Ambas dieron su apoyo a los dirigentes secundarios que encabezan la campaña en contra de la medición escolar, y coinciden en que se trata de una herramienta que fomenta la segregación.
Dirigentes de la mesa de la Campaña ¡Alto al Simce!, en Santiago, junto a dirigentes estudiantiles secundarios y universitarios, criticaron este miércoles dicha prueba, y en ese sentido la presidenta electa de la FEUC y alumna de pedagogía, Naschla Aburman, expresó que «no podemos tener como objetivo principal preparar alumnos para una vida de pruebas y no ser capaces como país de prepararlos para la prueba de lo que significa la vida».
Aburman dijo que «el Simce está lejos de ser un proyector sustantivo, responsable, del que nos podamos hacer cargo para evaluar nuestra educación, para evaluar la calidad de la educación, es una herramienta que ha perdido completamente su origen, sus razones fundantes, ha hecho que perdamos el foco en la educación y que más que herramienta sea un fin en sí mismo, que hace aumentar la competitividad de los colegios y también segregar; hay alumnos que son obligados a no dar el Simce», expresó la presidenta electa de la FEUC, durante una conferencia de prensa conjunta.
En tanto, la presidenta electa de la FECh, Melissa Sepúlveda, dijo que el problema «de la educación es transversal; pruebas estandarizadas como el Simce y la PSU solamente miden el nivel socioeconómico de los padres y no es realmente un mecanismo de evaluación del desempeño de cómo mejora la educación en Chile; se establece un ránking que lo que permite al final es asegurar el mercado de la educación y comprender la educación como un bien de consumo que tiene que estar transado en ese mercado; se asegura así mecanismos de competencia, un incentivo perverso hacia los profesores; creemos que es fundamental entender hoy que el problema de la educación es un problema de desigualdad y que tiene que ser abordado en todas sus áreas».
A su vez, la vocera de la Asamblea de Estudiantes Secundarios (ACES), Isabel Salgado, dijo que el Simce «es una medida que estandariza, sigue segregando a los estudiantes, fomenta la competitividad, precariza la mallas curriculares, no hay una incidencia real de las mallas curriculares en lo que se está enseñando ni en el cómo se está enseñando. Los estudiantes está propensos en sufrir muchas tensiones de parte de lo que es el Simce», dijo Salgado, y recordó el fallecimiento de un joven en Antofagasta que murió mientras realizaba la prueba del Simce de Educación Física.
Por su parte, el vocero de la Coordinadora de Estudiantes Secundarios (Cones), Moisés Paredes, expresó que los jóvenes «se han levantado contra la estandarización. Cómo el neoliberalismo ha afectado en expresiones tan nefastas como querer medir realidades completamente diversas, un colegio de la Región Metropolitana con un colegio de allá de Arica, en base a la misma medida, en base a los mismos parámetros, castigando la diversidad que tienen las comunidades educativas y amarrándolas también a una malla curricular completamente psicótica».
En tanto, la vocera de ¡Alto al Simce!, Paulina Contreras, sostuvo que «llevamos 25 años con esta medición, el Simce, que lejos de mejorar la calidad de la educación; lo único que ha logrado es generar competencia entre las escuelas, y competencias en condiciones desiguales, además, porque compara estudiantes muy distintos entre sí como si no lo fueran. No considera las diferencias de nivel socioeconómico y a partir de la publicación de sus resultados se realizan rankings que hacen aparecer como si unas escuelas fueran mejores que otras, en circunstancias que leerlos de esa manera es un error. En ese sentido creemos que hay que repensar la evaluación. La medición no es la única manera que tenemos de evaluar nuestro sistema educativo; el Simce produce una serie de efectos negativos».
Por su parte, el Secretario Regional Ministerial de Educación (Seremi), Alan Wilkins, preguntado sobre el rechazo de los sectores mencionados sobre dicha prueba, expresó que «siempre se puede ir revisando las evaluaciones. Las evaluaciones son todas mejorables, pero el Simce hoy día nos indican las tendencias, de cómo vamos, y por eso es importante no dejar de rendir el Simce, podemos discutir si es la mejor alternativa, si se puede mejorar, pero es muy importante tener un termómetro de cómo vamos avanzando, poder hacerlo en forma periódica, de manera de poder tomar las decisiones y apoyar sobre todo a los alumnos más vulnerables, los que se van quedando atrás».
