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Eduardo Engel: “La falta de seriedad en el manejo de las cifras ha sido un tema recurrente en el gobierno de la Alianza” Economista de Yale habla de presentación tendenciosa y tergiversada de las cifras

Eduardo Engel: “La falta de seriedad en el manejo de las cifras ha sido un tema recurrente en el gobierno de la Alianza”

El doctor en Economía y Estadísticas afirma que “una y otra vez el gobierno ha demostrado un exceso de creatividad con las cifras con objeto de exhibir resultados que en verdad no son tales o no son tan buenos como al Ejecutivo le gustaría que fueran. ¿Por qué?”, y responde que toda administración quiere dejar un legado.


El profesor de la Universidad de Chile y la U. de Yale, Eduardo Engel, cuestionó los números entregados por la administración de Sebastián Piñera, afirmando que el Ejecutivo ha demostrado un “exceso de creatividad” para mostrar resultados que en “verdad no son tales” y remata con que “la falta de seriedad en el manejo de las cifras ha sido un tema recurrente en el gobierno de la Alianza”.

En su columna en La Tercera, el académico y doctor en Economía y Estadísticas precisa que las “cifras de pobreza, población, productividad, empleo, reconstrucción y otras han sido presentadas a la ciudadanía de manera tendenciosa y a veces tergiversadas, causando un daño grave a importantes instituciones del Estado”.

Agrega que “esa falta de seriedad en el manejo de las cifras ha sido un problema recurrente del gobierno de la Alianza”.

Respeto a la productividad y que fue una de las promesas de campaña de Piñera, Engel sostiene que tras el anuncio del gobierno a fines de 2012 de que “Chile registra su mayor expansión desde 2006”, “al final no fue más que una golondrina y el verano nunca se materializó, de modo de que hace pocos días el ministro de Hacienda saliente se vio obligado a reconocer a regañadientes que “nos habría gustado aumentar más la productividad””.

“Las cifras de la UAI y Corfo indican una reducción importante del crecimiento de la productividad, luego de la recesión de 1999, caída de la cual no hemos logrado recuperarnos bajo el actual gobierno”, menciona.

En ese sentido, el profesor universitario se pregunta por qué el gobierno esperaba grandes avances en materia de productividad cuando no ha realizado reformas mayores que apuntasen a esa dirección, mencionando que “desde el gobierno se suele argumentar que sí ha habido reformas importantes, destacando medidas que facilitan el emprendimiento como la creación de empresas en un día”.

Y añade que “una vez más, el discurso mediático difiere de la realidad. Es cierto que se agilizó el trámite de iniciación de actividades en el Servicio de Impuestos Internos pero, desgraciadamente, para que una nueva empresa pueda funcionar necesita mucho más que este trámite”.

“Lo relevante no es reducir el tiempo que toma poder emitir boletas y facturas para un nuevo emprendimiento, sino el tiempo que toma obtener los permisos municipales y sanitarios necesarios para funcionar y competir con las empresas existentes. En esta última dimensión los desafíos eran mucho mayores, pues había que mejorar la gestión y coordinación de diversas instituciones del Estado, tema en que no se avanzó mayormente. Es así como, por ejemplo, sigue sucediendo que varios nuevos restaurantes terminan quebrando porque no obtienen la patente necesaria para expender alcoholes en un plazo prudente, lo cual no les permite funcionar de noche”, explica.

Engel afirma que “una y otra vez el gobierno ha demostrado un exceso de creatividad con las cifras con objeto de exhibir resultados que en verdad no son tales o no son tan buenos como al Ejecutivo le gustaría que fueran. ¿Por qué?” y responde que toda administración quiere dejar un legado.

“En esencia, la promesa electoral de Piñera fue continuar con lo que estaban haciendo los gobiernos de la Concertación, sólo que la derecha lo haría mejor: serían más eficientes, estarían más enfocados, trabajarían 24/7 aplicando en el sector público las comprobadas habilidades gerenciales del mundo privado”, sostiene el académico y agrega que “cuando un gobierno se propone dejar un legado reformista, cumple en la medida en que se haga la reforma prometida”.

A renglón seguido argumenta que “cuando la promesa es ‘más y mejor’ de lo mismo que hicieron los gobiernos anteriores –más crecimiento, más productividad, mejor focalización del gasto social, mayor reducción de la pobreza y el mejor censo de la historia–, se termina en una camisa de fuerza difícil de manejar. Porque el problema de este tipo de promesas, lo que varios analistas han llamado ‘falta de relato’, es que más temprano que tarde llega la hora de la verdad. Y eso debe ser una fuente de mucha ansiedad para cualquier gobernante. Y la ansiedad es mala consejera, porque cuando los resultados no acompañan, vienen las tentaciones de embarcarse en elaboradas campañas comunicacionales para convencer a la ciudadanía de que se ha cumplido, cuando en realidad no es así”.

En ese sentido, menciona que los cuestionamientos por parte de la oposición a los números entregados por el gobierno de Piñera le parecen bien, afirmando que “tal como lo han indicado una y otra vez observadores internacionales independientes, ha sido una estrategia del gobierno de Piñera actuar con falta de seriedad en la entrega de cifras, con objeto de lograr objetivos políticos de corto plazo, creyendo que una campaña comunicacional agresiva y en ocasiones inescrupulosa basta para que nadie se atreva a decir que el rey está desnudo”.

Y concluye con que “un desafío importante del gobierno entrante será fortalecer la institucionalidad que entregan las estadísticas oficiales para que, en el futuro, independiente de quien gobierne, no vuelvan a suceder tristes episodios mediáticos como los ocurridos bajo la actual administración”.

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