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Los líderes estudiantiles que buscan un lugar en el Congreso

Los líderes estudiantiles que buscan un lugar en el Congreso

Algunos de los dirigentes más emblemáticos de las protestas estudiantiles de 2011, como Camila Vallejo y Giorgio Jackson, intentan llegar al Parlamento a través de las elecciones de este domingo. Lea qué se proponen.


Cuando el candidato a diputado Giorgio Jackson, de 26 años, llama a la puerta de un votante en el centro de Santiago, la respuesta suele ser la misma: «¡Ah, sí, el de los estudiantes!».

Jackson, de 26 años, se presenta a las elecciones legislativas del 17 de noviembre como aspirante independiente en el distrito de Santiago Centro dentro de su movimiento de Revolución Democrática.

Pero muchos votantes lo conocen todavía por haber sido presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica de Chile (FEUC) y uno de los principales precursores de las movilizaciones de 2011, cuando miles de jóvenes chilenos salieron a las calles para demandar un sistema educativo de calidad y gratuito.

En la capital todavía lo paran los padres y madres de familia para compartir la historia de sus hijos, estudiantes que todavía deben pagar miles de dólares para liquidar su préstamo universitario.

Ahora, además del sistema educativo, Jackson quiere cambiar otras cosas desde el Poder Legislativo, como el modelo económico, la sanidad o las pensiones.

Y no es el único.

El paso lógico

A las elecciones legislativas y presidenciales del domingo en Chile se presentan también otros jóvenes líderes que encabezaron las protestas de 2011: Camila Vallejo, Gabriel Boric, Karol Cariola y Francisco Figueroa.

«Hay un paso bastante lógico desde la movilización hacia la recuperación de las instituciones y de la representatividad política», le dice Jackson a BBC Mundo.

«Porque en el año 2011 nos sentimos muy solos en el parlamento, sentimos que no había nadie en el espacio institucional que representara esas ideas», cuenta.

El camino elegido por estos jóvenes ha sido diverso. Algunos, como él, optaron por lanzar sus candidaturas de manera independiente, sin respaldo de grandes partidos; otros, como Camila Vallejo, prefirieron participar en estructuras tradicionales, como la del Partido Comunista.

La expresidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech), de 25 años, compite para convertirse en diputada por el distrito 26 del barrio de su infancia, La Florida.

«Queremos irrumpir en la institucionalidad para cambiarla, porque es antidemocrática en muchos aspectos. Tiene enclaves que persisten desde la dictadura militar hasta el momento», le dice a BBC Mundo.

«Hay una gran mayoría que entendió que Chile cambió –asegura Vallejo-. También el mundo político más tradicional, que se dio cuenta que hay un nuevo momento político que requiere cambios estructurales y que los maquillajes hay que dejarlos de lado».

Entre sus propuestas está la redacción de una nueva constitución, el fortalecimiento de derechos sociales y laborales o la distribución efectiva de la riqueza para frenar la desigualdad en su país. Además, claro, de una reforma educativa.

Ideas que se gestaron ya en 2011, en la calle, y que dos años después incluso algunos de los candidatos presidenciales incorporaron a su programa. Entre ellos la favorita, Michelle Bachelet, de la Nueva Mayoría.

En estos años sus propuestas han sacudido a un país donde los dos grandes bloques de partidos –la Alianza de la derecha y la Nueva Mayoría (antes la Concertación) a la izquierda- acostumbraban a marcar la agenda política.

Congreso rejuvenecido

Quizás el salto a las campañas de quienes lideraron las marchas juveniles es el ejemplo más claro de una transformación en la política chilena.

Este año, más del 32% del padrón electoral está compuesto por jóvenes de entre 18 y 34 años, un salto significativo comparado con el 6,5% de hace cuatro años.

Y el número de candidatos jóvenes ha crecido en un 7% en ese mismo periodo, explica Cristóbal Huneeus, economista y analista del sitio web electoral Decide Chile.

Su llegada al parlamento puede cambiar también la forma de tomar decisiones, le cuenta a BBC Mundo.

«Actualmente hay una subrepresentación de los jóvenes en el parlamento, donde los políticos tienden a legislar además para los más viejos».

«2014 va a ser un año muy importante para los jóvenes, veremos si a los candidatos elegidos les va bien o les va mal bajo las reglas de juego del sistema», explica.

Críticas

Por ahora, las encuestas favorecen a varios de ellos, incluidos Giorgio Jackson y Camila Vallejo, los exlíderes estudiantiles más reconocidos, que tienen casi asegurada su entrada en el parlamento chileno.

Sin embargo, la principal preocupación de algunos votantes es cuál será el papel de estos populares jóvenes cuando lleguen a la cámara. Los pasillos del Congreso se parecen poco a las avenidas de Santiago.

«Cuántos años llevo mirando a los ojos a candidatos simpáticos como usted», le dice una vecina a Jackson durante su puerta a puerta en Santiago.

«Y después siempre hacen lo mismo…», sentencia.

«¡Yo tengo la misma desconfianza que usted, por eso me meto en esto!», responde el candidato.

Y es que la sociedad chilena ve esta llegada con escepticismo, explica Huneeus.

«Porque en el pasado –dice- otros dirigentes estudiantiles dieron el salto a las instituciones», tanto desde la derecha (líderes de federaciones estudiantiles durante la época del régimen de Augusto Pinochet acabaron luego como figuras destacadas del gobierno del presidente Sebastián Piñera) como desde el centro izquierda.

También sus rivales políticos han criticado a estos jóvenes.

Es el caso de Felipe Kast, candidato del movimiento Evolución Política a diputado y adversario de Jackson en Santiago Centro, quien denunció que la alianza de centro izquierda de la aspirante presidencial Bachelet decidió no presentar candidato a este distrito para allanar el camino a Jackson.

«Encuentro bueno que tengamos renovación en la Cámara, pero creo que la forma de lograrlo mató la magia que se venía sembrando hace un tiempo», sostiene el ex ministro de Piñera.

También Vallejo recibió críticas de excompañeros del movimiento estudiantil por apoyar la candidatura de Bachelet, algo que algunos interpretaron como una traición.

Sin marcha atrás

Sin embargo, los aspirantes que ya sacudieron la calle y que ahora quieren revolucionar las instituciones aseguran que esta vez no cabe marcha atrás para el cambio.

«Nunca más podemos excluir la voz de la ciudadanía y el mundo organizado de la toma de decisiones en materia ejecutiva y legislativa», dice Vallejo.

«Se han levantado muchas expectativas de cambio, es complicado pensar que no se vayan a cumplir», apunta.

En la recta final de la campaña, Chile tiene la mirada puesta en los jóvenes que con sus movilizaciones lograron que la educación se convirtiera en un tema esencial de la agenda presidencial.

Aquel triunfo les dio confianza para buscar objetivos mucho más ambiciosos.

«No queremos mejorar este sistema tan injusto», advierte Giorgio Jackson. «Sino pensarlo de nuevo».

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