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Legalizar la droga: la receta de Klaus Schmidt-Hebbel para reducir la delincuencia

Legalizar la droga: la receta de Klaus Schmidt-Hebbel para reducir la delincuencia

«Al no existir esa base económica, tampoco delinquen por otros motivos y deben emplearse en otras cosas. El negocio principal del narcotráfico violento se acabaría y eso lleva a que no atraigan a nuevos jóvenes a la actividad», sostuvo el economista.


«Si se legalizaran algunas drogas, a las bandas se les acaba el negocio, porque no es ilegal producir, ni vender ni consumir», afirmó el economista Klaus Schmidt-Hebbel, quien considera que esa es la fórmula para reducir la delincuencia y para enfrentar una guerra contra el narcotráfico que en el actual contexto ningún gobierno está en condiciones de ganar.

En una entrevista publicada en La Tercera, en el marco del debate sobre la legalizaación del autocultivo de la cannabis y su uso terapéutico,  planteó que los narcotraficantes, «al no existir esa base económica, tampoco delinquen por otros motivos y deben emplearse en otras cosas. El negocio principal del narcotráfico violento se acabaría y eso lleva a que no atraigan a nuevos jóvenes a la actividad».

«Es lo mismo que en el alcohol: por ejemplo, por cada ‘pito’ de marihuana se cobran $ 600. Pagas $ 400 y $ 200 se van al productor. No deben ser impuestos altísimos, pues eso favorece el contrabando y el mercado negro, como ocurre con el tabaco. Estimamos que la recaudación sería en torno al 0,2% del PIB (US$ 250 mil millones en el PIB nacional). Serían unos US$ 500 millones que podríamos poner en Senda (Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol) u otras entidad para prevenir y educación», agregó.

Respecto a las medidas que actualmente implementa el Ejecutivo, explicó su pesimismo y también ahondó en su receta para revertir las cosas. «No importa si está (Michelle) Bachelet o (Sebastián) Piñera: esta guerra, por definición, no se puede ganar. Y no se puede porque son muy grandes los recursos involucrados en el narcotráfico, ya que siempre van a haber precios altísimos en los mercados que van a ser pagados en barrios acomodados o en nuestras poblaciones. Por eso se propone la legalización desde las drogas más blandas a las más duras, pero por etapas. Nos hemos damos cuenta que la ilegalidad es el campo más fértil para que aparezca el narcotráfico. No sólo se cometen delitos al traficar, sino que la ejecución de esas acciones deriva en otros ilícitos. Si las drogas fueran legales, no existiría este efecto y la delincuencia descendería».

Pero también deslizó una fuerte crtítica a la «falta de voluntad política» para enfrentar el asunto. «No hay cojones en este país y ahí son iguales los gobiernos de derecha o de izquierda: no hay voluntad política para controlar el acceso de los jóvenes a drogas legales o ilegales. Tenemos que ser impopulares y poner Carabineros en las botillerías. Pedir el carnet y que demuestren más de 18 años. Creo que se parte por ahí».

Y sobre por qué su preocupación por este tema, recordó que es una problemática que conoció tras el asesinato de su hijo Diego Schmidt-Hebbel. «Fui víctima de uno de los peores crímenes: el homicidio de mi hijo Diego, que fue asesinado por María del Pilar Pérez hace siete años. Esto implicó que renunciara mi trabajo de economista jefe de la OCDE para hacerme partícipe del juicio por el asesinato. Y luego me involucré en temas de delincuencia en todas sus dimensiones, incluyendo drogas».

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