«La hija de Bachelet debe fumar hierba»

Una semana antes de que en Chile se llevaran a cabo las elecciones presidenciales del 17 de noviembre, Andrés, de 29 años, se juntó a carretear con un grupo de amigos que, como él, se ganan la vida haciendo tatuajes. Quería hacerse un retrato, plasmarse la cara de alguien que tuviera algún significado: «¡Hazme a la Bachelet, po!». De ahí salió la idea. Al fin de semana siguiente, la imagen de su muslo derecho, con la cara sonriente de la candidata de la Nueva Mayoría, se convirtió en un bombazo en las redes sociales. «La idea era mostrarlo en las elecciones. Fue para generar un poco de ruido, para hacerme escuchar. Mi idea es acercarme a ella y explicarle que queremos que reformule la Ley 20 mil –normativa chilena que regula drogas y estupefacientes– y despenalice el cultivo de la marihuana de forma recreativa y terapeútica», explica hoy.

Cuando su tatuaje se hizo famoso, las críticas en Twitter no tardaron en explotar. Andrés asegura hoy que no se entendió el mensaje que él quería transmitir. «Yo a la Bachelet la respeto mucho, la admiro, voté por ella. Todos mis amigos saben que voté por ella. Pero esto no lo hice de enamorado, como dijeron algunos. Esto lo hice para generar ruido y poder conversar con ella. Y es difícil llegar a conversar con alguien así. Hay que generar suficiente ruido para poder ser escuchado. No me voy a ir a quemar a lo bonzo, ni amarrar a La Moneda», afirma el joven. En el intertanto, del comando de la candidata no ha sabido nada.

Para él, que tiene un estudio en su casa en La Florida y tatúa hace más de seis años, manifestarse a través de su arte tiene toda la lógica. «Yo trabajo de esto, vivo de esto, soy súper conocido en este tema de los tatuajes. Tengo muchos amigos que saben quién soy y quién es el tatuador (del dibujo de Bachelet). Sabemos qué es el tatuaje, y hay gente que se hace a Michael Jackson, otros a Obama», explica, como queriendo decir que así funciona la cosa.

-Si pudieras acceder finalmente a ella, ¿qué te gustaría plantearle?

-Sobre todo el tema de la marihuana. Y que no se discrimine a la gente. El tema de los homosexuales… que los dejen ser libres. A los tatuadores todavía se nos discrimina, no nos paran los taxis porque tengo amigos que están muy tatuados. Que nos escuchen a los jóvenes. La idea es presentarme como una persona ‘volá’, yo soy ‘volao’ y fumo hierba. Y hay mucha gente que son políticos y lo hacen, que nos escuchen. Encuentro injusto que mezclen a los jóvenes que se fuman un pito con gente que mata a una persona.

-Pero durante el gobierno de Bachelet la marihuana se catalogó como droga dura.

-Yo creo que puede ser un poco por desinformación. La marihuana es solamente para relajarse. Por algo la consumen políticos, la han legalizado países que son potencia. La hija de Bachelet debe fumar hierba, así que ella debería mojarse el ‘potito’ y darse cuenta que es por algo.

-¿Y por qué crees que ella es una buena candidata? ¿Como joven no te molesta que en su comando trabajen los rostros que representan la vieja política?

-Es la candidata que va a salir, a la Bachelet la respeto y me gusta. La apoyo. Soy de los hombres que creen que la mujer puede manejar mejor una casa y si veo un país como una casa, que ella lo tenga a cargo lo encuentro bien. Con los de la vieja política no tengo rollo, al final es lo mismo. Piñera almuerza con Bachelet los domingos, los políticos son todos lo mismo. La gente es la que se pelea. Es como los barristas, termina el fútbol y afuera se abrazan.

-¿Y nunca pensaste en votar por alguno de los otros candidatos que apelaban a los jóvenes? ¿Claude, Sfeir, etc.?

-No les creo. Tengo que ser consecuente y para mí era botar un voto. No van a salir, pueden tener propuestas muy lindas, pero si tienes dos potencias y tres países chicos, sabes que todos van a terminar aliados con los países grandes.

-¿Te han molestado mucho después de que se dio a conocer la foto?

La foto con mi cara no se ha visto mucho. Ahora, cada cliente que llevo a mi casa se mata de la risa. Me encanta ser un poquito el florero y esto se hizo con esa intención. Ya no hay carrete en que no me tenga que bajar los pantalones. A mí amigo que me hizo el tatuaje, ahora lo voy a tatuar yo… le vamos a hacer a la Matthei (bromea Andrés entre risas).