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Ex frentista Villanueva insiste en su inocencia y acusa a delatores en caso Guzmán: «Su delación significó la perdida de valiosas vidas»

Ex frentista Villanueva insiste en su inocencia y acusa a delatores en caso Guzmán: «Su delación significó la perdida de valiosas vidas»

«Quienes levantaron la acusación en mi contra terminaron siendo acusadores en una trama sórdida que aún esta pendiente en la justicia, cuyo auténtico objetivo no es otro que saciar la venganza política de la UDI, por la muerte de su ideólogo y el de la dictadura, Jaime Guzmán», sostuvo.


El ex frentista y único procesado por el asesinato del senador UDI Jaime Guzmán, Enrique Villanueva, se refirió a la carta escrita por la Dirección del FPMR y que fue enviada a los medios de comunicación. En la misiva, el grupo salió en su defensa asegurando que no tuvo ninguna participación con “La Oficina”.

Al respecto, Villanueva –conocido como «comandante Eduardo»– asegura: «Después de tantos años creo que tengo el derecho a decir que el ensañamiento en contra de mi persona no tuvo límites, sus gestores lo iniciaron en 1990, incluso existe una carta enviada por un miembro de la Dirección Nacional, a los medios de prensa de la época, preocupado por mi integridad física, denunciando el desprestigio al cual me estaban sometiendo por mis posiciones políticas contrarias al aparatismo militarista que en esos tiempo se quería imponer dentro de nuestra organización».

«Pero en 1997 –puntualiza– estos comentarios sin fundamentos, amparados en la “compartimentación” se concretaron cuando se entrega mi identificación y mi ubicación a los medios de prensa. Lo cual revivieron en el año 2010, con la misma lógica, acusar sin fundamentos, creando una noticia para sembrar la duda, valiéndose de un periodismo, en este caso irresponsable, que actuó sin comprobar la veracidad de los hechos. Así se construyó esta mentira intencionada, para destruir a una persona, sabiendo que la traición despierta tal intensidad, porque es una sombra asociada al papel que algunos sí jugaron y que su delación significó la pérdida de valiosas vidas de compañeros y compañeras. Me pregunto qué tiene esto de revolucionario o de consecuente, el ampararse en la verborrea revolucionaria, para actuar de esta manera».

«Qué respeto merecen los que inventaron esta historia, la cual hizo suya la UDI en su insaciable deseo de venganza para revertirla en mi contra, perseguirme, acusándome hasta el día de hoy de un hecho que muchos de los que sí fueron parte del FPMR de la época, saben que no participé. Lo que es más, la delación en mi contra del 2010 no sólo me dañó a mí, sino a muchos otros compañeros porque además fue utilizada para intentar destruir la imagen histórica del FPMR», agrega.

Villanueva dice lamentar que «las páginas de la historia están salpicadas de hechos como estos y de sangre inocente como consecuencia de ellos, avalados por el silencio cómplice de quienes se ubican como espectadores, aun sabiendo la verdad, o de quienes son comprados por la duda. O de los acusadores que se suben al carro para sacar provecho personal o sólo expandiendo la cultura de ubicarse en lugares y hechos de los que nunca fueron partícipes o en los cuales nunca estuvieron».

«En su conjunto infligieron un daño que no es posible dimensionar en palabras, bajo un discurso pseudo revolucionario, con el mismo egoísmo y mezquindad de quienes criticamos. Silentes cobardemente unos, o actuando sin piedad otros, transformados en verdugos en contra de un enemigo del cual ni siquiera se dieron la molestia de averiguar su inocencia o culpabilidad. Las consecuencias de esto son funestas, que si bien en mi caso culminaron con la acusación de traición, en otros terminó en el asesinato, como sucedió con el Comandante del FPMR, Gregorio (Iván Figueroa Araneda ), víctima de una acusación similar, sin tener para ello pruebas más que la subjetividad del señalamiento. Decir esto en voz alta, es necesario, primero porque estos hechos no tienen justificación alguna y segundo, porque el sectarismo que los origina forma parte de la descomposición moral que es necesario denunciar», prosigue en su misiva.

«La intolerancia distorsiona las diferencias percibidas entre posiciones y argumentos, la diversidad, que en política debiera ser aquello que la enriquece, se neutraliza cuando existe el sectarismo enfermizo. Como se ha demostrado en la práctica y también en este caso, la actitud sectaria sólo arruina, por la subjetividad de sus acciones y acusaciones, por lo limitado de sus argumentos, lo que al final se vierte en contra de las personas y las organizaciones llevándolas a su autodestrucción. Esto se demuestra en los hechos, que quienes levantaron la acusación en mi contra terminaron siendo acusadores en una trama sórdida que aún esta pendiente en la justicia, cuyo auténtico objetivo no es otro que saciar la venganza política de la UDI, por la muerte de su ideólogo y el de la dictadura, Jaime Guzmán. Estos han aprovechado todos los argumentos acusadores, para intentar dar un golpe de mano camuflado por la solemnidad de la justicia. Quiéranlo o no, lo que está pendiente es un juicio absurdo y la única acusación que puede estar en pie es mi pasado Rodriguista y Revolucionario, el cual nunca he negado», recalca.

«Pero mas allá de esta situación aún no resuelta, tarde o temprano deberá ganar la verdad y la justicia, como lo acaba de hacer el FPMR con su carta pública, imponiendo la verdad sobre la mentira. Esto es lo que permite abrir un espacio político importante para mirar el futuro y construir como lo están haciendo, reconociéndonos en nuestro propio pasado (…) no cabe duda que el tener una opinión propia implica estar expuestos a los críticos, los que tan sólo se dedican a disparar con perversas intenciones todo tipo de opiniones, para descalificar y degradar a los que construyen. Los que aun teniendo razón en algunos de sus planteamientos, los hacen llenos de rencor, de resentimientos y de conflictos de poder», concluye.

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