La cantante italiana repasó en dos horas de actuación muchos de los éxitos que la han hecho famosa en el mundo. Por su parte, Fito, enfundado en un brillante traje de color rosado, encantó al público con muchas de sus canciones que han sido éxitos en Latinoamérica.
La elegancia y calidez de la cantante italiana Laura Pausini y la experiencia y carisma del argentino Fito Páez fueron los pilares fundamentales para que la segunda jornada del Festival Internacional de Viña del Mar, finalizara con éxito.
También ayudó en esta jornada el sorpresivo triunfo del actor y humorista Jorge Alis, que finalmente «domó» con su rutina al monstruo de la Quinta Vergara.
Pausini, una de las figuras invitadas al Festival del Viña del Mar, repasó en dos horas de actuación muchos de los éxitos que la han hecho famosa en el mundo.
Más de 15.000 personas disfrutaron con temas como «Quiero decirte que te amo», «Amores extraños» y «Se fue», ésta última canción que acomodó con acordes de salsa.
La parte emotiva de su actuación corrió por cuenta de un dibujante de Chillan, que viajó hasta la ciudad de Viña del Mar para entregarle un cuadro de grandes dimensiones en el que estaba dibujado el rostro de la italiana.
Los animadores oficiales permitieron que Israel Villablanca se encaramara al escenario e hiciera entrega de su obra.
Tras ello, la artista italiana que ha vendido más de 70 millones de copias en el mundo, se despidió con la canción «La Soledad», el mismo tema que interpretó hace 17 años cuando por primera vez se subió al escenario de esta fiesta musical.
Más tarde Fito Paéz, uno de los grandes del rock argentino, enfundado en un brillante traje de color rosado, encantó al público con muchas de sus canciones que han sido éxitos en Latinoamérica.
En tanto, Jorge Alis, que también es de origen argentino aunque reside desde hace 15 años en Chile, se ganó al público con una rutina contestataria en la que incluyó la figura del presidente Sebastián Piñera y la del papa Francisco, entre otros.
Ironizó con la guerra de Las Malvinas entre su país y Reino Unido, se mofó del enclaustramiento marítimo que sufre Bolivia y de los problemas económicos que vive actualmente Argentina.
