«Me temo que estamos frente a un nuevo tipo de dogmatismo. La política vista como una religión, el programa de gobierno como un dogma y cuando se usa la descalificación personal como primer argumento no puedes opinar, porque entonces se tienen conflictos de interés», dijo la ex ministra de Educación.
La ex ministra de Educación, Mariana Aylwin, se refirió a la renuncia de Claudia Peirano a la Subsecretaría de Educación, asegurando que constituye una «pésima señal». En entrevista con El Mercurio, la ex secretaria de Estado sostuvo que los estudiantes «consiguieron lo que querían».
«Ahora, yo me temo que estamos frente a un nuevo tipo de dogmatismo. La política vista como una religión, el programa de gobierno como un dogma y cuando se usa la descalificación personal como primer argumento no puedes opinar, porque entonces se tienen conflictos de interés. Pero la verdad es que no todas las críticas son de ideas. Aquí lo que hay son grupos de poder y peleas por influencia y en este caso, bueno, ganaron los dirigentes del movimiento estudiantil y los diputados de la bancada estudiantil. Es lo que querían y lo consiguieron», indicó.
En ese sentido, dijo que los estudiantes «le doblaron la mano al nuevo gobierno. La Presidenta Bachelet respaldó explícitamente la nominación que había hecho, pero finalmente ganaron los dirigentes y los diputados de la bancada estudiantil».
«La señal que me parece complicada es la de que aquí estás con el programa o en contra del programa. Y la verdad es que en los temas de la gratuidad, el fin del lucro o en la nueva Constitución no hay una sola manera de abordarlos y, por lo tanto, aquí va a haber discusiones que me parece que son legítimas y que van a ser difíciles de abordar. Pareciera aquí que solo tienen la verdad absoluta los dirigentes estudiantiles, los movimientos sociales o un grupo de la Nueva Mayoría. El resto tendrá que asumir lo que la mayoría manda y veo que hay un riesgo de caer en el totalitarismo de los extremos. Lo veo con preocupación, porque aquí se vienen discusiones que van a ser muy complejas, que no tienen que ver con defender intereses o no hacerlo, sino que con maneras de abordar estas reformas, que son grandes. Aquí hay un grupo que se siente superior moralmente y poseedor de la verdad, que quiere imponer sus ideas, y la verdad es que no es tan distinto del extremismo de derecha», señaló Mariana Aylwin.
