Ex timonel de la DC respaldó postura de la Conferencia Episcopal
La Iglesia Católica hizo un llamado a «evitar» que en el futuro: el Estado, mediante nuevas exigencias y condiciones para otorgar la subvención, pueda ir unificando el sistema educacional chileno. Al respecto, el ex diputado dijo que el llamado de la Iglesia «es como una posición preventiva, porque han habido declaraciones en contrario que podrían entenderse que buscan un sistema unificado».
El ex presidente de la DC y actual rector de la Universidad Miguel de Cervantes, Gutenberg Martínez, salió en defensa del documento elaborado por la Conferencia Episcopal que hace un llamado a «evitar» que en el futuro: el Estado, mediante nuevas exigencias y condiciones para otorgar la subvención, pueda ir unificando el sistema educacional chileno.
«El ambiente educativo y los actores en el sistema educacional están un poco nerviosos, porque hay incertidumbre respecto de cuál va ser el contenido de la reforma educacional, y por eso, yo diría que todos los actores están fijando posiciones. Ustedes han visto los debates entre las universidades estatales y las universidades que se han denominado tradicionales, las ues de regiones, los colegios particulares subvencionados. Aquí lo que está haciendo la Iglesia Católica es más bien fijar una posición ‘antes de'», indicó el ex diputado en entrevista con el programa «El Primer Café» de Radio Cooperativa.
En ese sentido, dijo que el llamado de la Iglesia «es como una posición preventiva, porque han habido declaraciones en contrario que podrían entenderse que buscan un sistema unificado».
«Nosotros somos partidarios de un sistema de provisión mixta, somos partidarios de un sistema curricular que supone elementos centrales que se fijan nacionalmente, pero también un porcentaje importante de los currículos de los colegios son fijados por la propia comunidad educativa, por el proyecto educativo del colegio y eso se va a mantener de todos modos. Sería un absurdo que así no fuera», reparó Martínez.
De todos modos, hizo énfasis en que «eso está fuera del planteamiento del Ministerio de Educación». Ante la pregunta: ¿Por qué el Estado debe subvencionar una educación religiosa si es un Estado laico?, Gutenberg Martínez respondió: «Por lo mismo que se hace en Holanda y en otros países, por el hecho de que se reconoce a los padres el derecho a generar modelos educativos de acuerdo a lo que se da sus propias concepciones».
«Hay tres conceptos básicos: pluralismo educacional, es decir la sociedad debe reconocer el derecho que tiene la sociedad, la familia, las comunidades a definir proyectos educativos. Ese es un derecho absoluto. Como se ha dicho el derecho a la educación a partir también del respetar el derecho de los padres, de las comunidades, en cuanto a generar sus propios proyectos educativos dentro de líneas centrales que tiene el derecho también el Estado en cuanto a fijar los currículos comunes, las materias atingentes. En segundo lugar, el principio de libertad de enseñanza y, en tercer lugar, el rol que le corresponde al Estado en materia educacional», insistió.
«Si nos metemos en materia de las confesiones o pensamientos, todos en las comunidades tienen los derechos que hemos planteado. Hay colegios Adventistas, Evangélicos, Masónicos, hay colegios de inspiración judía, otros de inspiración católica, mañana podrán existir colegios de inspiración musulmana y por qué vamos a entrar a prohibirlos. Me parecería una cuestión absurda. Y el Estado, en mi concepción, tiene la obligación de favorecer aquello, porque también en términos de la religión hay una concepción moderna que supera la concepción de principios del siglo pasado, que habla de la función pública de la religión. Que se reconoce que la religión tiene una función pública en términos de su quehacer en la sociedad. Y desde ese punto de vista se está reconociendo algo histórico que las comunidades religiosas han cumplido desde antes del Estado un rol de educación», hizo hincapié el ex timonel de la DC.
«El apoyo puede ser distinto y eso se puede discutir. El dejar de apoyar sería injusto. En algunos países donde no se apoya existen mecanismos donde el contribuyente -en parte de sus impuestos- tiene la libertad de destinarlos a proyectos educacionales que a él le satisfagan. Al final de cuenta es lo mismo. En el modelo chileno el Estado tiene que apoyar todos los proyectos educativos en la combinación mixta, privada y estatal», concluyó.
