que se tenían que ver señales en dirección al respaldo del programa de la candidata y que, en ese sentido, podía haber una convergencia”, comenta otra fuente que domina detalles de los hechos.

[cita]La figura de Miguel Crispi resulta fundamental dado la cercanía que tiene su madre, Claudia Serrano, con Michelle Bachelet. “Ella es cercana a la Presidenta. Y la política se hace en el almuerzo del domingo, ahí se decide todo. Así se articula el poder, independiente del color político, es una conducta de las elites y un tema de clase social. Una articulación básica pero fundamental”, analiza la misma fuente.[/cita]

La presión sobre Revolución Democrática y particularmente sobre Jackson se hizo sentir. De esta forma, el miércoles 14 llegaron las esperadas señales favorables hacia Michelle Bachelet y fueron por partida doble.

Giorgio declaró que en una eventual segunda vuelta “no me pierdo, apoyo a Bachelet”. Por su parte, el coordinador general de Revolución Democrática, Miguel Crispi, sostuvo que “a mí me parece que lo lógico sería que todos nos juntemos y, en este caso, detrás de la candidatura de Giorgio”.

Fue suficiente. El comando de la candidata avisó, primero a los partidos políticos, que se omitirían en Santiago. Después “notificaron” a Díaz y Ravinet. “Les dieron las gracias por sus servicios y hasta ahí llegaron. La Presidenta había decidido que, a pesar de que no había un acuerdo real, las señales bastaban”, revela quien conoció los hechos.

Almuerzos políticos

Otra lectura que se hace es que para Bachelet era una necesidad tener a Giorgio Jackson en el Parlamento, ya que así “se aseguraba que las figuras del movimiento estudiantil estuvieran cerca y le diesen gobernabilidad futura”.

En esta misma línea, una fuente del mundo socialista afirma que la gran preocupación de Michelle Bachelet es que “no se le articule un movimiento que le desordene el mono. Está tratando de anteponerse a la dispersión. Pero también para darle una apariencia de diversidad a la Nueva Mayoría”.

“Él (Jackson) olfateó muy bien la necesidad de Bachelet de tenerlo en el Parlamento. Y también sabe que debe ser parte de la elite de la institucionalidad. Para eso debe ganar el distrito. Cuando le pusieron los dos candidatos, él reaccionó y jugó sus fichas”, dice una fuente cercana al Bacheletismo.

La figura de Miguel Crispi resulta fundamental dado la cercanía que tiene su madre, Claudia Serrano, con Michelle Bachelet. “Ella es cercana a la Presidenta. Y la política se hace en el almuerzo del domingo, ahí se decide todo. Así se articula el poder, independiente del color político, es una conducta de las elites y un tema de clase social. Una articulación básica pero fundamental”, analiza la misma fuente.

Y en este sentido la omisión de la Nueva Mayoría en Santiago es un triunfo para Revolución Democrática. “No tienen peso político real, pero tienen un gran capital que es Jackson y ahora corre sin competencia en Santiago. Les regalaron el espacio para competir”, afirma un operador del socialismo.

Para Miguel Crispi la lectura es que “hubo un momento en que nos dimos cuenta que le estábamos dando una ventaja a la derecha si se iba con muchos candidatos y eso se demuestra en el escándalo infantil que están haciendo los presidentes de sus partidos”.

Las cercanías de Revolución Democrática con el bacheletismo pasan por varios de sus adherentes.

Dialoga, la fundación

Miguel Crispi fue militante del PS, partido al que renunció en septiembre 2012. Su madre es Claudia Serrano (PS), ex ministra del Trabajo y Previsión Social durante el gobierno de Michelle Bachelet, cercana a la mandataria y al escalonismo.

Hace tres años trabajó en la Fundación Dialoga, cuyo objetivo fue hacer la plataforma de salida de La Moneda para el círculo más cercano de la ex mandataria. Ahí la coordinadora ejecutiva era María Angélica Álvarez, “la Jupi”, asesora y amiga personal de Bachelet.

Crispi estuvo a cargo del área Jóvenes y Nuevos Liderazgos, que se anunció como el proyecto estrella de la organización.

Por la fundación pasaron otros dirigentes de Revolución Democrática. Es el caso de Sebastián Depolo, quien reemplazó a Crispi como director del área y que ahora es Secretario General de RD.

Nicolás Valenzuela Levi también pasó por Dialoga. Es el director ejecutivo de Sentidos Comunes, un sitio que nació al alero de la fundación y actualmente trabaja en la Municipalidad de Providencia.

En Dialoga se encuentraron otros personajes emblemáticos del bacheletismo, como Clarisa Hardy (PS), ex ministra de Planificación y Francisco Javier Díaz (PS), ex asesor del segundo piso. También Carolina Tohá (PPD), ex vocera de Gobierno y Víctor Maldonado (DC), ex asesor del segundo piso y vicepresidente de la fundación, quien estuvo a cargo de la negociación de la plantilla parlamentaria para su partido.

Factor Providencia

Para las elecciones municipales del año pasado, Revolución Democrática apoyó a Josefa Errázuriz en la primaria ciudadana para la alcaldía de Providencia. Finalmente el triunfo de ésta sobre el ex agente de la DINA, Cristián Labbé, se convirtió en la primera gran victoria de RD.

Josefa Errázuriz integra el equipo municipal de Michelle Bachelet, junto a Carolina Leitao (PDC), alcaldesa de Peñalolén.

Actualmente Revolución Democrática está presente en Providencia con Nicolás Valenzuela, encargado de la Secretaría Comunal de Planificación de la municipalidad.

Durante la campaña municipal algunos dirigentes de RD, entre ellos Miguel Crispi, tuvieron algunos contactos con históricos de la Concertación, como el ex Mapu y empresario, Óscar Guillermo Garretón.

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