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El “factor La Haya” en el timing de la nominación del primer gabinete de Bachelet Posturas encontradas apuntan a evaluar mejor el momento del anuncio

El “factor La Haya” en el timing de la nominación del primer gabinete de Bachelet

Marcela Jiménez
Por : Marcela Jiménez Periodista de El Mostrador
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Ayer, la Mandataria dijo que sería antes del 27 de enero. Dentro del bloque existen líneas de análisis y argumentación a favor de una y otra opción. Entre quienes están por hacer los nombramientos antes, pesa el criterio de evitar que puestos clave, como son los de Canciller y ministro de Defensa, puedan quedar –a ojos del concierto regional y Perú– supeditados a la sentencia.


«Yo espero que antes del fallo de La Haya», dijo ayer la Mandataria electa, Michelle Bachelet, sobre el momento en que dará a conocer los nombres del gabinete con que asumirá la conducción del país el 11 de marzo. Una frase con la que no cerró la puerta a que los anuncios sean efectivamente después del 27 de enero, fecha en que se conocerá la sentencia de la Corte Internacional sobre la demanda limítrofe de Perú y que, además, refleja que el tema es un factor que se está barajando y considerando para elegir el momento más adecuado para los nombramientos.

“De gabinete ya dije, la segunda quincena y cuando digo quincena no es el día 16, no se pongan ansiosos, es del 15 al 31, pero vamos a tratar de hacerlo lo antes posible”, dijo Bachelet al salir de la reunión, a solas, sin asesores y a puerta cerrada en La Moneda, que se prolongó por tres horas y donde uno de los temas a tratar fue precisamente el próximo fallo de La Haya.

En el bacheletismo y la Nueva Mayoría no hay una postura única sobre hacer los anuncios del gabinete antes del día 27. Quienes están por esa línea –explican– son la mayoría, porque consideran que no se deben dilatar los nombramientos en exceso, se evita el desfile de nombres y teorías por la prensa, se aplaca la ansiedad de los partidos y, según se desprende de la frase que dio ayer en Palacio, la propia Mandataria electa se inclina por ese camino.

Sin embargo, ha circulado hace ya unas semanas, y más de uno lo ha planteado en el entorno de Bachelet, la posibilidad de esperar a que se conozca el fallo, su contenido, antes de anunciar el gabinete. La razón principal es evitar – explicaron– que La Moneda y Piñera traten de “repartir las culpas” ante la posibilidad de una sentencia adversa y que sean los ministros “elegidos” y no los que están aún en ejercicio, los que deban poner la cara y dar las explicaciones.

Sin un gabinete nombrado, Bachelet puede “tomar cierta distancia” de la sentencia y que así sean Piñera y su canciller –ambos responsables de la estrategia de las cuerdas separadas en la relación bilateral con Perú, en que privilegiaron el ámbito comercial–  quienes asuman y den las justificaciones que sean necesarias.

[cita]Varios en la Nueva Mayoría consideran que no es descabellado dejar pasar el día 27, esperar un par de días antes de lanzar el gabinete; reconocen que el “factor Haya” es un punto que “no está resuelto realmente” y otros acotan desde el bacheletismo que efectivamente “es mejor hacerlo bien que hacerlo rápido”.[/cita]

Más aún, agregan otros en la Nueva Mayoría, cuando la premisa es que la política exterior es resorte del Presidente de la República en ejercicio y no de quien debe asumir en dos meses más. Por algo, tanto Piñera como Bachelet no se amarraron en declaraciones sobre una eventual coordinación entre ambos para enfrentar el fallo y se limitaron a precisar que seguirían conversando.

Por lo mismo, varios en la Nueva Mayoría consideran que no es descabellado dejar pasar el día 27, esperar un par de días antes de lanzar el gabinete; reconocen que el “factor Haya” es un punto que “no está resuelto realmente” y otros acotan desde el bacheletismo que efectivamente “es mejor hacerlo bien que hacerlo rápido”.

En contrapunto, entre quienes están por hacer los nombramientos antes del día 27 pesa el criterio de evitar que puestos clave, como son los de Canciller y ministro de Defensa, puedan quedar –a ojos del concierto regional y Perú– supeditados a la sentencia.

Los partidos de la Nueva Mayoría están preparando las listas de nombres y cargos de su preferencia, las que están haciendo llegar al brazo derecho de la Mandataria electa, Rodrigo Peñailillo. Un proceso que debería estar concluido el día 15, para pasar a la fase de conformación del gabinete.

En ese contexto, no se descarta que aun teniendo ya definido el esquema ministerial, la Mandataria opte por esperar hasta el 31 de enero, el último día del plazo que se autoestableció para dar a conocer su gabinete. No es descabellado, considerando que ayer además Bachelet dio a entender que pretende zanjar las nominaciones de ministros, subsecretarios e intendentes, por lo que el tiempo extra no le vendría mal.

“Queremos elegir a las mejores personas, por eso nos vamos a tomar el tiempo necesario, pero de acuerdo a lo que hemos comprometido”, añadió la Mandataria electa.

Hay otro elemento a conjugar, la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) que se reúne en La Habana el 28 y 29 de enero. Piñera dijo ayer que, de asistir, lo hará acompañado de Bachelet y se sabe que la idea sería viajar la misma noche del 27 de enero, después de conocido el contenido del fallo y esperando que este no sea muy adverso.

Incluso, si Bachelet viaja con Piñera, puede perfectamente dilatar los anuncios hasta el 31, con lo que establece una prudente distancia de su gabinete con las reacciones al fallo de La Haya.

Bachelet y Piñera dijeron –por separado– que quedaron en “seguir conversando” y coordinarse las semanas siguientes para este tema.

Habilidades blandas

Mientras se define el mejor momento, ya están claros los criterios con que los partidos hacen sus listas, los que corren para ministros, subsecretarios e intendentes: tener coherencia programática con el programa de la Presidenta electa, sin matices, que exista competencia técnico-curricular necesaria, contar con un perfil que incluya “habilidades blandas”, entiéndase capacidad de escuchar, dialogar y, sobre todo, tener criterio político.

Explican que estas dos últimas, la capacidad de diálogo y el criterio político, son claves para la definición de los intendentes, que ahora serán definidos por la propia Bachelet y no como se hacía hasta hace poco, que eran elegidos tras una negociación entre el ministro del Interior designado y las ternas que elaboraban los partidos.

Precisamente, lo que buscaría la Mandataria electa es contar con un staff de intendentes que tengan “conexión local” y que sepan manejar y controlar las futuras movilizaciones, las demandas ciudadanas y evitar “rebeliones” como las que enfrentó Piñera durante su mandato.

Es que en el bacheletismo tomaron nota de las protestas de Magallanes, Aysén y la localidad de Freirina, en Atacama, que enfrentó Piñera, que pusieron su administración contra las cuerdas, le costó cambios de gabinete, salidas de subsecretarios y una aprobación ciudadana por el suelo.

Esas habilidades, insisten, también deben ser nítidas en los perfiles de los candidatos a ministros y subsecretarios, aunque en el caso de ellos es más relevante la coherencia absoluta con el programa de gobierno, para evitar “ruidos internos” en el gabinete.

Todos los días circulan nombres, de todo tipo, para todo tipo de cargos. Muchos en la Nueva Mayoría han optado por el silencio, porque saben que aparecer en exceso, autocandidatearse, es la receta perfecta para quedar eliminado.

Pero, en ese desfile de postulantes, se comenta que el PS habría propuesto hacerse cargo del ministerio del Interior, algo a lo que la DC le está haciendo el quite y que no está en los planes que quede en manos del PPD. Que, por lo mismo, se habrían planteado tres cartas históricas y de peso en las filas socialistas: el ex ministro Ricardo Solari, el senador saliente Camilo Escalona y el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, con quien Bachelet se reunió ayer en la tarde en su comando de calle Tehualda.

Una tríada que a ojos de la DC es la ideal, totalmente lógica –dijeron– por su perfil político a toda prueba, su capacidad negociadora a nivel transversal y un carácter fuerte para imponerse como jefes reales del gabinete.

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