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La trastienda de la asesoría imaginaria de Longueira al ministro de Energía A pesar de la molestia en la UDI optaron por no pegarle públicamente

La trastienda de la asesoría imaginaria de Longueira al ministro de Energía

Marcela Jiménez
Por : Marcela Jiménez Periodista de El Mostrador
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En La Moneda había sorpresa, al punto que un par de ministros llamaron personalmente a Pacheco para preguntarle de qué se trataba lo que decía el ex presidenciable de la UDI, si era verdad que lo había fichado como asesor y cuál era la razón de aquello. Sólo después que el ministro aclaró el panorama, en el gobierno comenzaron a insistir en público y en privado que Longueira no era asesor ni tampoco lo sería, menos alguien –recalcaron entonces– “vinculado al lobby”.


El lunes 9 de junio en la mañana, Pablo Longueira se reunió con el ministro de Energía, Máximo Pacheco. El encuentro fue en la sala de reuniones que usa habitualmente el secretario de Estado para todas sus bilaterales, en el piso 13 del edificio Santiago Downtown II, ubicado a un par de cuadras de La Moneda. Un lugar que, por lo demás, no era para nada ajeno para el ex presidenciable UDI, porque en el mismo edificio también se encuentra la cartera de Economía, la que dirigió durante el gobierno de Sebastián Piñera.

Luego de las fotos de rigor para la prensa, ambos conversaron por casi hora y media, con el documento completo de la agenda energética sobre la mesa en todo momento. Fue una charla, aseguraron en el Ministerio, en el mismo tenor que las otras que ha tenido Pacheco –y ponen de ejemplo la cita con el senador RN Andrés Allamand–, en que una parte del tiempo se dedica a los plazos establecidos para sacar adelante y aprobar la batería de proyectos de ley que implica dicha agenda.

Quienes conocen al ministro Pacheco cuentan que en este tipo de reuniones –y en general como acento de su gestión en Energía– se mueve con plena consciencia de que está en un sector muy complejo, en el que predominan los intereses cruzados y del cual él no proviene, ya que su pasado está más vinculado al mundo forestal. Por eso, ha privilegiado recibir y escuchar todas las opiniones, de distinta veredas, precisamente para tender redes, razón por la cual “recibe a todo el mundo” y “conversa con todos” y es en esa lógica que se inscriben otros encuentros similares al de Longueira, como fueron los que tuvo con los también ex presidenciables Marco Enríquez-Ominami y Alfredo Sfeir.

Pero fue tras la cita que vino la sorpresa generalizada a nivel político en la propia cartera, La Moneda, la Nueva Mayoría, en la Alianza y en particular la UDI, al enterarse por boca del propio ex ministro de Piñera que colaboraría con el gobierno ad honorem y con un régimen de reuniones quincenales en el Ministerio. “A mí lo que me motiva es servir y la invitación que me ha hecho el ministro llena parte de mi vocación de servicio público, que de alguna forma ejercí durante 30 años. No es una vuelta a la política, es una contribución en una cartera que es muy importante, y me cuesta restarme a esta invitación, así que lo hago con el mayor de los agrados (…) voy a colaborar y ayudar en la tramitación de 11 proyectos de ley que contempla esta agenda y ayudarlo también en las materias que él estime conveniente”, dijo ante las cámaras de televisión.

[cita]La jugada de Longueira tiene una segunda lectura en el mundo político, paralela al hecho de que “está pobre de cuentas en su consultora”, y  que apunta a la pugna de poder en la derecha y el gremialismo. “Esto fue parte de la pelea de poder con  Novoa”, afirman, que el ex ministro quiso poner el acento en que él va a jugar un rol distinto, que no es tan monolítica la postura actual del partido que lidera Silva y que tampoco, al parecer, hará defensas corporativas en materias como energía, donde varios vinculados a la colectividad tienen intereses.[/cita]

No pasó mucho rato de eso cuando empezaron a sonar las alarmas en todas las veredas políticas. En La Moneda había sorpresa, al punto que un par de ministros llamaron personalmente a Pacheco para preguntarle de qué se trataba lo que decía el ex presidenciable de la UDI, si era verdad que lo había fichado como asesor y cuál era la razón de aquello.

Sólo después que el ministro aclaró el panorama, en el gobierno comenzaron a insistir en público y en privado que Longueira no era asesor ni tampoco lo sería, menos alguien –recalcaron entonces– “vinculado al lobby”, aludiendo a las dos oficinas que levantó el ex ministro de Economía: la corredora “Ágora” –en sociedad con Juan Enrique Vilajuana, Cristián Leay y Luis Alberto Alcalde– y la consultora LCh&H –que montó con el abogado Luis Hermosilla y el ex ministro del Interior Andrés Chadwick–, que se dedica a gestión de negocios privados.

Es mayoritaria, en el mundo político, la versión de que la consultora de Longueira ha tenido problemas para reclutar clientes, contrario a lo que se pueda pensar con los nombres de peso político vinculados a LCh&H. Explican que el problema pasa porque sus vínculos ya no son los de antes, especialmente en la UDI, donde la mayor influencia la tiene el ex senador Jovino Novoa, desde bambalinas, a través de la mesa directiva que encabeza Ernesto Silva, su delfín político. Por esto –agregaron–, mostrarse públicamente con redes en la vereda de enfrente, con el gobierno, reflotando su antiguo perfil de ser la persona de la derecha con la que realmente conversa y negocia la ex Concertación, “no le venía nada mal al negocio”.

Explican que la reunión con Pacheco la pidió el propio Longueira, que ya habían conversado anteriormente y le había dicho que quería darle su apoyo público a la agenda energética. Cuentan que el ministro le tiene respeto personal e intelectual, casi una relación de afecto, que lo conoce hace años, desde la época del gobierno de Ricardo Lagos, cuando el ex presidenciable UDI era el protagonista de todos los macroacuerdos políticos con el entonces pánzer, José Miguel Insulza.

Así las cosas, acordada la cita, el área de comunicaciones del Ministerio pauteó a las agencias de información sobre la reunión de ese lunes durante el fin de semana, y la misma mañana del encuentro, se hizo un barrido por los medios para sondear cómo sería la convocatoria, algo que –recalcan en el Ministerio– se hace con todas las actividades del ministro.

Durante la conversación a puertas cerradas, Longueira le habría comentado lo positiva que encontró la agenda energética y que le gustaría ayudarlo, ante lo cual el secretario de Estado le dio las gracias. “Le ofreció apoyo público, pero se sobregiró”, afirman en Energía, lo que reafirman en el resto del gobierno, ya que una cosa es la colaboración y otra infinitamente distinta es una asesoría, “hay un océano de distancia”, sentencian algunos en Palacio, mientras otros agregan el acápite de que hay “un comportamiento poco razonable” del ex presidenciable gremialista.

En La Moneda y en la Nueva Mayoría es unánime la opinión sobre el ministro Pacheco, lo consideran “brillante”, que es el ejemplo de una “excelente gestión” y que la prueba de ello ha sido, precisamente, la agenda energética, ya que siendo un tema complejo, delicado, difícil, tanto como la reforma a la educación, hasta ahora avanza sin problemas, ni críticas ni fuego opositor y menos ruido interno en la coalición, como sí ha sucedido con las reformas emblemáticas del gobierno hasta ahora.

Sin embargo, así de unánime es también la opinión en Palacio respecto a que en el “episodio Longueira” el ministro Pacheco lamentablemente “pisó el palito”, que la amistad que tiene con el ex presidenciable –agregaron– no lo dejó advertir la jugada del otrora líder gremialista, que “buscada propaganda” y “levantar su empresa”.

Se dio cuenta porque, dos días después, el propio ministro salió a poner las cosas en su lugar: “Quiero ser categórico, Pablo Longueira no es asesor mío, no tiene ningún contrato”, calificó de “pintoresco” lo sucedido y recalcó que su conversación con él fue una más de las 300 que ha tenido en estos tres meses, con gente de diversos sectores y condiciones, para llevar a buen puerto la agenda energética.

Línea de crédito

En público, desde la UDI hubo una reacción bastante discreta, en la que se dijo que su reunión con Pacheco “abrió las puertas para el consenso con el gobierno”, primero en materia energética y luego en términos políticos. Pero lo cauta de la respuesta se debió a que en la UDI decidieron expresamente bajarle el perfil al tema y, en honor “a la figura de Longueira”, optaron por respetar la línea de crédito que tiene el ex presidenciable en su condición de fundador de la tienda y no salir a cuestionarlo públicamente. “Nadie va a salir a pegarle a Pablo”, recalcaron en el partido.

Sin embargo, el episodio fue tema en el gremialismo, aunque a puertas cerradas. Más allá de una lluvia de bromas internas que ironizaban con lo de la asesoría y supuestos llamados del gobierno a otras figuras del partido, el hecho molestó en el gremialismo.

Fue analizado y discutido en la bancada de diputados de la UDI la semana pasada en Valparaíso. Cuentan que la molestia era porque “no les avisó” y, con ello, los descolocó políticamente e, incluso, más de uno dejó ver que el año pasado, cuando abandonó la carrera presidencial por supuestas razones de salud, se retiró como “héroe” del partido y que ahora reaparecía públicamente “vendiéndose” al gobierno de Michelle Bachelet.

La jugada de Longueira tiene una segunda lectura en el mundo político, paralela al hecho de que “está pobre de cuentas en su consultora”, y  que apunta a la pugna de poder en la derecha y el gremialismo. “Esto fue parte de la pelea de poder con  Novoa”, afirman, que el ex ministro quiso poner el acento en que él va a jugar un rol distinto, que no es tan monolítica la postura actual del partido que lidera Silva y que tampoco, al parecer, hará defensas corporativas en materias como energía, donde varios vinculados a la colectividad tienen intereses.

Un reflejo de esa pugna quedó plasmada en la columna que Novoa publicó en La Tercera, cinco días después de la reunión de Longueira en Santiago Downtown II. “En medio de la crisis energética, el ministro Pacheco partió por lanzar su artillería contra las empresas de distribución de gas, desviando el tema hacia el precio de los combustibles y la rentabilidad de los privados. A continuación, a pesar de la evidente necesidad de generar energía con fuentes propias y limpias, el Comité de Ministros resolvió rechazar el proyecto de HidroAysén. ¿Aporta esto a la solución del problema? En nada, y probablemente en poco tiempo más se dirá que el Estado es el único capaz de solucionar la escasez de energía”, reza el texto.

No se quedó ahí Novoa, quien agregó que “la estrategia del gobierno es ideologizar el debate y, así, en aras de una supuesta igualdad, del fin de la selección o del lucro, busca la sustitución de una economía social de mercado por una centralizada, con un fuerte rol del Estado. Y lo que es más grave: la estatización de la educación persigue transformar, desde las raíces mismas, a la sociedad chilena, buscando imponer una visión, una ideología y una sola forma de vida”.

Explican que Novoa en estos días está apuntando a sortear la mayor debilidad que, a su juicio, tiene la derecha hoy: su incapacidad para articularse como una minoría consistente, capaz de defender la cultura neoliberal del sector y del modelo actual de país.

Longueira optó por la distancia. Durante el fin de semana en una entrevista a El Mercurio, precisó que sus “actuaciones no comprometen a la UDI, ya que no ocupo ningún cargo en el partido” y que “el día que deba pedir autorización para colaborar con el país, creo que ya no sería la UDI que, al menos yo, ayudé a fundar y construir”.

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