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CUT y CPC se abren a posibilidad de lograr un acuerdo laboral que sea presentado al gobierno de Bachelet Buscan profundizar avances logrados en 2012

CUT y CPC se abren a posibilidad de lograr un acuerdo laboral que sea presentado al gobierno de Bachelet

El anterior convenio, firmado por Arturo Martínez (CUT) y Lorenzo Constans (CPC), fue criticado duramente por distintas organizaciones de trabajadores, como la Central Autónoma de Trabajadores (CAT), que lo consideró como “una nueva traición de la CUT a los trabajadores de Chile”. Esta vez las conversaciones han sido llevadas con cautela y el pasado 11 de diciembre terminó la primera fase del diálogo que se reactivó a mediados de año.


La Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC) nuevamente están buscando formas para lograr un acuerdo laboral que sería presentado a la Presidenta electa, Michelle Bachelet, reactivando lo pactado entre ambas organizaciones cuando eran presididas por Arturo Martínez en la multisindical y Lorenzo Constans en la multigremial.

Según señala La Tercera, las conversaciones han sido llevadas con cautela y el pasado 11 de diciembre terminó la primera fase del diálogo que se reactivó a mediados de año y fue realizada en la sede de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

En esa ocasión, representantes técnicos de ambas entidades analizaron las materias en las cuales deben introducirse reformas.

Sin embargo, en las próximas semanas comenzaría la etapa de evaluación de factibilidad para ser presentada al nuevo gobierno, el cual asume el 11 de marzo de 2014.

La propia presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa, explica que puede ser a través de un documento que presente los puntos de consenso o alguna otra fórmula y “si ambas partes estamos de acuerdo en que se necesitan profundas reformas laborales, es una señal potente para el gobierno de que hay que concretarlas. Así como la movilización es una herramienta que permite visibilizar la demanda, el diálogo es un capital, porque permite legitimar con mayor fuerza los cambios”.

Y agrega que “este año sea el año de las reformas laborales”, por lo que la multisindical está empeñada en generar las instancias para eso.

Por su parte, en el empresariado están esperando fijar este mes un cronograma de trabajo, ya que “nuestro objetivo es que este trabajo dé frutos para poder presentárselo al gobierno”.

Sin embargo, el diario cita a fuentes de la CPC que advierten que la intención ya fue comunicada a Bachelet durante los encuentros que sostuvo con la CUT antes de la segunda vuelta presidencial y donde la candidata de la Nueva Mayoría manifestó su intención de recoger tales sugerencias.

La disponibilidad fue ratificada por el ex subsecretario del Trabajo e integrantes de la comisión laboral de Bachelet, Mauricio Jélvez, quien señaló que “creo que la emergencia del liderazgo de Figueroa y Santa Cruz puede reabrir la experiencia que tuvimos al inicio de la transición a la democracia, cuando Manuel Feliú y Manuel Bustos fueron capaces de ponerse de acuerdo en una agenda para dar gobernabilidad al país”.

Además, en ambas organizaciones admiten que hay una buena relación entre ambas directivas y que si bien dicho vínculo se inició luego del acuerdo de voluntades firmado a comienzos de 2012, fue la llegada de Santa Cruz a la CPC en marzo pasado y de Figueroa en la CUT en septiembre, lo que permitió una nueva etapa de diálogo.

De esta forma, las nuevas dirigencias comenzaron a acercar posiciones con la instalación de una comisión en la que participaron Fernando Alvear,  gerente general de la CPC, Pablo Bobic (CPC), Roberto Morales (CUT) y Fernando Carmona (CUT), entre otros, y donde también aseguran que ha asumido un rol de liderazgo el ex presidente de la CPC Rafael Guilisasti, quien preside la comisión laboral del gremio.

La idea de este nuevo acercamiento era la buscar consensos en los aspectos laborales en que ambas organizaciones consideran importante avanzar para presentarlos a los comandos de los respectivos candidatos presidenciales. Sin embargo, desde el interior de las cúpulas admitieron que al ver que las campañas se orientaban a otras materias, decidieron esperar la definición de la nueva administración para poder influir en la agenda.

En el acuerdo anterior, firmado por Martínez y Constans en 2012, fue criticado duramente por distintas organizaciones de trabajadores, como fue el caso de la Central  Autónoma de Trabajadores (CAT), la cual consideró que se trataba de “una nueva traición de la CUT a los trabajadores de Chile”, ya que a su juicio implicaba “la reducción de derechos laborales en tiempos de crisis y promueve la disminución del aporte patronal al seguro de desempleo”.

Entre los ejes en discusión de este eventual acuerdo entre la CUT y la CPC están temas como la capacitación, el salario mínimo, la estabilidad laboral en tiempos de crisis y negociación colectiva.

En este último punto se plantea que cuando los sindicatos representen a los menos un 55% o 65% de los trabajadores de la empresa, se reconozcan “ciertas facultades adicionales en la negociación colectiva” y contemplando la opción de establecer acuerdos en materias que actualmente se encuentran excluidas de la negociación, como es el caso de las jornadas y horarios.

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