«Nos hemos encontrado con nosotros mismos y nuestro pasado, lo que ha permitido fortalecer la dimensión ciudadana de nuestra sociedad», afirmó el académico de la Universidad Católica Silva Henríquez (UCSH), Justino Gómez.
El doctor en sociología de la Universidad de Lovaina y académico de la Universidad Católica Silva Henríquez (UCSH), Justino Gómez, comentó la conmemoración de los 40 años del golpe de Estado, planteando que ha sido algo positivo para Chile, pero advirtiendo que a pesar de que se han fortalecido los espacios de análisis, diálogo y confrontación de ideas en los medios «aún faltan foros sobre los temas pendientes».
Gómez sostuvo que el recuerdo ha tenido un impacto «muy positivo» en la gente. «A pesar de que nuestra historia aún no está resuelta, pues aún hay eslabones perdidos, nos hemos encontrado con nosotros mismos y nuestro pasado, lo que ha permitido fortalecer la dimensión ciudadana de nuestra sociedad», planteó.
En este sentido, el académico opinó que esta conmemoración ha tomado un protagonismo excesivo en los medios. «Se han fortalecido los espacios de análisis, diálogo y confrontación de ideas, no sólo respecto al pasado, sino que también sobre los aprendizajes para la construcción del futuro. De todas maneras faltan foros sobre nuestros temas pendientes», dijo.
Sin embargo, el sociólogo expuso que la sociedad chilena recuerda con mucho dolor y tristeza el proyecto de Salvador Allende y la Unidad Popular. «El plan que entusiasmaba a numerosa gente joven de entonces fue ganando adeptos en las votaciones sucesivas, pero la conducción de los partidos de la UP, exceptuando el PC, fueron dejando al Presidente Allende aislado en La Moneda», recordó.
Del mismo modo, el experto acotó que lo que más marcó a la gente fue la crueldad del golpe, las arbitrariedades y los abusos que ejercieron los uniformados durante los 17 años de dictadura cívico militar. «Creyeron tener el derecho a vengarse de la gente porque querían un país más justo», señaló Gómez.
Finalmente el académico de la UCSH destacó que las nuevas generaciones quieren conversar de estos temas. «Lo he experimentado en casa y en clases, los jóvenes quieren que entreguemos nuestras versiones de los hechos y nuestra disposición clara», advirtió.
