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Clara Szczaranski reaparece acusando «demagogia en propuesta de Asamblea Constitucional» Ex pdta. del CDE dice que mecanismo no está en el pensamiento de la elite política

Clara Szczaranski reaparece acusando «demagogia en propuesta de Asamblea Constitucional»

«El llamado a una AC en Chile fue táctico, eco fácil para las movilizaciones sociales; anunciar, por ejemplo, ‘un país de derechos y no de privilegios’. Ese sería un cambio en 180º, cercano al terremoto venezolano y afines. Dirigentes y autoridades solo han explicitado la urgencia de un cambio procedimental: el binominal. Temo que hubo manipulación de la inocencia, pues para cambiar el binominal basta una ley orgánica», sostiene la abogada.


La ex presidenta del Consejo de Defensa del Estado, Clara Szczaranski, comentó la idea planteada por algunos sectores de realizar en Chile una Asamblea Constituyente con el fin de elaborar una nueva Carta Fundamental.

La abogada sostuvo, en una carta publicada hoy por El Mercurio, que «de producirse ese parto –que parece ya abandonado–, probablemente nacerá solo ‘un ridículo ratón’, como en el decir de Horacio. Las asambleas constituyentes siguen a cambios culturales: se pactan nuevas bases de convivencia ante nuevas visiones sobre el rol del Estado y del orden político y económico».

Según Szczaranski, «el llamado a una AC en Chile fue táctico, eco fácil para las movilizaciones sociales; anunciar, por ejemplo, ‘un país de derechos y no de privilegios’. Ese sería un cambio en 180º, cercano al terremoto venezolano y afines. En Chile eso no está en el pensamiento de los dirigentes y autoridades, que solo han explicitado la urgencia de un cambio procedimental: el binominal, modo de elegir representantes que frena a la mayoría».

«Temo que hubo manipulación de la inocencia, demagogia, pues para cambiar el binominal basta una ley orgánica, y si no lo hemos hecho, es porque esa ley se frustró, tras ser aprobada en el Senado, al no reunirse los votos necesarios en la Cámara, por razones no aclaradas», enfatizó la ex presidenta del CDE.

En esa línea, la académica aseguró que «para fundamentar una AC debiéramos debatir un temario explícito sobre temas constitucionalmente trascendentes, como el rol del Estado o el orden público económico. Aquí y ahora eso no es posible, pues no se ha producido en nuestra sociedad un vuelco cultural reconocible, capaz de abandonar la lógica del mercado. Si interrogáramos a los dirigentes y autoridades electas, podríamos descubrir que no han pensado en un nuevo orden público económico y que no se sueñan con emigrar del libre mercado, ni de la contratación Estado-empresa, ni de la libre competencia. No es adecuado confundir giro cultural con descontento. El primero propone, el segundo reclama o pide».

«Acertadamente, pero para desconcierto de los crédulos, las promesas constitucionales vacías de la campaña se van jibarizando y están derivando en ‘reformas’ y, sin duda, luego devendrán en ley orgánica para el cambio del binominal, como lo dejó establecido en 2005 el ex Presidente Lagos. Él logró incorporar 58 cambios a la Constitución, dejando 29 artículos inalterados, entre los que están, vaya caso, las bases de la institucionalidad y los derechos y deberes de las personas. Al firmar la reforma señaló: ‘Firmamos solemnemente la Constitución Democrática de Chile…, acorde con el espíritu de Chile, del alma permanente de Chile’. Subrayó que se había puesto fin a los ‘enclaves’ del poder militar (hoy un par de dirigentes dice que quedan ‘algunos’, que no precisan). El ex Presidente aclaró que quedaba pendiente, en parte, el sistema binominal, que desde 2005 pasaba a ser sólo materia de ley orgánica. Es, pues, improcedente una reforma constitucional al respecto y, menos, una AC. Pero no acostumbramos a pedir coherencia política, ni claridad ni certeza de sus dichos a los dirigentes en boga, a los que ya conocemos hace tanto rato como para haber perdido la esperanza», concluyó.

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