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“La decisión de ir a La Haya fue absolutamente unilateral del Perú y en su momento manifestamos nuestro total desacuerdo” Alejandro Foxley, el canciller que recibió la demanda

“La decisión de ir a La Haya fue absolutamente unilateral del Perú y en su momento manifestamos nuestro total desacuerdo”

Cyntia Páez Otey
Por : Cyntia Páez Otey Periodista y Magister en Periodismo Internacional con mención en RRII
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El 20 de diciembre de 2007, Perú anunciaba a Allan Wagner como agente ante La Haya y, el 16 de enero de 2008, la Corte Internacional de Justicia con sede en La Haya recibía la demanda oficial de Perú contra Chile por el diferendo de límites marítimos. Chile era notificado y lo calificaría como un “gesto inamistoso”. Los dados estaban lanzados.


“La Haya será un gran triunfo para nuestro país”, afirmó optimista la semana pasada en Lima el ex Presidente de Perú, Alan García, ad portas del fallo que emitirá la Corte Internacional de Justicia de La Haya sobre la demanda que interpuso Perú contra Chile respecto de la delimitación entre ambas naciones.

Hace ocho años, este no era un escenario probable para nuestra Cancillería.  El 22 de junio de 2006, tanto la presidenta Michelle Bachelet como su ministro de Relaciones Exteriores, el economista Alejandro Foxley, respiraron tranquilos al escuchar las palabras del recién electo mandatario peruano en visita oficial a nuestro país, Alan García: “Michelle, no te preocupes, ten certeza de que este tema no lo vamos a poner nosotros. El tema no saldrá de la gaveta del escritorio”, afirmó.

Hoy, fuentes peruanas puntualizan que “eso no significaba que el tema no sería tratado más adelante; en ese momento específico no era prioridad, pero sí es una prioridad y un interés nacional de larga data que no estamos dispuestos a olvidar”.

Con esta “certeza” en las manos, Chile decidió encapsular la demanda marítima peruana y enfocarse en “una agenda positiva”, lo que significaba avanzar en aquellos proyectos que beneficiaban a ambos Estados. Se iniciaba así una nueva etapa en las relaciones bilaterales con Perú, lo que permitía reanudar las negociaciones para un Tratado de Libre Comercio (TLC), en el proyecto “Arco del Pacífico”, y reanudar el “2+2”. Pero, a pesar de la buena relación política entre Bachelet y García, el tema limítrofe comenzaba a “salir del escritorio” y se instalaba con fuerza en la agenda.

Según Phillip Durán, en su libro La hora de los halcones, José Antonio García Belaúnde habría planteado a su par chileno, Alejandro Foxley, la necesidad de retomar dicha agenda, esta vez, por la vía de una negociación, a lo que Foxley habría contestado que, si quería negociar, “demándanos en La Haya”.

[cita]Según Phillip Durán, en su libro La hora de los halcones, José Antonio García Belaúnde habría planteado a su par chileno, Alejandro Foxley, la necesidad de retomar dicha agenda, esta vez, por la vía de una negociación, a lo que Foxley habría contestado que, si quería negociar, “demándanos en La Haya”. [/cita] 

Consultado por El Mostrador, el ex canciller Alejandro Foxley afirmó que “no comento las declaraciones de otros ex cancilleres. Lo que puedo asegurar es que en todas las instancias formales e informales se reiteró al gobierno del Perú que deseábamos construir una relación entre nuestros países mirando al siglo XXI. Propusimos una rica agenda de desafíos a enfrentar conjuntamente, incluyendo la oferta de concretar el TLC entre los dos países. Respecto del tema de los límites marítimos, se reiteró siempre, en ocasiones formales e informales, que el límite marítimo entre Perú y Chile estaba definido por los tratados de 1952 y 1954 y avalado por la práctica aceptada por los dos países por más de 50 años. Por lo tanto, no correspondía negociar ese límite. La decisión de ir a La Haya fue absolutamente unilateral del gobierno del Perú y en su momento manifestamos nuestro total desacuerdo con dicha decisión”.

Ese mismo año se concretaría aquello. El 20 de diciembre de 2007, Perú anunciaba a Allan Wagner como agente ante La Haya y, el 16 de enero de 2008, la Corte Internacional de Justicia con sede en La Haya recibía la demanda oficial de Perú contra Chile por el diferendo de límites marítimos. Chile era notificado y lo calificaría como un “gesto inamistoso”. Los dados estaban lanzados.

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