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El sonado fracaso del gobierno chileno para conseguir los Juegos Panamericanos 2019 La propuesta chilena contemplaba una inversión de US$658 millones

El sonado fracaso del gobierno chileno para conseguir los Juegos Panamericanos 2019

La delegación chilena recurrió incluso al episodio de los 33 mineros de la mina San José para promocionar a Santiago en su presentación de este viernes en Toronto, Canadá. A ello le antecedieron meses de lobby y visitas a países como Brasil. El gobierno aprovechó al máximo la instancia para sacar a colación sus iniciativas de incentivo del deporte y la vida sana. Pero nada fue suficiente.


Bastó sólo una votación para que los delegados de la Organización Deportiva Panamericana (Odepa) reunidos en Toronto resolvieran elegir a Lima como sede de los Juegos Panamericanos del año 2019, frustrando así la campaña de Chile para lograr que Santiago fuera la ciudad elegida para llevar a cabo el evento deportivo.

La capital de Perú consiguió una cómoda votación de 31 de los 41 delegados que participaron en la elección.

Además de Santiago, quedaron en el camino las ciudades de la Punta, de Argentina, y Ciudad Bolívar, de Venezuela.

Desde primeras horas de la mañana, las cuatro ciudades realizaron la presentación de sus candidaturas ante la asamblea general de la Odepa. La delegación chilena –integrada por el presidente del Comité Olímpico de Chile (COCh), Neven Ilic; la ministra secretaria general de Gobierno, Cecilia Pérez; el subsecretario de Deportes, Gabriel Ruiz-Tagle; y el tenista Fernando González– recurrió incluso al recuerdo del episodio de los 33 mineros de la mina San José para promocionar su candidatura, en un video que incluyó un mensaje del Presidente Sebastián Piñera. «Esperamos su decisión. Queremos organizar los mejores Juegos Panamericanos», dijo.

Pero todo resultó infructuoso, ya que la votación se inclinó por Lima, cuya alcaldesa, Susana Villarán, expresó durante su exposición que  habían  realizado «un gran esfuerzo de infraestructura y humano en los últimos años, que hace que la urbe esté preparada para ser la sede de los Panamericanos 2019». Y agregó que: «Ahora es tiempo, con humildad, de que le entreguemos a la Odepa parte de este desarrollo. Sentimos y creemos que es nuestro momento, hoy es el tiempo de Lima».

Por su parte, el primer ministro peruano, Juan Jiménez, recordó que en 2021 se celebrará el bicentenario de la independencia del país y que, de acogerse, los Juegos Panamericanos en 2019 «serán el inicio de esta celebración».

Lo dejaron todo en la cancha

Chile, por su parte, se jugó todas sus cartas. El jueves, la comitiva chilena encabezó un almuerzo para 350 personas, donde participaron todos los representantes de los países y de la comunidad de Odepa, liderada por el presidente de la organización, el mexicano Mario Vásquez Raña. En el evento, animado por Soledad Bacarreza, se mostraron imágenes de la visita que los delegados Odepa realizaron en Chile a los recintos que están en construcción y se ofrecieron platos típicos de la gastronomía chilena.

Además, en los últimos meses, nuestro país hizo todos los esfuerzos para posicionar a Santiago como la mejor alternativa para ser sede de los Panamericanos, llegando a consolidarse, junto a Lima, como una de las dos opciones más sólidas. Pero hay quienes señalan que a Chile le pasaron la cuenta las dos renuncias a organizar el certamen en 1975 y 1985.

La postulación chilena comprometía una inversión total de US$ 658 millones. Y uno de sus mayores ejes argumentativos tenía que ver con la infraestructura, de la cual un 70% estará terminada en marzo del próximo año, para los Juegos Odesur.

Desde un comienzo, la delegación chilena se sintió poco confiada. En julio, cuando se postuló a Santiago como sede ante el Comité Ejecutivo de la Odepa, la vocera de gobierno, Cecilia Pérez, señaló que «tenemos mucha ilusión y esperanza de poder cumplir con este sueño. Ha sido un proceso largo, de mucho trabajo, esfuerzo y coordinación entre el Comité Olímpico y el Gobierno». La presentación fue aprovechada por La Moneda para poner sobre la mesa sus avances en políticas públicas y en una nueva institucionalidad para incentivar el deporte.

Incluso se buscó el apoyo de los aliados. El pasado 20 de agosto, una comisión compuesta por miembros del Comité Olímpico de Chile, además del subsecretario de Deportes, Gabriel Ruiz-Tagle, visitó Brasil en busca de respaldo. Allí, a lo que se apuntaba era a llamar la atención del vicepresidente de la Organización Deportiva Panamericana, Carlos Nuzman, quien además es vicepresidente del Comité Olímpico Brasileño, el cual tiene tres votos para la elección de la sede de los Panamericanos.

En tanto, en territorio chileno, fue el propio Piñera quien a mediados de septiembre recibió en La Moneda a una delegación de miembros de la Odepa. “El Gobierno de Chile está ciento por ciento comprometido con recibir a la familia panamericana en nuestro país, con los brazos abiertos, y para eso ya nos estamos preparando, invirtiendo en infraestructura y preparando la organización”, señaló el Mandatario en la oportunidad.

El valor de la experiencia

Sí, la presentación que hizo Perú ante los delegados de la Odepa fue impecable. Pero vale la pena mencionar, además, que Lima ya contaba con la experiencia de pasar por este tipo de certámenes. Y es que ya había participado en la anterior votación para ser sede de los Panamericanos en 2015, una elección que perdió ante Toronto. Sin embargo, esta resultó ser una oportunidad para mejorar el proyecto completo y convertirse en vencedor para realizar los Juegos 2019.

Otro aspecto que probablemente fue clave tuvo que ver con el dinero. La propuesta peruana alcanzaba los US$700 millones en inversión. Asimismo, resultó clave la promesa de repartición monetaria de los derechos televisivos. Según comentó el Secretaria General del Comité Olímpico de San Vicente, Shaun Young, «Lima entrega un porcentaje de los derechos de TV, lo que beneficia a los países más pequeños».

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