Una pugna de poder entre dos potentes figuras femeninas que fueron piezas clave de la campaña presidencial de Bachelet. Una contienda que, según dicen algunos, habría terminado la noche del triunfo presidencial en el Hotel San Francisco, con María Angélica Álvarez confidenciando a sus más cercanos sus intenciones de no embarcarse como integrante del nuevo gobierno.
Todo indica que las relaciones se han enfriado. Y es que aunque durante la campaña presidencial de Michelle Bachelet, a María Angélica «Jupi» Álvarez se le vio cuidando de cerca las espaldas de la entonces candidata, una vez se alcanzó el triunfo la periodista ha comenzado a desaparecer lentamente de escena. Hay quienes dicen que la noche de los festejos en el Hotel San Francisco, Álvarez confidenció a algunos que no seguiría a la Mandataria electa hasta La Moneda.
Uno de los motivos, según consigna el diario La Segunda, serían sus diferencias con la ex jefa de prensa de Bachelet, la recién designada Directora de la Secom, Paula Walker.
Distanciamientos que habrían quedado de manifiesto sobre todo durante la última etapa de la campaña presidencial. Fuentes del ex comando han señalado que los primeros roces habrían comenzado incluso cuando Walker arribó a Chile junto a Bachelet desde New York, mientras la «Jupi» en Santiago preparaba los últimos detalles para la llegada de la candidata y conformaba el grupo de trabajo para dirigir la campaña.
Durante esta primera etapa, ambas mujeres se disputaron implícitamente los plenos poderes para trabajar en la campaña. Quienes trabajaron en el ex comando afirman que la tensión llegó al punto de que Walker habría cuestionado las convocatorias a la prensa que el equipo de avanzada liderado por la «Jupi» preparaba para la agenda de Bachelet. Algunos incluso afirman que la disputa habría terminado en una fuerte discusión.
Cercanos a Álvarez aseguran que la noche en que se dieron a conocer los resultados de la segunda vuelta presidencial, la periodista habría manifestado que estaba cansada y que tenía ganas de evitar la vorágine que significa estar en un gobierno. Sin embargo, admitió que si Bachelet se lo pedía, volvería a incorporarse a la empresa. Esto para algunos es señal de que la balanza de las preferencias de la Presidenta se habría terminado inclinando en favor de Walker. Sin embargo, otros más positivos sostienen que el actual escenario podría permitir a la «Jupi» estrechar sus lazos de amistad con la Mandataria. “Al no estar en La Moneda, ahora tendrá la libertad que da la amistad para acercarse y decir las cosas”, afirma un amigo de Álvarez.
