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Derrota de Alvear propina profunda estocada al partido del orden Cambia eje del poder en el seno de la Nueva Mayoría:

Derrota de Alvear propina profunda estocada al partido del orden

Marcela Jiménez
Por : Marcela Jiménez Periodista de El Mostrador
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De los tres pilares programáticos en los que Bachelet ha sustentado su campaña, con el quórum de 4/7 puede perfectamente aprobar la reforma tributaria y la de Educación. Queda cojeando cambiar la Constitución por la vía institucional, como ha dicho la candidata, porque no tienen los dos tercios necesarios.


Ninguna encuesta ni vaticinio lo barajó siquiera, todos lo daban por perdido e, incluso, más de uno ya decía que tenía un puesto seguro en el futuro gabinete de Michelle Bachelet. Pero el PS Carlos Montes derrotó en las urnas a la DC Soledad Alvear, se quedó con el escaño por Santiago Oriente y, de paso, le generó una herida profunda al llamado “partido del orden”, esa ala del poder que ha sido renuente a cambiar ciertas reglas del juego institucional, la misma que abusó de la política de los consensos transando compromisos programáticos históricos y que se asocia a la vieja Concertación.

Es cierto que con los resultados parlamentarios no se puede hablar de grandes cambios en la correlación de fuerzas entre la derecha y la oposición, porque ambas mantuvieron desempeños en las urnas similares a comicios anteriores a nivel de diputados, que es donde se mide la fuerza de partidos y coaliciones: La Nueva Mayoría tiene un 47,72% y la Alianza el 36,2%.

Es que es en el recambio de quienes entran, quienes se mantienen y sobre todo quienes salen del Congreso, donde estará la clave de lo que se podrá aprobar o negociar en materia programática.

A todas luces no fue la noche de la DC. La cara de Alvear lo decía todo cuando, cerca de las 23:00 horas, salió a reconocer su derrota, una que la tomó por sorpresa a ella y a todo su partido, como reconocían en la falange. La senadora es fiel exponente del partido del orden, y su derrota –añadieron– es la comprobación empírica del poder en retirada de su marido, Gutenberg Martínez, que por dos décadas controló los hilos de la Concertación con la alianza estratégica que desarrolló con un grupo de ex MAPU, encabezados por el ex ministro PS, Enrique Correa, quien alberga en su oficina de asesorías al jefe de campaña que tuvo Alvear, Moisés Valenzuela. También muy cercano a Alvear es el abogado constitucionalista Patricio Zapata (DC), quien ha liderado las posiciones más conservadoras en la comisión respectiva del comando de la Nueva Mayoría.

Más relevante aún es que será reemplazada por Montes, que no tiene problemas con la agenda valórica de Bachelet, que ya el 2006 hablaba de cambios profundos en educación, que defiende la necesidad de una reforma tributaria, que apunta a cambios de fondo a nivel constitucional. De hecho, no estuvo en la célebre foto de las manos en alto, con que Bachelet junto a políticos de todos los sectores celebraban la aprobación de la LGE, sin recoger las demandas de los pingüinos en 2006.  Por su perfil político y los nexos transversales que tiene, todo indica que se instalará como uno de los principales “articuladores” en la Cámara Alta, más todavía cuando ese era un papel que se esperaba cumpliera el PS, Camilo Escalona, quien perdió en la VIII Región Costa.

[cita]La senadora es fiel exponente del partido del orden, y su derrota –añadieron– es la comprobación empírica del poder en retirada de su marido, Gutenberg Martínez, que por dos décadas controló los hilos de la Concertación con la alianza estratégica que desarrolló con un grupo de ex MAPU, encabezados por el ex ministro PS, Enrique Correa, quien alberga en su oficina de asesorías al jefe de campaña que tuvo Alvear, Moisés Valenzuela.[/cita]

En televisión anoche, el timonel DC, Ignacio Walker, defendía el rol que juega su partido en la Nueva Mayoría, pero más allá de las palabras de buena crianza, es innegable que la derrota de Alvear se suma al magro tercer lugar que sacó Claudio Orrego en las primarias presidenciales de junio, hecho que instaló la tesis de la pérdida de poder e influencia de ese sector de la  DC en su defensa de visiones más conservadoras en el seno de la Nueva Mayoría.

Más aún, si no fue la única “baja”, porque el histórico senador DC Hossain Sabag también perdió anoche ante el PPD Felipe Harboe. Si bien en la falange reconocen que sabían que se perdería, que “nadie lo daba por ganador”, en lo concreto, a partir de marzo, su salida implica un voto menos a ciertos consensos con la derecha a la hora de intentar mantener el statu quo.

Se inclina la balanza

Bachelet contará con un Congreso donde tendrá mayoría en ambas cámaras: en el Senado la Nueva Mayoría logró dos doblajes en la Región de Antofagasta (Alejandro Guiller y Pedro Araya) y en Coquimbo (Jorge Pizarro y Adriana Muñoz),  logrando con eso 21 escaños. Es cierto que esa cifra está lejos del supra quórum de los 2/3 (26 senadores) que se requiere para reformar la Constitución y que no se alcanzó el umbral de los 23 escaños, equivalente a los 3/5, pero quedaron a un voto de los 4/7 poder aprobar Leyes Orgánicas Constitucionales (L.O.C), entonces, figuras como el independiente Carlos Bianchi pasan a tener relevancia a la hora de votar cambios de fondo.

La Nueva Mayoría fue una fórmula exitosa a nivel de diputados, superó cualquier pronóstico, ya que lograron doblar en 10 distritos y eso que los cálculos decían que cuando mucho serían unos cinco: Vallenar, Copiapó, La Granja, Coronel, Puerto Varas, Los Ángeles, Rengo, Macul, entre otros.

Son 66 diputados, sólo tres menos del quórum de 4/7 y, por tanto, independientes como Giorgio Jackson (Santiago), Gabriel Boric (Punta Arenas), algunos PRI como Alejandra Sepúlveda, permiten instalar la posibilidad de sacar adelante efectivamente buena parte del programa de Bachelet.

Así, de los tres pilares programáticos en los que ha sustentado su campaña, con el quórum de 4/7 puede perfectamente aprobar la reforma tributaria y la de Educación. Queda cojeando cambiar la Constitución por la vía institucional, como ha dicho la candidata, porque no tienen los dos tercios necesarios.

Aun así, en la Nueva Mayoría había satisfacción, muchos porque consideraban que el eje de poder interno en la coalición no quedó mal repartido, aunque la balanza se inclinó abiertamente a favor del PS y el PC, que fueron los grandes triunfadores de la noche.

De 11 diputados que tiene el PS, aumentó a 17, siendo la segunda fuerza de la coalición, mientras que el PC cumplió a cabalidad las expectativas de su convergencia electoral y política con la Nueva Mayoría. No sólo reeligió a su timonel Guillermo Teiller (41%) y a sus diputados, Lautaro Carmona (41,8%) y Hugo Gutiérrez (28,8%), sino que duplicó sus parlamentarios con los triunfos de Camila Vallejos (La Florida), Karol Kariola (Recoleta) y Daniel Núñez (Coquimbo).

Los radicales quedaron con seis diputados y el PPD bajó su bancada de 19 a 15. A pesar de las perdidas senatoriales, a nivel de diputados, la DC no tuvo un mal resultado, subió en tres sus parlamentarios de 19 a 22 y del 14,6% al 15,8% su votación.

Los estudiantes

Fueron muchas las veces que desde La Moneda afirmaban que los líderes estudiantiles, especialmente los del movimiento del 2011 que tuvo muy complicada a la administración de Sebastián Piñera, no eran representativos de la ciudadanía. Sin embargo, anoche la mayoría de sus exponentes se ganó en las urnas un escaño en la Cámara de Diputados y lo hicieron con altísimas votaciones.

El ex presidente de la FEUC, dos ex presidentes de la FECH y una ex presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción (FEC) llegarán en marzo al Congreso.

Jackson ganó en Santiago con más del 40%, Vallejo en La Florida con el 43,77%, la secretaria general de las JJ.CC., Karol Cariola, sacó el 39,58% en Recoleta y Boric no sólo se impuso en Punta Arenas con el 26%, sino que de paso le dobló la mano al sistema binominal.

Todos coincidieron que su llegada a la Cámara Baja es la antesala de «cambios estructurales profundos”, especialmente a nivel tributario y educacional. Una coincidencia con quienes desde la Nueva Mayoría ya ven en ellos alianzas claves para los próximos cuatro años.

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