El historiador y doctor en filosofía residente hace poco más de tres décadas en Venezuela, comenta que hoy los estudiantes venezolanos son el espolón, la punta del iceberg de un conflicto sin precedentes.
“Venezuela vive el momento más agudo de la grave crisis de excepción que se arrastra desde hace por lo menos doce años”, sostiene Antonio Sánchez, historiador y doctor en Filosofía, ex dirigente del MIR en Chile y que dejó nuestro país en plena década de los 70.
Sus dichos reflejan la fuerte agitación que arrastra el país en el cual reside desde esa época y que tiene al gobierno de Nicolás Maduro como el principal causante de una crisis económica sin precedentes.
“La muerte de Chávez, coincide con una crisis económica sin precedentes; ha supuesto la desaparición de los dos instrumentos que sostenían al régimen: el carisma del caudillo y la petrochequera. El régimen de Maduro ha colapsado. Los estudiantes son el espolón, la punta del iceberg: la indignación es nacional e irreversible”, expresa.
Acto seguido a este breve análisis de la caótica situación que se vive Venezuela, se refiere a lo que ocurrió con María Corina Machado, ex parlamentaria venezolana que fue despojada de su cargo hace poco más de un mes: “Este hecho es una prueba palpable de que el Parlamento es una ficción, lo preside un capitán de ejército enriquecido a la sombra de Chávez y al servicio de las decisiones del Ejecutivo, puesto en el cargo por Cuba, y de que en Venezuela desapareció la justicia como una institución autónoma. Ha sido una brutal violación constitucional”, argumenta Sánchez.
Para él, en el conflicto venezolano, que tiene al régimen de Maduro y a los estudiantes enfrentados en una lucha antagónica que no pareciera tener fin, la Organización de Estados Americanos (OEA) debe cumplir un rol clave: “Por ahora ha sido escandaloso. Insulza la ha puesto a la orden del Foro de Sao Paulo y las decisiones que allí se determinan, son de manera conjunta con Cuba y la mayoría de la UNASUR. El trato expedito, urgente y exquisito dado a los casos de Honduras y Paraguay, contradice de manera flagrante el comportamiento de su secretario general frente a la crisis venezolana”.
“Decir que en Venezuela no hay méritos para aplicar la Carta Democrática, demuestra una escandalosa falta de ética y responsabilidad política. Una vergüenza para Chile, su patria”, agrega Sánchez de manera enérgica.
Respecto a las cifras de encarcelados, que llegan a un total de 2.434, los innumerables heridos y desparecidos en la crisis político-social que atraviesa Venezuela, Antonio Sánchez explica que el régimen actual no puede desatar la violencia contra las protestas y, al mismo tiempo, pretender llegar a un acuerdo con quienes protestan.
“Maduro ha ordenado aplicar la máxima dureza contra los manifestantes por cadena nacional, provocando 43 muertos, un alto número de prisioneros de manera injusta e innumerables heridos y desaparecidos. Él y la satrapía que conduce son origen y causa de las protestas”, argumenta.
Carlos Franqui, uno de los más destacados intelectuales de la revolución cubana escribió en el 2006: “Es una verdad incontrovertible que el triunfo de la revolución castrista ha sido, y es todavía, el más trágico acontecimiento en la historia de Cuba”.
Antonio Sánchez cita a Franqui y explica “que Cuba vive una tragedia que cumplió 55 años. Ha devastado a una nación que en 1958 tenía casi la misma población, el mismo IPC y prácticamente idéntico PIB que Chile y que hoy sobrevive gracias al milagro de un militar traidor llamado Hugo Chávez; y su régimen que la abastece diariamente con más de 100 mil barriles de petróleo gratis y le regala más de 5 mil millones de dólares anuales”.
¿Y qué rol cumple la derecha en todo este espectro político? Antonio Sánchez hace alusión a las “derechas” en su totalidad, no sólo la chilena. Afirma que ésta paga las culpas por mantener una visión aldeana, carente de grandeza y huérfana de los principios medulares del liberalismo frente a los graves e ingentes problemas de la región.
“Sufre de una apatía congénita y pareciera avergonzada de defender los principios del Libre Mercado y la Libre Empresa, sin los cuales no existe la democracia, la presida un empresario de centro derecha o una socialista criada a la sombra de Eric Honnecker. Frente a la tragedia venezolana ha renunciado (la derecha) a toda comprensión y a toda solidaridad con quienes luchan en defensa de la libertad”, explica Sánchez.
Y agrega: “Ha sido escandaloso verla abrazándose con Raúl Castro y yendo a postrarse en La Habana, sin señalar las profundas diferencias que separan a una democracia próspera libre y justa de una tiranía siniestra como la cubana, que legitiman con su presencia. Los resultados electorales pasan factura. Los principios importan. Saquen sus propias conclusiones”, concluye.
