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Bachelet llega a cuenta del 21 de mayo con la mira puesta en “la dura batalla” de Educación SECOM toma las riendas comunicacionales de la reforma clave del periodo

Bachelet llega a cuenta del 21 de mayo con la mira puesta en “la dura batalla” de Educación

Marcela Jiménez
Por : Marcela Jiménez Periodista de El Mostrador
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“A La Moneda le importa mucho la señal de tener una Nueva Mayoría alineada con los proyectos de Eyzaguirre”, señalan. Por eso, no es casual ni menos gratuita la decisión que se adoptó en Palacio, de que la Secretaria de Comunicaciones (SECOM), que dirige Paula Walker, haya tomado las riendas de la estrategia comunicacional que se desplegará con la reforma educacional, para coordinar, aprobar, elaborar y decidir todos los aspectos del desempeño mediático. Explican en el gobierno que la idea es “que no se repitan los errores que se vieron hasta ahora en la reforma tributaria” y, por lo mismo, “no abrir flancos evitables”, especialmente el llamado fuego amigo, que implica que sean voces de las propias filas las que lideren las críticas, cuestionamientos o diferencias, como sucedió durante todo abril con la reforma tributaria.


Desde el lunes en la tarde que la Presidenta Michelle Bachelet se encuentra en Cerro Castillo abocada a afinar lo que será su primer discurso de 21 de mayo ante el Congreso Pleno. Una cuenta pública a la que llega, a poco más de dos meses de arribar a La Moneda, con el no menor antecedente de tener las filas de la Nueva Mayoría hasta ahora alineadas y varios puntos claves del programa de gobierno ya sobre la mesa, como la reforma tributaria, la eliminación del Multirut, reforma a la educación, la agenda energética, pro crecimiento y el cambio al sistema binominal.

No han dejado de ser intensos los dos primeros meses de Bachelet, especialmente por el terremoto en el norte, el 1 de abril, y el devastador incendio en los cerros de Valparaíso. Sin embargo, dicha intensidad también ha sido el sello desde el propio gobierno, con un despliegue paralelo de iniciativas en diversas áreas, en el marco de las 56 medidas para los primeros cien días de gestión, que se cumplen el 19 de junio y cuyo nivel de cumplimiento llega hasta ahora a poco más del 50%, según el conteo que realiza el propio gobierno.

En el oficialismo dicen que el ritmo de los primeros meses de Bachelet ha sido “el acertado”, porque se pone el acento en “un gobierno que hace cosas”, que “está en movimiento”, que “tiene el control de la agenda” y, especialmente, “que cumple su palabra”.

Eso –agregan en la Nueva Mayoría– sin que la Mandataria haya hipotecado en nada aún su capital político, lo que no deja de ser relevante y bueno para el futuro de la agenda gubernamental los próximos meses. Eso en parte, explicó un senador de la coalición, porque “su estilo de liderazgo (de Bachelet) es tranquilo, eso hace las cosas más fáciles y es ideal para el momento de cambios que vivimos”.

Ese capital político de Bachelet es fundamental –añadieron en el gobierno–, para asegurar la llegada a buen puerto en el Congreso de la reforma tributaria en los plazos establecidos, lo mismo el cambio al binominal y los proyectos de fin al lucro, eliminación del copago y término de la selección. “Si no sacamos estos temas este año, después será muy difícil”, aseguraron en el oficialismo.

El que sí dicen que llega “magullado” políticamente al 21 de mayo es el ministro de Hacienda, Alberto Arenas, luego de la tramitación en la Cámara de Diputados de la reforma tributaria, aunque en la Nueva Mayoría precisan que “esa era su tarea” precisamente, ya que los ministros están para eso, “hacer de fusibles” y evitar que los temas escalen innecesariamente hasta la Mandataria.

[cita]En todo caso, tanto en Palacio como en la coalición saben que este puntapié inicial no es parámetro de nada, que el nivel de “tensión interna” en la coalición será uno de los factores centrales en los próximos meses, porque, desde el día 1 del gobierno, se asumió que la madre de todas las batallas es esta reforma educacional, porque aquí hay diferencias doctrinarias de fondo en el seno de la propia Nueva Mayoría. “La pelea va a ser muy dura”, reconocen desde ya en el gobierno, porque las fisuras internas pueden dar piso, añaden, a las presiones de “los poderes fácticos” y de la mayoría de la oposición por mantener el statu quo.[/cita]

Bachelet llegará mañana antes de las 9:30 horas, con una Nueva Mayoría en orden, que votó –unánimemente y sin salidas de libreto– la reforma tributaria en su primer trámite. Eso sí, en Palacio reconocen que es clave mantener ese alineamiento de las filas oficialistas, tanto para lo que resta del trámite parlamentario de los cambios impositivos, como especialmente en la discusión de la reforma educacional que debe conducir el ministro del ramo, Nicolás Eyzaguirre.

“A La Moneda le importa mucho la señal de tener una Nueva Mayoría alineada con los proyectos de Eyzaguirre”, señalan. Por eso, no es casual ni menos gratuita la decisión que se tomó en Palacio, de que la Secretaria de Comunicaciones (SECOM), que dirige Paula Walker, haya tomado las riendas de la estrategia comunicacional que se desplegará con la reforma educacional, para coordinar, aprobar, elaborar y decidir todos los aspectos del desempeño mediático.

Explican en el gobierno que la idea es “que no se repitan los errores que se vieron hasta ahora en la reforma tributaria” y, por lo mismo, “no abrir flancos evitables”, especialmente el llamado fuego amigo, que implica que sean voces de las propias filas las que lideren las críticas, cuestionamientos o diferencias, como sucedió durante todo abril con la reforma tributaria.

Uno de los objetivos es tener un ministro de Educación que comunicacionalmente responda –esa fue una de las principales debilidades que se le detectó a Arenas– a ojos de la opinión pública, que contrarreste efectivamente los cuestionamientos de la oposición. A su vocería natural se sumarán las de los ministros del Interior, Rodrigo Peñailillo, Segegob, Álvaro Elizalde, y del Trabajo, Javiera Blanco, que son los mejor evaluados a nivel de opinión pública.

Pero también dar la señal interna en el oficialismo de que en todo momento el gobierno “escucha”. Una arista que se notó con los anuncios en materia de educación, con la cena-reunión que el domingo en la noche –un día antes de los anuncios oficiales– que convocó La Moneda para los presidente de partidos de la Nueva Mayoría, los jefes de bancada, los integrantes de las comisiones de Hacienda y Educación. En total, unas 40 personas del oficialismo a las que el comité político y Eyzaguirre, en presencia de Bachelet, explicaron el detalle de los proyectos de educación.

El gesto fue más que bien visto en la coalición, se le consideró “acertado” y que en Palacio demostraron que “van aprendiendo y mejorando”. Y al parecer dio resultado, al menos para asegurar un buen debut de la reforma educacional, ya que cuentan que tanto el domingo en la noche como en el comité político de los lunes, también con los timoneles y jefes parlamentarios de la coalición, abundaron “las declaraciones de buena crianza” sobre los proyectos y expresiones de “una real voluntad política” para hacer los cambios profundos en esta área.

En todo caso, tanto en Palacio como en la coalición saben que este puntapié inicial no es parámetro de nada, que el nivel de “tensión interna” en la coalición será uno de los factores centrales los próximos meses, porque, desde el día 1 del gobierno, se asumió que la madre de todas las batallas es esta reforma educacional, porque aquí hay diferencias doctrinarias de fondo en el seno de la propia Nueva Mayoría.

“La pelea va a ser muy dura”, reconocen desde ya en el gobierno, porque las fisuras internas pueden dar piso, añaden, a las presiones de “los poderes fácticos” y de la mayoría de la oposición por mantener el statu quo.

La presión extra

En el comité político de ayer, el ministro Arenas informó sobre los problemas presupuestarios del 2014, que pasan principalmente por tres factores: los gastos adicionales que deberá desembolsar el Estado para enfrentar los costos de reconstrucción derivados del terremoto en el norte y el incendio en Valparaíso; la subejecución presupuestaria del 2013, y el error de cálculo en los niveles de crecimiento económico.

El primer punto implica unos mil 250 millones de dólares para reconstrucción; el segundo apunta a programas autorizados no ejecutados o ejecutados pero no pagados del último año de la administración de Sebastián Piñera, que se estima en un 20% del gasto no ejecutado que deberá asumirse este año y, por último, la variación en un punto entre la realidad y lo que fue la proyección del crecimiento.

A la salida del comité político, el timonel del PPD, Jaime Quintana, dijo al respecto que “tenemos un problema serio, un ejemplo de la letra chica. Lo que hizo en su oportunidad el ex ministro (Felipe) Larraín fue justamente sobrestimar el crecimiento del país en más de un punto y, por tanto, el país recibirá alrededor de dos mil millones de dólares de ingresos fiscales menos y eso sin lugar a dudas es un problema”.

Otros en la Nueva Mayoría señalan que este ítem no será un tema menor e, incluso, que puede ser uno de los ejes del mensaje presidencial del 21 de mayo, porque apunta directamente a la capacidad de las arcas fiscales para cumplir con promesas y metas establecidas por la administración Bachelet para su primer año e imprime una presión extra al escenario político.

El tema va más allá de las paredes de La Moneda. El ministro Arenas salió del comité político para explicar en detalle, ante la comisión mixta del Senado, que sesionó en la sede de Santiago entre las 12 y 14 horas, esta situación que enfrentan de un “presupuesto restrictivo”.

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