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La tensión ideológica en el oficialismo que adelantó la tesis de la “retroexcavadora” La Moneda trató de cerrar el episodio con intervención de Bachelet

La tensión ideológica en el oficialismo que adelantó la tesis de la “retroexcavadora”

Marcela Jiménez
Por : Marcela Jiménez Periodista de El Mostrador
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Difícil afirmar que la Presidenta le quitó el piso a Quintana si ella habló de “cambio de paradigma” en la educación, aunque sí le puso coto a las diferencias internas. Pero los dardos en la Nueva Mayoría apuntan a que Quintana no calculó bien y adelantó la pugna ideológica interna de la coalición entre transformadores y reformistas. Y lo que se verá de ahora en adelante es cómo se conforma el mapa de quienes adscriben a uno y otro bando y con qué matices.


Más allá de la metáfora en sí, la polémica frase de la retroexcavadora del timonel PPD, Jaime Quintana, dejó a vista y paciencia de todos la tensión ideológica que hay en la Nueva Mayoría entre sus dos almas políticas, que cohabitan bajo el eslogan del programa de gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet. Todos coinciden en la necesidad de impulsar una reforma tributaria, una a la educación y una constitucional, el punto es hasta dónde llevar adelante esos cambios, un choque que estaba sumergido bajo los avatares de la instalación del nuevo gobierno y que ya salió a flote para quedarse.

Entre martes y miércoles, le llovieron las críticas públicas y privadas al senador Quintana por la respuesta al reclamo de la derecha ante el retiro de proyectos de ley que dejó la administración de Sebastián Piñera en materia de educación. Al respecto, dijo que “no vamos a pasar la aplanadora, sino a poner una retroexcavadora. Hay que destruir los cimientos del modelo neoliberal”.

La frase fue vista por todos en el oficialismo como “un error político” del timonel, pero hay más que matices y distintas lecturas respecto de dónde estuvo la equivocación. Efectivamente, son muchos en el PPD, la Nueva Mayoría y en La Moneda que comparten el fondo de la frase, que el programa de gobierno de Bachelet habla de reformas estructurales y que esas son las que tendrán que implementarse durante estos cuatro años. “Está bien lo de Quintana, hay que presionar todo lo que sea necesario para que se produzcan los cambios”, recalcan.

Pero dentro de esos son muchos los que le criticaron la “forma”, el “tono”, que eligió mal el momento y, sobre todo, que pecó de falta de olfato político para entender que –agregaron en el oficialismo– le regaló terreno a la derecha para seguir reclamando y, en especial, a los sectores conservadores de la coalición, “al darles un protagonismo mayor que el que realmente tienen en la Nueva Mayoría”.

Explican que no se puede desconocer que hay sectores de la Nueva Mayoría, parte de la DC y todo el “partido del orden”, que prefieren el consenso a las reformas de fondo, esa política de los acuerdos moderados, que mantienen el statu quo y que en el colectivo se asocia a los 20 años de gobierno de la Concertación, de cambios en la medida de lo posible, y si no es posible, no nomás. Pero también está la línea gruesa del PS, una parte importante de la bancada de diputados falangistas, el PPD y el PC, que se instalan en la vereda de los cambios de fondo.

Una tensión que oscila entre ir de lleno por una nueva Constitución o privilegiar modificaciones al sistema binominal, cambiar el paradigma educacional o sólo cambios que corrijan ciertas inequidades, pero que no toquen elementos de fondo, como el lucro.

[cita]No se puede desconocer que hay sectores de la Nueva Mayoría, parte de la DC y todo el “partido del orden”, que prefieren el consenso a las reformas de fondo, esa política de los acuerdos moderados, que mantienen el statu quo y que en el colectivo se asocia a los 20 años de gobierno de la Concertación, de cambios en la medida de lo posible, y si no es posible, no nomás. Pero también está la línea gruesa del PS, una parte importante de la bancada de diputados falangistas, el PPD y el PC, que se instalan en la vereda de los cambios de fondo.[/cita]

Esa tensión ideológica de la Nueva Mayoría es la que describió bien el diputado de la Izquierda Autónoma, Gabriel Boric. “Soy partidario de avanzar incansablemente para terminar con el rol que tiene hoy el Estado neoliberal y Estado subsidiario” y, tras dudar de que fuera un error lo de Quintana, agregó que “hay convicciones ideológicas detrás. Hay gente que cree que el modelo no se toca y hay quienes estamos por cuestionarlo (…) ellos tienen responsabilidad por los 20 años de los gobiernos que hicieron. Profundizaron el modelo neoliberal, y hoy día entiendo que están por un Estado social de derecho que garantice inclusión a la población, en vez de profundizar el mismo modelo que administraron”.

Con piso

Los dardos en la Nueva Mayoría apuntan a que Quintana no calculó bien y adelantó la pugna ideológica interna de la coalición entre transformadores y reformistas. Y lo que se verá de ahora en adelante es cómo se conforma el mapa de quienes adscriben a uno y otro bando y con qué matices.

“Soy partidario de cambios estructurales, lo he dicho siempre, las frases con efecto público no son mi lógica (…). Hay cambios estructurales planteados por la Presidenta, si no hay acuerdos, se votará y el país sabrá quién está con el programa”, dijo el ministro de Justicia, José Antonio Gómez, a la salida del consejo de gabinete que se realizó ayer en La Moneda y que encabezó la Presidenta Bachelet, para afinar la agenda de trabajo y definir prioridades.

El tema no estuvo ajeno al análisis del consejo de gabinete. Tampoco fue gratuito que sólo un rato después la Mandataria, en una actividad en terreno, se involucrara de lleno en la polémica de la retroexcavadora para, coinciden Palacio, marcar la pauta del debate, dar una señal a su coalición de orden interno y cerrar, al menos públicamente, la discusión sin dejar dudas de dónde se instala ella en este debate.

«Creo que aquí estamos hablando de proyectos y reformas estructurales que no merecen caricatura ni de un lado ni de otro. Me parece que cuando hablamos de reforma educacional estamos diciendo que vamos a cumplir con nuestro compromiso de campaña, donde en el fondo está el cambiar el paradigma de la educación, que de ser un bien de consumo tiene que ser considerado un derecho social», sentenció la Mandataria, quien –en un guiño no menor– habló con un casco de la construcción, los mismos que se usan con las retroexcavadoras.

Difícil afirmar que la Presidenta le quitó el piso a Quintana si ella habló de “cambio de paradigma” en la educación, pero sí le puso coto a las diferencias internas. «Ésta es una reforma profunda, seria y consistente y queremos entonces que la discusión sobre la reforma a la educación sea de la misma manera, sea seria, comprometida, porque finalmente es lo que la mayoría de los chilenos estuvieron diciendo al elegirme a mí como Presidenta de la República», enfatizó.

El llamado al orden y el intento por alinear a la coalición no quedaron sólo en palabras. Es más, Bachelet resolvió citar para hoy en la mañana, a las 9:00 horas y antes de sus otras actividades, a todos los timoneles de la Nueva Mayoría al salón de audiencias de La Moneda.

Se dijo públicamente que el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo (PPD), había quitado el piso al timonel de su partido, pero en el oficialismo afirman que no fue así. Es más, cuentan que el secretario de Estado sondeó telefónicamente en el partido y con varios cercanos a Quintana cómo se leyó el episodio y cuál sería la bajada de La Moneda al respecto.

Efectivamente, afirmó que “aquí no hay ni aplanadora ni retroexcavadora”, pero acto seguido precisó que “nosotros como gobierno no podemos en ese sentido perder el rumbo y nuestro rumbo es dialogar para avanzar, dialogar con todas las fuerzas políticas que están con el cambio en Chile”. Comentan en el Ministerio que a buen entendedor pocas palabras, que dijo lo mismo que Quintana pero de otra forma, una políticamente más correcta.

Es que un gobierno, menos uno que se está instalando –aseguran en Palacio–, no puede aparecer públicamente cerrando la puerta al diálogo, porque eso es sólo ganancia para que la derecha se victimice y eclipse la discusión de fondo.

Si bien el timonel PPD le regaló un punto a la derecha, La Moneda optó por neutralizar los efectos. Justo cuando la Alianza reclama a viva voz por la aplanadora oficialista, Bachelet invitó a Piñera para hoy a La Moneda, a ser parte del acto por la firma del proyecto de ley que crea el Ministerio de la Mujer.

Desde el piñerismo ponían en duda que el ex Mandatario asistiera por tener una nutrida agenda de compromisos, mientras que hasta último momento en Palacio afinaban detalles contemplando la asistencia del invitado. Si viene o no, Bachelet ya dejó la pelota en la cancha del frente –al menos por hoy– y, de paso, le bajó los decibeles a la pugna ideológica interna entre los suyos, aunque en Palacio saben que eso es sólo por ahora.

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