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Rector Pérez: «Mientras el paradigma fue la privatización nunca escuchamos a las ues privadas hablar de este interés por lo público» Cree irrelevante la discusión sobre cuán públicas son las universidades

Rector Pérez: «Mientras el paradigma fue la privatización nunca escuchamos a las ues privadas hablar de este interés por lo público»

Christian Buscaglia
Por : Christian Buscaglia Periodista El Mostrador
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«Entonces, ser público sólo acarreaba costos, ningún beneficio. Pero, claro, como en las calles y en las urnas la ciudadanía ganó la batalla por preservar y fortalecer una educación pública de calidad y equitativa, y hacer al Estado responsable de ella, y dado que el programa de la Presidenta Bachelet contempla un Nuevo Trato, entonces ahora hay posibilidades ciertas de que el Estado asigne recursos a las universidades públicas. Es la búsqueda de ese dinero público lo que está detrás de este repentino requerimiento, recubierto con un elaborado ropaje conceptual», sostuvo la autoridad académica durante su cuenta anual.


El rector de la Universidad de Chile, Víctor Pérez, hizo una dura crítica a las instituciones privadas de educación superior asegurando que su «repentino requerimiento» por ser consideradas «públicas» es sólo para obtener recursos estatales.

La autoridad académica advirtió que el instalar el «Nuevo Trato» o una nueva política del Estado –que es parte del programa de Gobierno de la Presidenta Bachelet– «se va a dar en un escenario complejizado por dos situaciones distintas pero relacionadas».

«La primera, la obstrucción que ya está significando el no tan curioso requerimiento de universidades privadas para ser consideras universidades públicas y tener el mismo tratamiento que las estatales, con el argumento que lo público no es sinónimo de estatal», aseguró Pérez.

Agregando que «mientras el paradigma fue la educación privada y el esquema fue la privatización de la educación superior, nunca las escuchamos hablar de este interés por lo público, ni menos cuando por años a las universidades públicas se nos atacaba ideológica, económica y políticamente y se cuestionaba incluso nuestra existencia. Entonces, ser público sólo acarreaba costos, ningún beneficio.

«Pero claro, como en las calles y en las urnas la ciudadanía ganó la batalla por preservar y fortalecer una educación pública de calidad  y equitativa, y hacer al Estado responsable de ella, y dado que el programa de la Presidenta Bachelet contempla un Nuevo Trato, entonces ahora hay posibilidades ciertas de que el Estado asigne recursos a las universidades públicas».

«Es la búsqueda de ese dinero público lo que está detrás de este repentino requerimiento de las universidades privadas, recubierto con un elaborado ropaje conceptual. Ningún agente externo o institución privada puede arrogarse el derecho a cuestionar la oportunidad y forma en que las universidades estatales se relacionan con su propietario, el Estado, o sea, todos los chilenos y chilenas, eso es, simplemente, inaceptable», insistió el rector.

«Esta discusión sobre cuán públicas son todas las universidades que existen en Chile nos parece de total irrelevancia. El Estado creó y tiene universidades estatales para realizar a través de ellas políticas públicas de educación. Si el Estado no tiene voluntad para sostener y desarrollar sus universidades estatales, debe asumir su responsabilidad y no seguir con la situación actual, donde está condenando a comunidades académicas y regiones del país. No es aceptable, por ejemplo, que el Estado tenga en la Región de Valparaíso dos universidades estatales que reciben menos de un tercio de los recursos públicos que las dos universidades privadas tradicionales de esa misma Región, lo que en la práctica condena a que esas universidades estatales sobrevivan en claras condiciones de desventaja, que plantean sospechas sobre la voluntad futura del Estado. ¿Qué se está buscando? ¿Qué esas universidades desaparezcan, que se fusionen, que sus terrenos terminen siendo vendidos a universidades privadas o centros comerciales? Esa es la discusión de fondo que lamentablemente no existe y que perjudica gravemente a los estudiantes y académicos de regiones», prosiguió.

«Sólo a modo de ejemplo, quiero recordar que las clínicas privadas también pueden alegar tener vocación pública porque se preocupan de la salud de la población. Pero nadie ha sostenido hasta el momento que el Estado deba entregar más recursos a las clínicas que a los hospitales públicos», concluyó.

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