Tras reunión con el Consejo de Rectores
“Si las universidades privadas con vocación pública pueden hacer todas las labores que hacen las universidades estatales, entonces no necesitaríamos universidades estatales y eso no es lo que piensa la mayoría de los chilenos, no es lo que piensa el gobierno, y no es lo que vamos a hacer”, dijo enfático el ministro de Educación.
El ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, se reunió este jueves con los miembros del Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (Cruch), en medio de la crisis por la que atraviesa el organismo y que se hizo pública luego que el rector de la UC, Ignacio Sánchez, en representación de los demás planteles privados con aporte fiscal (el denominado G9), diera cuenta de un «quiebre de confianzas», entre otros factores, por las declaraciones del propio secretario de Estado esta semana, en las que sinceró que el Ejecutivo dará prioridad a las estatales a la hora de disponer la entrega de recursos para investigación.
Por ello, luego de la reunión que se llevó a cabo pasado el mediodía, el titular del Mineduc salió a dar una señal de tranquilidad a los representantes del G9, pero justificando al mismo tiempo la necesidad de que el Estado dé un trato preferencial a las universidades públicas, en el entendido de que la existencia de éstas no se justificaría si sus actividades fueran sustituidas plenamente por las privadas.
«Claramente el tema que posiblemente causa mayor necesidad de precisión es cómo el gobierno distingue entre lo que son las universidades privadas con vocación pública versus lo que son las universidades estatales. Y en aquello hemos vuelto a clarificar que la política del gobierno en materia de ejercer el derecho de la gratuidad, que irá hasta el 70 por ciento de los estudiantes más pobres, no distingue en lo absoluto y, por tanto, la gratuidad para aquellos estudiantes que logren un puntaje de admisión será pareja, es decir, quien recibe este derecho social ya sea en una universidad estatal o en una universidad privada», dijo el ministro.
Agregó que el gobierno «tampoco hace distinción alguna entre las distintas universidades en materia del grueso de lo que es su vocación pública y su historia y presente, que nosotros nos enorgullecemos de aportes a los bienes públicos generados por las universidades privadas. Los bienes públicos, la cultura, los conocimientos, no son monopolio de las universidades estatales; las universidades privadas con vocación pública han hecho a través de la historia de Chile un tremendo aporte y, por tanto, todas serán favorecidas a objeto de que la investigación y el desarrollo y la ciencia en Chile se vayan desarrollando».
No obstante, recalcó que «tal como lo dice que el programa de la Presidenta Bachelet, el sector estatal, las universidades estatales, tendrán un trato preferencial, habida cuenta de que son las únicas donde el mandante es el Estado de Chile. Son sus propias universidades y nosotros creemos que, en algunos ámbitos donde es preciso que haya completa alineación entre el mandante y el mandado, es necesario que existan universidades estatales».
Finalmente, Eyzaguirre planteó que «si las universidades privadas (…) con vocación pública, que son muy necesarias, que las queremos fortalecer, fueran un perfecto sustituto de las universidades estatales, entonces la conclusión lógica de aquello, que nosotros obviamente no compartimos, es que debiéramos privatizar las universidades estatales, porque si las universidades privadas con vocación pública pueden hacer todas las labores que hacen las universidades estatales, entonces no necesitaríamos universidades estatales, y eso no es lo que piensa la mayoría de los chilenos, no es lo que piensa el gobierno, y no es lo que vamos a hacer».
