Además el 72% de sus activos son deudas de sus dueños
El Consejo Nacional de Educación descubrió un desorden financiero que “no permite distinguir adecuadamente las operaciones de la universidad respecto de las sociedades vinculadas a la familia fundadora”. Además, señala que la institución no tiene indicadores para verificar los resultados del proceso de enseñanza. El establecimiento sólo podrá postular nuevamente al proceso de validación en dos años más.
El informe entregado por el Consejo Nacional de Educación (CNED) sobre la sentencia de la no acreditación de la Universidad Gabriela Mistral fue contundente y las razones, entre otras, radicaron en el desorden financiero en que se encuentra y una deuda de más de $7 mil millones.
El documento que explica por qué se le quitó el reconocimiento a la primera universidad privada del país, que fue fundada en 1981, señala que el establecimiento cuenta con un débil posicionamiento, falta de evaluación docente, según informa el diario La Segunda.
“En materia financiera, además de la débil posición en que se encuentra la universidad, el análisis efectuado revela un importante nivel de informalidad y desorden en la gestión y administración financiera”, señala el informe.
Además, agrega que este desorden financiero “no permite distinguir adecuadamente las operaciones de la universidad respecto de las sociedades vinculadas a la familia fundadora, lo que evidencia ausencia de mecanismos de aseguramiento de la calidad en este ámbito”.
Sobre las deudas que mantiene la universidad, el informe señala que ascienden a $7.683 millones, en tanto que a nivel de sus activos (potenciales ingresos de la institución), el 72% de éstos está representado por cuentas por cobrar a empresas y personas fundadoras de la casa de estudios, grupo de deudores que estaría vinculado a la ex rectora Alicia Romo.
Incluso el análisis del CNED concluyó que los activos y los indicadores de endeudamiento, liquidez y solvencia no representaban variaciones significativas desde 2012. Sobre la incorporación a la propiedad del nuevo socio Sodalicio de Vida Cristiana y que controlará la universidad en reemplazo de la familia de Alicia Romo (rectora desde 1981), el informe señala que no hay claridad acerca de qué forma ayudará para incorporar nuevos recursos al plantel.
“Si bien el nuevo socio se ha comprometido a realizar aportes adicionales, no es clara la forma en que se ejecutará; no se conoce la modalidad en que éste se pondrá a disposición de la institución (capitalización, incremento de capital, acceso a endeudamiento, donación), ni las condiciones bajo las cuales se ha pactado, lo que genera una razonable incertidumbre respecto de este proceso”, dice el documento.
Respecto de la docencia de pregrado, el informe dice que la universidad no reporta al Servicio de Información de Educación Superior (SIES) como las otras instituciones, ni puso a disposición indicadores que son los que permiten verificar los resultados del proceso de enseñanza.
“La institución estaría transitando desde una situación marcada por la cultura oral a otra de formalización de procesos”, dice el documento del CNED.
El documento agrega que “si bien se observa la implementación de mejoras orientadas a modernizar los procesos institucionales y a consolidar áreas estratégicas del quehacer universitario, preocupa la ausencia de una visión estratégica respecto de cómo recuperar el posicionamiento perdido”.
