Algunos recintos no adhirieron por temor a perder financiamiento
Según las cifras entregadas por la cartera de Educación, sólo dos liceos -Confederación Suiza y Tajamar- no rindieron el polémico examen programado para este miércoles, mientras otros siete establecimientos registraron muy baja participación. En tanto, la marcha convocada por la ACES para protestar contra el instrumento medidor terminó frente al ministerio disuadida por Carabineros.
Este miércoles, más de 250 mil alumnos de segundo medio rindieron la prueba Simce, examen que evalúa los conocimientos de los estudiantes en distintas materias, tales como Lenguaje y Comunicación, Matemática, y otras. No todos, sin embargo, participaron en el proceso.
Los segundos medios de los liceos Confederación Suiza y Tajamar no dieron el Simce de Comprensión de Lectura y Matemática, y en otros siete colegios se registró una muy baja participación de los alumnos, según confirmó la Agencia de la Calidad de la Educación.
Los estudiantes adhirieron al llamado de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES) que instaron a «funar» la aplicación del instrumento protestando que la herramienta fomenta la desigualdad. «Se precariza la malla curricular al dar estas pruebas, ya que en los establecimientos a los estudiantes se les prepara para rendir una prueba puntual, y no se les prepara con un desarrollo integral», explicó hoy Isabel Salgado, vocera del organismo.
En esta línea se convocó para este miércoles una marcha no autorizada por la Intendencia Metropolitana que comenzó en la Plaza Los Héroes y se dirigió hasta el Mineduc para hacer entrega de una carta con sus demandas. La movilización terminó en altercados con Carabineros cuando los jóvenes intentaron ingresar a la sede del ministerio.
Por su parte, la ministra de Educación, Carolina Schmidt, se mostró tranquila ante el llamado a la funa del examen y aseguró que, según cifras oficiales, más del 99% de los alumnos que podría someterse a su aplicación así lo hicieron. La titular de la cartera defendió el instrumento asegurando que «lo que no se mide no se puede gestionar, lo que no se evalúa no se puede mejorar».
«Tenemos que entender que lo peor que nos puede pasar es quedarnos a ciegas. Para avanzar tenemos que conocer dónde estamos mejorando y dónde estamos detenidos”, aseguró. A esto agregó que «no es razonable que niños pequeños decidan por votación si quieren evaluarse o no, tampoco es razonable que escolares adolescentes decidan si sus compañeros pueden asistir o no a clases».
Cabe señalar que algunos establecimientos, como el Instituto Nacional, si bien se han mostrado contrarios a la aplicación del examen, han tenido que ceder por temor a perder con ello el financiamiento que recibe el recinto por excelencia académica.
