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Walker: el enemigo interno El rol crítico al que apuesta el timonel de DC dentro del oficialismo

Walker: el enemigo interno

Nicolás Sepúlveda
Por : Nicolás Sepúlveda Periodista de El Mostrador
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El episodio de la querella que la falange presentó contra dos de los secundarios que se tomaron la sede del partido el 11 de marzo indica hasta dónde el senador está dispuesto a tensar al gobierno de Bachelet, incluso en el delicado frente estudiantil. La fuerte ofensiva desplegada por no haber sido incluido, hasta ahora, en el diseño del Ministerio de Educación –y que en el fondo esconde la oposición de un sector de la falange a la educación gratuita total y el fin al lucro en el sistema escolar–, ha sido leída por los dirigentes de la Nueva Mayoría como una primera señal del papel disidente que Walker va a jugar en el tablero del nuevo gobierno.


Mientras al mediodía del pasado 11 de marzo la Presidenta Michelle Bachelet asumía su segundo mandato en el Salón de Honor del Congreso Nacional, en la sede de la Democracia Cristiana, en Santiago, el panorama era muy distinto. En vez de grandes arreglos florales y alfombra roja, la sede partidaria lucía lienzos colgados en sus muros y una veintena de estudiantes al interior de sus oficinas. La toma del lugar fue liderada por los secundarios de la ACES y por el presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Santiago, Takuri Tapia, quienes acusaron al partido liderado por Ignacio Walker de ser el guardián del actual sistema educativo.

Los estudiantes fueron desalojados con Carabineros del lugar y, días después, el partido presentó una querella contra dos de ellos, acusándolos de agredir a un funcionario. Además, Walker se reunió con el subsecretario de Interior, Mahmud Aleuy, para solicitarle que el gobierno se haga parte de la acción judicial.

La toma, el desalojo y la querella se desarrollaron al mismo tiempo que el ministro Eyzaguirre tomaba posesión de su cargo y daba los primeros pasos para establecer un diálogo con el movimiento estudiantil.

Con una Alianza disminuida en el Congreso y con sus partidos rearmándose después de la derrota que sufrieron en las pasadas elecciones –y buscando además reacomodos ideológicos que les permitan sintonizar “con el Chile de hoy”, como señaló el candidato a la presidencia de la UDI, Ernesto Silva–, al interior de la Nueva Mayoría perciben el surgimiento de una oposición política interna. La de aquellos que no están del todo contentos con el programa presidencial que triunfó de la mano de Michelle Bachelet.

Un ejemplo de lo anterior es que Walker escalara en el conflicto e insistiera en su postura y diera un portazo a la solicitud de la ACES, que habían pedido retirar la acción judicial para poder iniciar un diálogo con el gobierno.

El vocero provisorio de la ACES, Tomás Araya, señala que no existirán conversaciones con el ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, mientras la DC no retiré la querella: “Hay un juego de intereses políticos y están usando a los estudiantes. Hay una dicotomía en el gobierno. Por una parte, nos invitan al diálogo y, por la otra, presentan una querella en contra nuestra. No nos vamos a sentar a conversar si la Democracia Cristiana no retira la querella que presentó”.

[cita]En la Nueva Mayoría enumeran varias actuaciones públicas de Walker para sustentar su preocupación por la postura que está asumiendo el presidente de la falange. Dicen que sus entrevistas a varios medios donde ha acusado “estar fuera de la foto en educación” son una señal de la DC, lo que se suma a la propuesta que lanzó durante una reunión de coordinación con los dirigentes del oficialismo, donde planteó no exacerbar las críticas a la administración de Sebastián Piñera, lo que fue descartado por los demás timoneles partidarios.[/cita]

La respuesta de Walker fue enfática: «Vamos a mantener esa querella, porque nosotros distinguimos entre las legítimas demandas del movimiento estudiantil, que siempre respetamos, y las acciones cobardes y de matonaje que son constitutivas de delito, que siempre vamos a condenar. Por eso no hay marcha atrás con la querella criminal contra quienes resulten responsables», aclaró este martes en el Congreso.

El que Walker suba dos peldaños en el conflicto con los secundarios no es algo que sorprenda. A la luz del análisis que hacen en la Nueva Mayoría, el falangista jugará un rol crítico durante el gobierno de Michelle Bachelet.

La DC incómoda

“Que cada cual saque sus conclusiones y asuma sus responsabilidades”, advirtió hace unas semanas Ignacio Walker, cuando en una entrevista con La Tercera salió a reclamar que su partido estaba “disminuido” en el diseño educacional de la Nueva Mayoría.

A sus palabras se sumó Aldo Cornejo, presidente de la Cámara y reconocido miembro de la disidencia partidaria, quien, a pesar de ser uno de los DC más cercanos a Bachelet, aseveró que “es un hecho objetivo que la DC no está en la primera línea de Educación”.

En círculos internos, Walker ha sido parte de las voces de su partido que se oponen a que la gratuidad en la educación superior sea para todos y, por ello, según comentan en la falange, tomará la educación como una de sus banderas. Como ejemplo de lo anterior, señalan que el senador mantuvo su participación en la Comisión de Educación del Senado, la cual presidirá durante 2016 y 2017.

En la falange saben que cuentan con la bancada de diputados más numerosa del oficialismo, la cual planean hacer valer. Por lo mismo, Walker planteó en el Comité Político de este lunes en La Moneda la necesidad de dar una “discusión prelegislativa” respecto de los ejes centrales del programa presidencial: reforma educacional, reforma tributaria y nueva Constitución. Su idea, dicen en la directiva, es tener influencia en cada uno de los pasos que dé el gobierno, ya que son conscientes de las diferencias existentes con las otras tiendas de las Nueva Mayoría.

“Tiene que ver con que no estemos dentro del Ministerio, porque, si no, no estaríamos pidiendo esto, sino que estaríamos trabajando de lleno en los proyectos”, asegura un miembro de la directiva falangista, apuntando al deseo DC de ocupar los cargos que aún no se llenan en el Mineduc. “Lo que dice todo el partido es que, para que la reforma tenga el respaldo de todos nosotros, es que queremos conocer antes el articulado. Queremos verlo desde la participación, no desde la ventana, como entra el papel. No queremos ser espectadores de la reforma. No trabajamos para eso”.

Si no hay participación directa en el Mineduc y si no existe un debate prelegislativo, la tienda de Walker plantea que podría oponerse en el Congreso, aunque quieren evitarlo. “Por eso queremos discutirlo antes, para no tener que oponernos en el Congreso. Si eso molesta a alguien, nosotros no vamos a cambiar nuestra posición por el estado de ánimo de los demás”, señalan enfáticos en la directiva.

Una y otra vez, en la DC vuelven a Educación. En el partido entienden que la reforma educativa será la batalla central de esta administración, y saben, además, que ésta concentra las diferencias ideológicas que mantienen con el resto de los partidos de la Nueva Mayoría. Ignacio Walker lo ha explicitado en sus entrevistas, y en la directiva coinciden con él.

Las diferencias entre la DC y el resto del oficialismo se han hecho públicas, al punto que el senador de RN Alberto Espina lo explicitó: “La Nueva Mayoría está teniendo serios problemas, y en temas de fondo, que es por ejemplo todo lo relativo con la reforma educacional, donde la DC se siente completamente marginada. Por lo mismo, le diría a Osvaldo Andrade que se preocupe, porque a poco tiempo la DC se va a desembarcar”.

En la Nueva Mayoría enumeran varias actuaciones públicas de Walker para sustentar su preocupación por la postura que está asumiendo el presidente de la falange. Dicen que sus entrevistas a varios medios donde ha acusado “estar fuera de la foto en educación” son una señal de la DC, lo que se suma a la propuesta que lanzó durante una reunión de coordinación con los dirigentes del oficialismo, donde planteó no exacerbar las críticas a la administración de Sebastián Piñera, lo que fue descartado por los demás timoneles partidarios.

El enojo del presidente DC comenzó a incubarse luego de que Claudia Peirano, militante de la tienda, renunciara a asumir la Subsecretaría del sector, ante la ola de críticas que generó su participación en una Agencia de Asistencia Técnica Educativa “Grupo Educativo”, organismo encargado de asesorar a distintos colegios. Las ATE tienen permitido lucrar y son parte del negocio de la educación. Ignacio Walker ha dicho que no fue consultado por el reemplazo de Peirano, y que se enteró por la prensa que Valentina Quiroga –fundadora de Educación 2020 y cercana al ala más progresista de la Nueva Mayoría– asumiría ese puesto.

En el Ministerio de Educación dicen que entienden la rabieta de Walker, porque “perdió todo. No tiene ningún hombre dentro”, y que lo que busca es obtener alguna cuota de los cargos que faltan por nombrar. La última representante de la DC en el grupo de asesores de Eyzaguirre fue Paulina Araneda, socia de Peirano en “Grupo Educativo”, aunque en el entorno del ministro dicen que ella no continuará asesorando al secretario de Estado.

A pesar de eso, en la página de Transparencia del Mineduc, Araneda aparece con un honorario de $7 millones anuales por monitorear los convenios de desempeño de la cartera.

En todo caso, según comentan en la Nueva Mayoría, las últimas actuaciones del timonel DC no se explican sólo por estar fuera de la foto en educación.

El miedo a la aplanadora

En el PPD han seguido atentos los últimos movimientos de Walker. Y según confidencian en su directiva, lo que ellos leen es un intento del falangista por volver a pelear los puntos del programa en los que fue derrotado durante la elaboración de este. Por ello, afirman, creen que la DC buscará diferenciarse del resto de la coalición, y usará su nutrida bancada parlamentaria para ejercer presión.

“Podría existir una visión distinta sobre temas como la amplitud de la gratuidad y del fin al lucro en la educación particular subvencionada. Eso ha sido señalado por parte de la DC de forma insistente. En la educación escolar el tema central es como se va a controlar el tema del lucro, y ahí parte de la DC está ejerciendo lobby porque varios de ellos son sostenedores de colegios. En aquellas cosas que ellos consideran que perdieron en el debate programático y que quisieran reponer, puedan intentar jugar un rol de aplazamiento. Y de ahí el llamado que hacen a ‘no pasar la aplanadora’. Yo creo que no es correcto volver a la política del empate, porque eso nos va a empantanar”, comenta un miembro de la directiva pepedeísta.

Un senador PS asegura que la presión de la DC tiene que ver con los intereses que tienen algunos de sus militantes en el negocio de la educación, y con la relación de este partido con la Iglesia: “La Iglesia católica siempre saca las uñitas en este tema. Y ellos son los que están presionando, no me cabe ninguna duda. La Iglesia nunca ha querido que el Estado tenga mayor presencia en educación. La iglesia y la derecha de la Concertación (parte de la DC) están presionando con todo para que no se realicen reformas estructurales”.

Desde el PS, el senador Carlos Montes –uno de los principales impulsores de la reforma educativa en la Nueva Mayoría–, dice no entender la actitud de la DC: “Yo llamaría a la calma a la DC, no sé bien a qué están apuntando. Por primera vez tenemos un programa, y eso es valorable”.

Para el analista político de la Universidad Central, Marco Moreno, la DC jugará un rol crítico dentro del oficialismo, ya que la postura de su presidente es “menos funcional” al programa de gobierno: “Más que de diferencias respecto del programa, las críticas de la DC van a estar enfocadas en el cómo. Porque ya hay acuerdos básicos, y el tema tiene que ver con el cómo se van a implementar esos acuerdos y ahí la DC va a querer plantear lo que son sus maneras de enfocar los temas, y sí va a jugar un rol más crítico. Lo necesita además para diferenciarse del resto del conglomerado de la Nueva Mayoría, que tiene una balanza más inclinada hacia la izquierda”.

Moreno agrega que en la DC también existe enojo por no haber sido considerados por el equipo de gobierno en la designación de los cargos de confianza de la Presidenta.

Un senador socialista explica la postura de Walker: “Se esfuerza para mostrarse diferente, y para construir un perfil propio”. A su juicio, no es extraño que la falange este inquieta. “Son pataleos propios de un primer momento de instalación de un gobierno, donde la DC tiene un peso menor que antes, su influencia es mucho más pequeña, porque ahora están representados con el peso real que tienen en la sociedad”, comenta.

Aunque todo el partido se cuadró tras la querella presentada, el presidente de la Comisión de Educación de la Cámara, el falangista Mario Venegas, realiza una autocrítica sobre lo ocurrido: “La toma se dio en un contexto especial. Nosotros hemos dado señales equívocas, como lo que pasó con Claudia Peirano, o que algunos miembros connotados del partido hayan cuestionado la gratuidad en la educación… Es necesario que demos una discusión y tengamos una voz como partido. Debe conversarse en el Consejo Nacional. Es un tema que hay que debatir y tomar una posición clara y nítida”.

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