Para algunos, la puesta en escena dejó entrever el “golpe” que asestó la senadora
La cita, que congregará a unos 100 representantes del partido, ha generado un alto grado de incertidumbre debido a la crisis que atraviesa la tienda. Aun cuando la directiva ha hecho todos los esfuerzos para que el cónclave se enfoque en los resultados electorales, algo a lo que la mesa le ha sacado partido, lo cierto es que la mayoría de los participantes tiene la expectativa de que de este encuentro salga alguna solución para terminar con el conflicto que cruza sus filas, como adelantar las elecciones internas y acordar una mesa de consenso.
A sólo horas del Consejo Nacional convocado para este sábado por la directiva de Renovación Nacional, el timonel del partido, Carlos Larraín, decidió buscar el respaldo de un grupo de dirigentas, entre las que destaca la vicepresidenta Catalina Del Real, para que fueran ellas las que desvirtuaran los dichos con que la renunciada senadora Lily Pérez argumentó su salida de la colectividad. Todo en medio de una crisis que no da visos de terminar y sobre la cual representantes de la propia tienda advierten que “todavía falta que pasen muchas cosas”. Por lo pronto, el tema original de la cita, que apuntaba a analizar los resultados electorales en los pasados comicios parlamentarios y presidenciales, dio un brusco giro. La vertiginosidad de los acontecimientos que están haciendo crujir los cimientos de la antigua casona de Antonio Varas, llevó a que no sean pocos los asistentes a la cumbre que esperan que en esta instancia se dé un paso significativo con miras a adelantar las elecciones internas fijadas para mayo. Algo a lo que hasta ahora la mesa se ha negado terminantemente.
La puesta en escena de la tarde del viernes, con don Carlos flanqueado por las dirigentas, constituyó para sus detractores una señal inequívoca del “golpe” que significó para el partido la renuncia de la única senadora con la que ha contado desde su nacimiento a la vida política. De hecho, un analista del sector no duda en afirmar que la dimisión de Lily Pérez “fue por lejos el golpe más fuerte para RN”. Y de ello da cuenta, agrega un representante de la colectividad, “este show de traer a un grupo de mujeres para deslegitimar las razones que la llevaron a dejar el partido. Con los demás parlamentarios que han renunciado no se han tomado las mismas molestias. Ni hablar de lo comprensivos que han sido con (Antonio) Horvath”, advierte.
En todo caso, las dirigentas hicieron la pega. Del Real, no escatimó esfuerzos para dejar bien claro que “en RN tenemos personas de todas las religiones y jamás ni yo, ni nosotras, nos hemos sentido discriminadas, por el contrario. Ni por el hecho de ser mujer, de ser separada, me he sentido discriminada. Me extraña y nos duele que se digan ese tipo de cosas”, aludiendo a una de las razones de la senadora, quien acusó discriminación de todo tipo de parte de los máximos representantes del partido, incluida la religiosa. Según la vicepresidenta de la colectividad “es legítimo querer formar otro movimiento, pero (no) querer enlodar al partido que te vio nacer, donde ostentaron muchos cargos. Da mucha pena que se hagan este tipo de declaraciones. No está diciendo las palabras apropiadas. (…) Ella fue senadora, diputada e, incluso, fue diputada no electa democráticamente, sino que por el fallecimiento del parlamentario en ejercicio. Entonces, me parecen muy injustas las declaraciones de la senadora Pérez”.
Pero Larraín no fue menos. Si bien inició valorando los dichos de la primera dama, Cecilia Morel, en cuanto a que Sebastián Piñera podría volver a RN, señalando que la afirmación de Morel “nos sube un poco la moral”, acto seguido, y en relación a que podría haber más militantes que dejaran la tienda siguiendo a Pérez, Larraín afirmó que “ella está fuera de RN, puede hacer las afirmaciones que quiera; puede organizar el partido que sea capaz de organizar, eso es parte de la libertad política en Chile, pero tampoco me parece bueno que ella fustigue al partido que la acogió tantos años. Yo trabajé con ella y por ella por muchos años. No es bueno que ahí donde uno ha tenido su casa, de pronto uno descubra que había un nido de víboras, que es lo que estoy entendiendo. Eso me da un poco de pena, porque verdaderamente nunca discriminamos contra las mujeres, en nuestro partido”.
Y añadió que “dividir a Renovación Nacional es una mala idea. El camino institucional que se viene por delante no se muestra fácil y, si se atomizan los partidos, estos pierden gravitación. Y los partidos son instituciones valiosas que hay que cuidar. Entonces, los partidos organizados en torno a figuras individuales, normalmente trabajan para esas figuras individuales, pero los partidos se deben al país, no a figuras individuales. Así es que, en ese sentido, yo siento que haya un impulso así, centrífugo. Yo creo que es una mala idea siempre, pero en esta coyuntura es peor”.
Este es el tenor con que, este sábado, Larraín inaugurará el cónclave en el que, insiste, se analizarán los resultados de los comicios de este año, donde la directiva concluye que salieron más que airosos. Mientras que en la tienda la polémica que en medio de las renuncias ha tomado fuerza, es la que apunta a adelantar las elecciones internas con el fin de superar la crisis que atraviesa RN. En este ámbito, la mayoría coincide en la necesidad de enfrentar el próximo período con una mesa de consenso, pero si hasta hace unos días el nombre del diputado Cristián Monckeberg concitaba un respaldo transversal para ello, en las últimas horas resurgió en la figura del electo senador por Santiago Poniente, Andrés Allamand. Entre sus promotores destacan que sólo él cuenta con el liderazgo necesario para sacar adelante a la tienda en medio de esta crisis, pero también para conducir “los desafíos que se abren en el marco del surgimiento de nuevos grupos políticos al interior del sector”.
