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Ex director de BancoEstado asegura que es un “insulto a la democracia” que se realicen homenajes a Salvador Allende

Ex director de BancoEstado asegura que es un “insulto a la democracia” que se realicen homenajes a Salvador Allende

«¡Qué contrasentido! ¡Qué manera de reírse de la verdad histórica! Ciertamente todos debemos rechazar y lamentar los excesos, que sin duda cometieron algunos bajo el Gobierno militar, pero de ahí a idolatrar a Allende y a poner a Pinochet a la altura de Hitler, hay una gran diferencia», sostuvo Andrés Montero.


Andrés Montero, ex integrante del Consejo Directivo de BancoEstado y ex alumno del colegio Verbo Divino, escribió una columna de opinón publicada en el diario Pulso, donde se refirió al 11 de septiembre de 1973.

«Hace 41 años, en un 11 de Septiembre, yo tenía 14 años. Ese día no tenía clases, pues había paro. Chile estaba enfrentado a un triste e incierto futuro. La agricultura había sido aniquilada por la DC de Frei Montalva y rematada por la UP de Allende Gossens. Los marxistas del gobierno pretendían implementar la ENU, que sería una reforma educacional para alcanzar la ‘igualdad'», sostuvo.

«Las principales empresas de Chile habían sido arrebatadas de sus legítimos dueños y estaban en poder del Estado, pero sin capacidad de producir de manera eficiente. El chancho chino en lata constituía el plato central de nuestra dieta y hasta el pan era un bien escaso. La inflación desbocada, 1.000% anual, impedía que la economía funcionara adecuadamente y ya no había espacio para una intervención de la autoridad monetaria», agregó el ingeniero comercial de la Universidad de Chile.

En lo político, dijo, «el gobierno de Allende había transgredido todos los límites de la decencia y hasta la DC, que le había dado el pase para llegar al poder, era férrea opositora. Allende, entre Guardia Vieja, Tomás Moro y el Cañaveral, bien custodiado por los GAP, se reía de Chile y los chilenos, llevando a sus compatriotas a un enfrentamiento. Las FFAA, de buena fe, entregaron lo mejor de sí para salvar a Chile del conflicto en que se encontraba. Hoy, desde el gobierno, en buenos cargos y con buenos sueldos, muchos de los que antes jugaron a ser terroristas pontifican en contra de la dictadura y dan cátedra de derechos humanos. Allende es homenajeado en la Plaza de la Constitución, insultando a la democracia. ¡Qué contrasentido! ¡Qué manera de reírse de la verdad histórica! Ciertamente todos debemos rechazar y lamentar los excesos, que sin duda cometieron algunos bajo el Gobierno militar, pero de ahí a idolatrar a Allende y a poner a Pinochet a la altura de Hitler, hay una gran diferencia. Al ser testigos hoy de la decadencia de Cuba, Venezuela y Argentina, debemos ser autocríticos de las cosas malas que han pasado en Chile, pero también debemos ser honestos con el rol que jugó la mayoría de nuestros hombres de armas, llamados por el pueblo a intervenir. A nuestros oficiales y suboficiales les enseñaban a prepararse para la guerra, no para administrar un país ni para prevenir externalidades de situaciones complejas como las vividas en el Chile post 73. Hoy podemos argumentar, y con razón, que Pinochet debió dejar antes el poder y que algunos excesos pudieron evitarse. En lenguaje militar: después de la guerra todos son generales».

«Un recuerdo de honor y nuestro agradecimiento, en esta semana tan importante para Chile, para todos aquellos servidores públicos que dieron su vida para recomponer a la Patria. Su misión no estuvo exenta de errores, pero mirado en retrospectiva no caben dudas que el 11 de Septiembre de 1973 será recordado como el día en que Chile recuperó su libertad. Se debe analizar qué habría pasado en Chile si el golpe militar no hubiese acaecido. Cuidemos a la patria de los excesos, para que el tan ansiado nunca más sea una realidad. Aun hoy muchos no quieren acordarse de lo que pasó en Chile y quisieran volver a la UP. Chile no debe volver a la UP, pues fue mala para todos, incluso para los que la defienden. Este ciudadano hace un llamado a quienes tienen el poder de los medios de comunicación, a los periodistas, a los historiadores, a los profesores y también a los políticos de antes y de hoy, a ser más objetivos en el análisis histórico de lo que representó el 11 de Septiembre de 1973», concluyó Montero.

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