Más que los ataques desde la oposición, lo complicado para la abanderada oficialista es que, en su segundo mes de campaña, ha debido enfrentar fuego amigo. Ha sido el propio Presidente Sebastián Piñera quien se ha encargado de hacerle más difícil transitar por este emblemático mes, poniendo sobre la mesa las debilidades de la tercera candidata de la UDI a la Presidencia de la República.
A dos meses de su designación como candidata presidencial, tras la bajada de Pablo Longueira, Evelyn Matthei enfrenta la etapa más dura de su campaña. Aunque oficialmente desde la Alianza intentan mantener el ánimo en alto, lo cierto es que tras bambalinas son pocos los que realmente estiman que la candidatura de la ex ministra tenga futuro. Sobre todo cuando es el propio Presidente Sebastián Piñera quien ha dificultado el débil e impreciso desempeño de su abanderada. Justo cuando parecía que se apagaban los ecos de la crítica del jefe de Estado a la reacción de la candidata a la conmemoración por los 40 años del Golpe de Estado, el mandatario volvió a la carga al dejar en evidencia el “error” cometido por la representante de la derecha al votar por el Sí a Pinochet el 88. Algo que obviamente no ha caído nada bien en el comando, donde hay un sector que desde hace un rato percibe que estas salidas de madre no son casuales. Y que las mismas, lejos de beneficiar la labor de Matthei, sólo contribuyen a acrecentar las dudas sobre su manejo electoral en un importante sector del oficialismo.
[cita]Frente al actual escenario, quienes hablan de un cambio radical aluden no sólo a la conformación del comando, que ha dado claras muestras de fisuras que han provocado algunas bajas, también se refieren a las diferencias de estilo que existen, por ejemplo, entre el jefe de la campaña, Joaquín Lavín, y la vocera de la misma, la senadora Lily Pérez. Según se comenta la parlamentaria ha tenido una difícil tarea intentado compatibilizar sus posturas personales, es una de las figuras liberales más destacadas de RN, y el perfil reconocidamente conservador del ex alcalde.[/cita]
Al punto que este fin de semana el secretario general de Renovación Nacional, Mario Desbordes, no dudó en hacer públicos sus reparos acerca de la actuación del mandatario estos días. En una entrevista concedida a 24H, el dirigente señaló que la presencia de Piñera en los medios “es gigantesca y para nuestra candidata, la verdad es que cuesta un mundo conseguir espacio. Eso, a nosotros, nos está complicando. Yo le pido al Presidente, que está con Evelyn Matthei, que la apoye”. El problema, según lo ven algunos representantes menos comprometidos, es que en el curso de la campaña, la candidata “ha ido perdiendo el atractivo que suponíamos que tendría para nuestro electorado, pero además no ha logrado insertarse en el mundo de centro. Porque es el que pareciera que le está ganando (Franco) Parisi y eso no es bueno. Las expectativas, a estas alturas, son cada vez más bajas”. A ello se suma que las encuestas no le han sido favorables, lo que también inquieta y no sólo porque todos los cálculos indican que la posibilidad de imponerse a su adversaria de la Nueva Mayoría, Michelle Bachelet, es escasa; sino porque preocupa a los aspirantes al Parlamento que esperaban cobijarse bajo el paraguas de su popularidad, ya que la del gobierno es caso perdido.
Si la última encuesta del Centro de Estudios Públicos fue un verdadero balde de agua fría para la Alianza, pese a los argumentos esgrimidos para desacreditar sus cifras, las posteriores, aunque menos prestigiosas, han resultado igualmente demoledoras. Por lo pronto, no dan señales de que la abanderada oficialista esté cumpliendo con las expectativas que se pudieron en ella, cuando se le nominó. Y mientras algunos estudios acortan la preocupante distancia que marcó la CEP, no son lo suficientemente alentadoras como para que el ambiente del comando se relaje. Prueba de ello son los problemas que se han suscitado al interior del equipo de Matthei. En especial, porque entre los parlamentarios de la Alianza se hacen todo tipo de cálculos respecto de la tan vapuleada CEP. Uno de ellos especula sobre la polémica pregunta abierta que suscitó tanta controversia y la descalificación de la encuesta: ‘¿Quién le gustaría’ que fuera Presidente de Chile?, señalando que “si la misma pregunta hubiera sido cerrada, la Bachelet se hubiera disparado por los menos 10 puntos más arriba”. Por lo que, a su juicio, “en lo que resta de campaña es muy difícil que se pueda revertir la diferencia entre las dos”.
Lo cierto es que algo se ha estrechado la distancia, pero no como para que el entusiasmo en el oficialismo resurja con tanto ímpetu como el inicial. Así lo revelan algunos estudios como el de La Segunda-UDD, realizado a mediados de septiembre. Según esta encuesta, si las elecciones fueran el próximo domingo, la ex mandataria alcanzaría el 38 por ciento, mientras que la abanderada oficialista sólo llega al 25 por ciento. En la misma línea, la más reciente, la Ipsos de hace sólo unos días, nos muestra un panorama similar a la anterior y nada gratificante para la Alianza. Según sus números Bachelet marca 31 por ciento y Matthei 21. Para algunos críticos del enfoque que se le ha dado a la campaña, estas últimas cifras no contribuyen a mejorar “el ánimo interno, cuando a todas luces no existe una línea en la que todos estemos de acuerdo. El famoso tema del relato. Las contradicciones que se producen con el gobierno y no sólo porque Piñera dice cosas que complican a la Matthei; sino también porque desde el comando se cruzan con el gobierno. Como con el tema de la delincuencia. Da la impresión que se tiran palos unos a otros. Que ella (Matthei) y Piñera no hubieran olvidado sus diferencias históricas, como dicen”.
Incluso durante este receso de Fiestas Patrias, en que la candidata terminó llamando a la unidad del país, porque “me preocupa el clima enrarecido que se ha instalado”, un parlamentario comentó que tal como están las cosas, “es la abanderada la que se cuelga de sus candidatos más populares, cuando se supone que debiera ser al revés”. Ello en abierta alusión a la visita de Matthei a la fonda de uno de los 33 mineros rescatados de la Mina San José, Mario Sepúlveda, en compañía obviamente de su aspirante al Senado, el ex ejecutivo de Cencosud, Laurence Golborne.
El problema es que para un importante sector del oficialismo ha quedado en evidencia lo deteriorada que está su candidatura y los conflictos a los que ha reaccionado mal la abanderada. Algunos ya han dado la voz de alerta. Tal fue el caso de Andrés Benítez, rector de la Universidad Adolfo Ibáñez, a través de una columna en La Tercera el 14 de septiembre, advirtió algo que muchos saben, pero que se resisten a plantear abiertamente: “El entusiasmo inicial se ha ido perdiendo, tanto por lo difícil que resulta levantar una campaña en tan poco tiempo, como porque no ha sido posible establecer una suerte de épica que motive al sector en la difícil competencia con Bachelet”, al punto que admite que en la Alianza hay quienes ya hablan de que sería mejor perder en primera vuelta a la posibilidad de ser “apabullados” en segunda. Peor aún es el análisis que este fin de semana hizo el periodista Ascanio Cavallo en su tradicional columna del cuerpo de Reportajes de La Tercera. Como un mazazo cayeron sus palabras en la Alianza. Desde su punto de vista, “la noticia del mes es el pobrísimo desempeño de la campaña presidencial de Evelyn Matthei. Es el principal tema de los corrillos políticos…”.
Adicionalmente, Cavallo le da la razón a quienes, en la Alianza y siempre en privado, desde un comienzo plantearon que la figura de Matthei no era la más apropiada para enfrentar una candidatura presidencial que estaría cruzada por la conmemoración de los 40 años del Golpe de Estado y que en tal contexto el tema era más salvable con Andrés Allamand. A este respecto, el periodista sostiene que, “por si algo faltara, la agenda de septiembre fue copada por el aniversario del Golpe de Estado y puede haber contaminado las opiniones electorales, que era el peor de los escenarios para una candidatura de derecha”. Mientras en la derecha algunos se atreven a descartar que tan categóricas opiniones tengan “algún asidero” e incluso uno bromea aludiendo a la polémica frase de la candidata respecto a la prensa en orden a si este connotado periodista se contará entre los que tienen “una moral de dueña de casa del siglo XVIII”; otros admiten que “este ha sido un mes difícil”, aunque acto seguido aclaran que esperan que a partir de hoy cambie el escenario positivamente. De no ser así, no dudan en reconocer que efectivamente la carrera parlamentaria será primordial y la presidencial pasará definitivamente a segundo plano.
Frente al actual escenario, quienes hablan de un cambio radical aluden no sólo a la conformación del comando, que ha dado claras muestras de fisuras que han provocado algunas bajas, sino también se refieren a las diferencias de estilo que existen, por ejemplo, entre el jefe de la campaña, Joaquín Lavín, y la vocera de la misma, la senadora Lily Pérez. Según se comenta la parlamentaria ha tenido una difícil tarea intentado compatibilizar sus posturas personales, es una de las figuras liberales más destacadas de RN, y el perfil reconocidamente conservador del ex alcalde. A quien se le atribuye toda la responsabilidad en la errática forma como Matthei enfrentó, desde el inicio, el tema de las responsabilidades que se asignan a la derecha en los atropellos a los derechos humanos durante los 17 años de la dictadura cívico-militar. Esto, a contrapelo de la mirada que el mundo más liberal de la derecha ha manifestado e incluso de la postura expresada por el senador de la UDI Hernán Larraín. Todo lo que provocó un debate nada menor al interior de la Alianza. Asimismo está el tema de la coordinación que tampoco parece ser de las mejores. Ello quedó de manifiesto, una vez más, cuando Matthei no llegó al encuentro nacional de concejales para reunirse con los representantes de su sector. Visita que según algunos había sido anunciada “y nos quedamos esperándola, porque sólo en la noche cuando ya estábamos reunidos nos avisaron que no venía”, explica un molesto concejal que esperaba conocer de boca de la candidata el devenir de la campaña.
Pero aunque parezca increíble hasta el carácter de la abanderada está siendo puesto en tela de juicio. Lo que al comienzo se atribuía a su fuerte personalidad, ahora está comenzando a resultar incómodo para quienes ven que “la contención” que habría tenido al inicio de su campaña ya no parece existir. Un parlamentario atribuye algunas salidas de madre de Matthei a que “es difícil frenarla”. Y, preocupado por algunos episodios, destaca particularmente el ocurrido con un periodista en Antofagasta, donde perdió los estribos ante la presión del profesional por una respuesta: “Las voy a dar cuando yo quiera, no cuando voh me preguntí huevón”, y el más reciente donde molesta por la insistencia de la prensa en relación con su postura para el Golpe de Estado y posteriormente en dictadura, simplemente señaló que “hay periodistas que lo único que se dedican es a escarbar en el pasado”, a su juicio, “muchas veces con una moral que da risa”. Y no conforme con lo dicho, se explayó: “Cuando uno ve a algunas personas cómo hacen las preguntas, parecieran tener una moral de dueña de casa del siglo XVIII”. En opinión del parlamentario, “salidas como esas no ayudan en nada a la buena relación que un candidato debiera tener con la prensa. No digo que sean amigos, pero tampoco hacer voluntariamente que te odien, porque no puedes controlar tu carácter. Yo sabía que lo del principio no era real y que más temprano que tarde iba a salir la verdadera Evelyn Matthei y aquí está, pues”.
Todas las esperanzas, están puestas en los cambios que a partir de hoy se harán a la campaña. Los más escépticos dudan que pase algo radical que permita dar un reimpulso a una campaña que “está muerta”. Para otros, esto se ha convertido casi en una cuestión de honor y están dispuestos a inmolarse, pero esos muy pocos. Después de todo, el Presidente ha marcado la cancha, si él no ayuda por qué los que se juegan su continuidad en el Congreso debieran hacerlo, se pregunta un legislador que analiza, “fríamente, una de las peores campañas de nuestro sector, desde 1993”.