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Aprobación a reforma tributaria sube a 46 por ciento tras discurso de Bachelet apelando a confianza en ella Intervención detuvo la vertiginosa caída de los índices de respaldo

Aprobación a reforma tributaria sube a 46 por ciento tras discurso de Bachelet apelando a confianza en ella

A la hora de abordar la reforma tributaria en su discurso del 21 de mayo, la Presidenta hizo un gesto decidor. Miró a los ojos a los chilenos y chilenas de clase media y les dijo «ustedes conocen a esta Presidenta y saben que impulsa políticas públicas a favor de la gente». Hoy, expertos ven en esta frase una decisión de poner a disposición de su proyecto más emblemático su propio capital político.


Llegó justo a tiempo. El discurso del 21 de mayo, donde la Presidenta Bachelet descartó que su emblemático proyecto de reforma tributaria –con que se financiará el otro proyecto estrella, la reforma educacional– fuera a afectar a la clase media, logró detener la vertiginosa caída que la aprobación ciudadana a la medida estaba viviendo en las últimas semanas. Así quedó de manifiesto en la encuesta Plaza Pública Cadem, donde –desde comienzos de abril– los niveles de aprobación venían cayendo y los desaprobación iban en alza, encontrándose en los 38 puntos durante la primera quincena de mayo. Sin embargo, en los días siguientes al discurso en el Congreso de Valparaíso, la primera retomó el alza y la segunda comenzó a caer. Hoy, la aprobación a la reforma figura en 46 y la desaprobación en 33 puntos.

«Quiero asegurarles a todas las chilenas y chilenos que esta reforma tributaria no la paga la clase media ni la pequeña empresa, las que al contrario se verán beneficiadas por esta reforma. Tampoco se afectará el monto de sus pensiones. Ustedes conocen a esta Presidenta y saben que impulsa políticas públicas a favor de la gente», fue la frase con que la Mandataria atajó los temores ciudadanos. Un gesto que implicó poner sobre el tablero su capital político en defensa de esta emblemática medida. Algo que los expertos explican como un recurso necesario ante una defensa escuálida, poco empática, del proyecto por parte del ministro de Hacienda.

Según explica el gerente de asuntos públicos de Cadem, Roberto Izikson, «lo que ocurrió es que La Moneda hizo esta lectura, recibió esa información, se dio cuenta de que no estaba comunicando bien y de que el ministro Arenas no estaba empatizando con la opinión pública, y Bachelet se vio en la necesidad de intervenir. Primero lo hizo con el reportaje en La Tercera de forma tibia, y después de forma más contundente en el discurso».

En esta apelación que hace en su discurso a la clase media, Bachelet «deja el guión y se comunica directamente con los chilenos (…) Esta frase clave apela a su capital político personal en la defensa de la reforma tributaria y logra revertir el nivel de apoyo que tiene la reforma. Ella puso su capital político en juego, ahora el gobierno va a tener que hacer todo para mantener ese apoyo e incluso aumentarlo», agrega Izikson.

En adelante, señala el experto, «el gobierno tiene que apostar a enfriar la discusión, esperar el Mundial por así decirlo, y entrar de nuevo con una actitud diferente, más parecida a la de ella, en la segunda etapa con las negociaciones».

También hay tareas pendientes para el ministro Arenas, quien «va a tener que buscar formas de empatizar con la opinión pública, cosa que sí logró Bachelet. Si no es su fuerte, sin duda es uno de sus desafíos. Él no puede eludir este tema. Va a tener que buscar la forma para poder desarrollarlo con talento y capacidad, él tiene que lograr conectar de forma empática con la opinión pública. Si no se le va a enredar muchísimo», concluyen desde Cadem.

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