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Socialcristianos: los niños rebeldes de la derecha construyen poder La consolidación del movimiento que amenaza al gremialismo en la PUC

Socialcristianos: los niños rebeldes de la derecha construyen poder

Macarena Segovia
Por : Macarena Segovia Periodista El Mostrador
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Construye Sociedad se lanzó hace un par de semanas, pero desde principios de año que se oían rumores de que un nuevo movimiento, acunado en un sector más conservador en lo valórico y contrario a las políticas neoliberales reinantes en la derecha desde la dictadura militar, veía la luz desde la Pontificia Universidad Católica. Ideas que ya habían sido planteadas por Solidaridad al interior de esa institución, clave para la formación y adoctrinamiento de la elite política y económica que conforma la derecha.


La Pontificia Universidad Católica de Chile ha sido el semillero de la derecha y es una institución clave en la formación de su ideario. Allí la disputa por las ideas es un frente que ninguna fuerza política abandona; basta recordar a Jaime Guzmán, que fundó el gremialismo en la UC y desde ahí construyó el sistema político que rige nuestro país por medio de la Constitución de 1980.

Importantes y numerosas figuras del sector provienen de la UC, como la senadora Ena von Baer, el ex vocero de gobierno Andrés Chadwick y el ex Presidente Sebastián Piñera. Por eso, mantener el liderazgo al interior de la PUC se convierte en un factor fundamental para generar futuros líderes. En este contexto, el tradicional peso del gremialismo y la UDI ha visto crecer una competencia importante durante los últimos cuatro años: el socialcristianismo del movimiento Solidaridad, el que se ve consolidado con la creación de un referente nacional.

Construye Sociedad tiene un círculo de dirigentes que provienen de la Católica y varios de ellos de Solidaridad, movimiento que se constituyó en el primer peldaño de una arremetida para quitarle espacio al neoliberalismo en la derecha. Solidaridad se define como un movimiento basado en el socialcristianismo, y “ese nicho puede ser un resabio de la DC o de RN, pero no tiene ningún espacio importante a nivel nacional”, declara Natalia Valdés, estudiante de sociología y candidata a primera secretaria ejecutiva por Solidaridad en el 2013. Natalia proviene de una familia Opus Dei, pero decidió no seguir esa línea, aunque mantiene su catolicismo. También fue presidenta nacional de “Siempre por la Vida”, organización que plantó el grito en el cielo luego de que la Presidenta Michelle Bachelet anunciara que iba a legislar en materia de aborto, el pasado 21 de mayo. Agrega que “nosotros tenemos una preocupación social que muchos asemejan con la izquierda, pero defendemos valores que son más cercanos con la derecha, como la familia”. Su documento fundacional y espíritu confesional están basados en la Doctrina Social de la Iglesia, donde predominan conceptos como la justicia social, la subsidiariedad y la solidaridad, los que son compartidos con Construye Sociedad.

“Los Solidarios” –como los llaman en la PUC–, paradójicamente, tiene su origen al interior del Movimiento Gremial (MG), cuando tras un largo tiempo de pugnas internas entre los que eran más tradicionalistas y los más liberales, contienda que se vio evidenciada en el 2010, cuando Pablo Varas durante su mandato como Consejero Superior del MG, junto a Ruggero Cozzi, quien era presidente del Centro de Alumnos de la Facultad de Derecho (CADE), dejaron el MG y fundaron Solidaridad. Al interior de la Facultad de Derecho aseguran que esta disputa venía desde hace años y se había manifestado a través de una pugna entre diversos profesores de la facultad: un sector heredero de las ideas de Jaime Guzmán, liderado por el historiador Gonzalo Rojas, columnista de El Mercurio, y ligados principalmente al derecho comercial, profesores que en su mayoría habían sido dirigentes del MG en su juventud. Y un ala más confesional y conservadora, que tenía su nicho en el Departamento de Fundamentos Filosóficos, con los profesores Marco Antonio Navarro y Felipe Widow, los que crearon un círculo de formación política, en la que participaban diversos estudiantes, entre ellos Cozzi. Desde el gremialismo han decidido no referirse al episodio, ni tampoco a las consecuencias que trajo consigo el quiebre.

“Cuando Solidaridad apareció fue como una bomba al interior de la Católica, el gremialismo venía en picada y quedó rematado cuando los traicionaron”, asegura una dirigente estudiantil de la UC, quien agrega que “al principio no se entendían muy bien las diferencias, era como más de lo mismo, pero Solidaridad usaba un lenguaje más social y buena onda que los impulsó a nivel electoral”. Natalia Valdés marca la diferencia con el MG y mantiene que su agrupación estudiantil nace debido a una crisis al interior del sistema político y que no se identifican ni con la derecha ni con la izquierda, sino que son más cercanos a un centro político. “Nosotros hemos tratado de rescatar el concepto de comunidad, intentando incentivar la comprensión de que la universidad la conformamos todos. Creemos que la división de cuerpos intermedios –que plantea el gremialismo– le queda un poco corta a la universidad”. Un ex dirigente de Ingeniería de la época declara que “cuando surgió este movimiento fue bien doloroso para el gremialismo, porque no fue un proceso transparente, ellos tenían cargos y participación activa. Pero finalmente ayudó a definir la identidad del Movimiento Gremial y a comprometernos a no instrumentalizar a una federación en función de las visiones de cada uno”.

[cita]“Cuando Solidaridad apareció fue como una bomba al interior de la Católica, el gremialismo venía en picada y quedó rematado cuando los traicionaron”, asegura una dirigente estudiantil de la UC, quien agrega que “al principio no se entendían muy bien las diferencias, era como más de lo mismo, pero Solidaridad usaba un lenguaje más social y buena onda que los impulsó a nivel electoral”.[/cita]

Solidaridad se define de centro, porque tienen diversas discrepancias tanto con la derecha como con la izquierda. Valdés asegura que “nunca se ha visto un movimiento que defienda tanto los derechos de los trabajadores como el derecho a la vida”, pero desde el la Casa Central de la Universidad Católica plantean que Solidaridad ha tenido un desplazamiento hacia el centro por una falta de identidad. “Ellos de centro no son, es gente muy conservadora en lo moral y en lo económico, más que nada son un movimiento antiliberal. En la derecha siempre hemos convivido entre liberales y conservadores y ellos son conservadores”, declara un ex dirigente de Ingeniería, el cual agrega que “uno puede estar en contra de los abusos y estar a favor del libre mercado, ellos tienden a confundir y a plantear una diferencia basada en una caricatura de la derecha”.

Otro punto que llama la atención es que en diversas ocasiones el movimiento ha sido vinculado al sector más conservador de RN, principalmente en el 2010, cuando Raimundo Larraín, hijo del ex mandamás de RN Carlos Larraín, fue candidato por Solidaridad a Consejero Territorial de la Facultad de Ciencias Biológicas. Esto es desmentido por Natalia Valdés, quien asegura que nunca han recibido un aporte u ofrecimiento de algún político y que se financian por medio de fondos concursables de la universidad, donaciones, cuotas de los militantes, más aportes de los egresados que han sido parte de Solidaridad. “Acudimos a gente que le guste nuestras ideas, a nuestras redes, amigos y familiares, pero no a políticos, no hay un partido que nos financie”, aclara. Pero no sólo dinero reciben de sus ex miembros, Solidaridad tiene una estructura que, además de tener una directiva, cuenta con un “consejo”, que está compuesto por personas con trayectoria al interior del movimiento, “una suerte de consejo de ancianos”, declara un ex dirigente estudiantil de la Facultad de Derecho. Además, dice que “actualmente la línea que lidera Solidaridad es la que dejó Cristián Stewart”, una visión más socialcristiana, que desplazó el conservadurismo de Cozzi, línea que antes era denominada “los Mussolini”, cuentan en la UC.

 La continuidad del proyecto

Para muchos Solidaridad ve consolidado su ideal socialcristiano en el surgimiento de Construye Sociedad.

Eduardo Toro, miembro del movimiento, comenta que “hay personas que han salido de Solidaridad y se han ido para allá. Además hay conversaciones y diálogo, pero así como los nexos entre el MG y la Fundación Jaime Guzmán están llenos de mitos y verdad, Idea País y nosotros somos movimientos nuevos con ideas socialcristianas para un cambio cultural”. Y asegura que los únicos nexos que han existido son formaciones políticas a las que han acudido diferentes integrantes de Solidaridad.

Construye Sociedad plantea en su manifiesto fundacional principios como el bien común, la solidaridad como motor de la vida social y la subsidiariedad, los que son impulsados por una serie de ex líderes estudiantiles de la derecha y la centroderecha, colaboradores de la Alianza y hasta de la DC. Su coordinador general es DiegoSchalper, también fundador de Idea País, quien participó de la candidatura presidencial de Pablo Longueira, tras ser contactado por Joaquín Lavín. Proviene de una tradición gremialista: en 2007 fue presidente del Centro de Alumnos de Derecho, en 2008 fue Consejero Superior y dirigió a los estudiantes de la PUC junto a la última federación del MG que recuerda dicha casa de estudios. Ya egresado en el 2010, envió una carta de apoyo a Solidaridad. Otro ex gremialista es Nicolás Garrido, coordinador político de Construye Sociedad; fue jefe de gabinete del ex presidente de la UDI y senador Juan Antonio Coloma y, además, fue asesor de contenidos del ex Presidente Sebastián Piñera. Se les suma como coordinador territorial Cristián Stewart, abogado de la PUC, actualmente dirigente de Un Techo para Chile, que fue candidato por el movimiento Solidaridad a Consejero Superior y posteriormente presidente de la lista para la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (Feuc) 2012, por el mismo movimiento. El soporte programático intelectual lo aporta Eduardo Galaz, académico y profesor de la Facultad de Ciencias Sociales. Finalmente, está Alberto Jara, quien fue parte de Solidaridad y también asesor legislativo del senador Manuel José Ossandón, y Daniel Rebolledo, sociólogo, ex coordinador de comunicaciones de la primera FEUC de la Nueva Acción Universitaria (NAU), del año 2009.

Construye Sociedad se define como una organización pluralista y diversa, pero sus máximos dirigentes provienen de la PUC, una de las universidades más elitistas del país, con un 70% de sus alumnos sobre el tercer quintil de ingresos. Eduardo Galaz asegura que no todos los miembros del movimiento provienen de un sector acomodado, pero que la concentración del poder político o económico siempre es problemática: “Hay una correlación muy fuerte entre el poder político y el poder económico y no estoy muy seguro si es posible desmantelarlo”. En cuanto a la relación con los empresarios, Stewart dice que “no somos antiempresariado, ni tampoco venimos todos de un mundo empresarial, el mercado puede ser un buen instrumento pero no queremos reducir el desarrollo al ámbito comercial, esto nos distancia de la derecha”. Desde Casa Central de la Católica plantean que esta postura antineoliberal, más que una visión de centro, es como un “capitalismo culposo, ya que creen en él como vía para acumular riqueza y lo disfrazan con una Doctrina Social de la Iglesia, que finalmente apunta a lo mismo”.

En cuanto al financiamiento de Construye Sociedad, según Schalper, la mayor parte es aportada por los miembros del movimiento que firman un mandato de aporte mensual, además “también hay aportes de personas naturales, amigos y familiares, que creen en el proyecto y un par de aportes de empresarios, cada aporte de estos no puede superar el 5% del ingreso anual, esto te permite ser libre. Es sin contraprestación, nosotros no vamos a hacerles ningún favor, no recibimos plata de ningún político, ni tampoco hemos recibido ningún ofrecimiento”, sentencia.

Al interior de esta organización emergente, aseguran no tener acercamientos con ningún partido político tradicional, los que le parecen conservadores, ya que buscan mantener el régimen económico liberal instaurado en el país. Pero no pueden desconocer sus nexos y el pasado de algunos de sus integrantes tanto en la UDI como en RN, principalmente con el senador Ossandón, recordado por prohibir la entrega de la píldora del día después en los centros asistenciales en Puente Alto, cuando era alcalde. Ante esta cercanía, Cristián Stewart responde que “hay algunas personas del movimiento que se sienten identificadas con el senador, hay otras que son asesoras legislativas del señor Ossandón, pero más que con él nos identificamos con su visión de sociedad”.

“Para estos movimientos políticos lo importante es mantener una línea entre aquellos que salen y entran a la Católica, como lo hace Revolución Democrática, con la Nueva Acción Universitaria”, aseguran desde la Facultad de Derecho, es por eso que Cristián Stewart y Diego Schalper mantienen una incidencia directa al interior de la universidad. Un ex dirigente estudiantil explica que mantienen un nexo constante con los integrantes de Solidaridad y que son consultados en algunas materias. Galaz comprende la relevancia de incidir en la formación de los alumnos al interior de las universidades y, en su caso, difundir la idea del socialcristianismo en las aulas de la Facultad de Ciencias Sociales. Él establece que “la universidad es una institución política” y, por lo tanto, se ve a sí mismo como un “soporte programático intelectual del movimiento, que busca incidir en la formación teórica de los alumnos y hacer que piensen y sean críticos”.

Además de seguir marcando pauta al interior de la UC, Solidaridad pretende retomar el liderazgo perdido en las últimas elecciones de la FEUC, donde no logró pasar a segunda vuelta y quedó relegado al tercer lugar, tras el gremialismo. Por otro lado, Construye Sociedad pretende estar presente en las elecciones municipales del 2016. “Cualquiera que te diga que no tendrá candidato al Parlamento te miente”, afirma Schalper. Frente a la concreción de un pacto electoral, cree que “las coaliciones que hoy día conocemos van a cambiar, quizás con el nuevo redistritaje a la DC le convenga trabajar con sectores más de centro y lo mismo le puede pasar a la centroderecha”. Respecto a Amplitud y Evópoli, ellos establecen que son un proyecto de ideas, no un pacto instrumental de algunos parlamentarios que se descuelgan de algún partido. “Honestamente, con Amplitud me cuesta creer que podemos encontrar un punto de unión para hacer coalición”, frente a esto, un dirigente estudiantil cercano a los fundadores de Construye Sociedad menciona que “ellos tienen que entender que a futuro uno tiene que trabajar en diversidad y no es gente de centro a secas, es gente de centroderecha y la gran mayoría, casi el 99%, es gente que ha participado y ha sido representada por la centroderecha”.

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