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Auditoría revela millonario déficit en la Corporación para el Desarrollo de Santiago durante gestión alcaldicia de Zalaquett

Auditoría revela millonario déficit en la Corporación para el Desarrollo de Santiago durante gestión alcaldicia de Zalaquett

Claudio Maggi, el actual director de la entidad, manifestó que los antecedentes dan cuenta de la responsabilidad que le cabría al ex jefe comunal. «Él presidía el Consejo de Administración, que es el principal órgano de gobierno corporativo de la Cordesan, un órgano que en la práctica funcionó con mucha debilidad”, dijo.


La Corporación para el Desarrollo de Santiago (Cordesan) dio a conocer este martes los resultados de la auditoría solicitada por la Municipalidad de Santiago, luego de tomar conocimiento de la crítica situación financiera y el grave déficit que afectaba a la institución, el que ascendía a $2.300 millones acumulados.

Claudio Maggi, el actual director ejecutivo de la Cordesan, manifestó que los antecedentes dan cuenta de la responsabilidad que le cabría al ex alcalde de Santiago, Pablo Zalaquett (UDI). “Hay responsabilidad. Él presidía el Consejo de Administración, que es el principal órgano de gobierno corporativo de la Cordesan, un órgano que en la práctica funcionó con mucha debilidad”, dijo.

A través de un comunicado, la Corporación precisó que sólo en el año 2012 la deuda se incrementó en $447 millones.

Asimismo, recuerda que la Cordesan es una institución de derecho privado, sin fines de lucro, creada en 1985 y que “fomenta la colaboración entre el municipio de Santiago, el sector privado y la comunidad. Con un presupuesto de $7.500 millones al año, de los cuales 72% corresponde a aportes municipales, tiene como misión promover iniciativas de mejoramiento urbano de la comuna”.

Respecto a las irregularidades detectadas, detalla que en noviembre de 2012, “un mes antes de que asumiera la nueva administración, el entonces director ejecutivo de la Cordesan, Hernán Cáceres, informó al Concejo de Administración que la Corporación registraba un déficit de más de $2.000 millones, producto, entre otras cosas, de los gastos incurridos tras el terremoto. Entre los problemas que registraba la entidad se incluían imposiciones y leyes sociales impagas a la mayoría de sus trabajadores, sin recursos de caja y con grave riesgo de incumplimiento ante proveedores y la planilla de empleados”.

Sostiene al respecto que la nueva administración “ordenó la instrucción de una auditoría externa, la que fue licitada y posteriormente ejecutada entre junio y noviembre de 2013 por la firma Fortunato & Asociados Auditores”.

Entre las conclusiones precisa que se confirmó un déficit acumulado de $2.307 millones hasta el año 2012; entregó evidencias del aumento descontrolado de gastos, como “el incremento excesivo de honorarios sin registro de servicios prestados. De 41 personas con sueldos sobre $1 millón, sólo 6 contaban con su respectivo contrato”.

También “numerosos casos de dobles sueldos (Municipalidad más Cordesan) y sobresueldos (remuneración más boleta de honorarios); aumento del promedio de remuneraciones de un 32% durante el período 2009-2012. Con fluctuaciones anuales entre trabajadores que van en un rango de entre 0% y 42% en algunos años” y “nuevos contratos de servicios sin el adecuado control de la calidad de sus prestaciones”.

La auditoría, se indica, también constató “desprolijidad en la documentación de contratos de trabajo, horas extra, vacaciones, licencias médicas; debilitación del gobierno corporativo. El consejo de administración no es informado de los problemas financieros y es citado apenas tres veces en cuatro años. Incluso, entre la segunda y tercera reunión pasaron exactamente dos años”.

La Cordesan sostiene que “todo lo anterior comprueba un notable incumplimiento de los estatutos de la Cordesan, especialmente en lo que se refiere a las normas presupuestarias y funcionamiento eficiente dentro de los recursos disponibles” y que la fiscalización “demuestra que el fuerte déficit no fue causado por efectos del terremoto, como se argumentó en su momento, sino por una gestión deficiente, agravada por el endeudamiento recurrente vía factoring al que la Corporación se vio obligada a recurrir desde el período 2003-2004 en adelante”.

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