Gobierno rechaza la idea porque no correspondía al rol del Ejecutivo
La idea era de contratar «bots» o usuarios fantasmas para distintas cuentas como Twitter, Facebook e Instagram, con el propósito de defender al gobierno de ataques de parte de la oposición.
El oficialismo intentó realizar varias estrategias comunicaciones con la intención de posicionar el gobierno y defenderlo de los diversos ataques en las redes sociales, pero estos fracasaron ya que el Ejecutivo los rechazó porque no le correspondían a su rol.
Según señala La Tercera, el vocero Marcelo Díaz ha recibido varias propuestas para reestructurar la estrategia comunicacional del gobierno desde su llegada al ministerio el pasado 11 de mayo, debido a que La Moneda reconoce la necesidad de mejorar su política de difusión en medio de las constantes críticas por parte de la oposición.
Por tal motivo, Díaz ha sostenido reuniones con la Secretaría de Comunicaciones (Secom) y su director, Germán Berger, para establecer una posición, entre la que estaba la idea de una empresa de jóvenes que le recomendó ejecutar una política «agresiva» en las redes sociales.
Para lo anterior, al gobierno se le ofreció contratar «bots» o usuarios fantasmas para distintas cuentas de redes sociales como Twitter, Facebook e Instagram, con el propósito de defender al gobierno de ataques.
La explicación se dio en el contexto en que había que contrarrestar por medio de una plataforma digital y automatizada los cuestionamientos que se formulan por las redes sociales al gobierno, a la figura de la Presidenta Michelle Bachelet y sus reformas.
Con estos datos, el vocero sostuvo una reunión, en octubre pasado, con los presidentes de los partidos del oficialismo, ocasión en que explicó el nuevo diseño comunicacional, el cual también contemplaba el reimpulso de la cuenta de la mandataria en Facebook y Twitter.
De acuerdo a quienes estuvieron presentes en dicho encuentro, la idea de los «bots» no fue acogida por el Ejecutivo, debido a que no era compatible con los protocolos del gobierno en redes sociales ni con el rol de difusión, a pesar que le parecía bien que la defensa la asumieran los partidos políticos.
El contacto de la empresa fue traspasada a los partidos, encomendándose a los secretarios generales estudiar la oferta, quienes se reunieron con un representante de la compañía dedicada a la asesoría digital.
Según señalan los secretarios generales, citados por el diario, la empresa les presentó una exposición en Power Point con el nombre «Comunicación Digital: La batalla comunicacional hoy se libra en la red», en donde se le explicó en qué consistía el servicio y el cuál era la importancia de iniciar una «batalla» con los sectores disidentes del gobierno.
En la Nueva Mayoría varios expresaron que la oposición manejaba el mismo sistema, por lo que era necesario «competir de igual a igual» en la red.
Sin embargo, dos fueron los factores que motivaron el fracaso de la iniciativa: el temor de que la contratación de tales servicios se diera a conocer públicamente y terminara perjudicando más la credibilidad de los partidos oficialistas y en segundo lugar, el alto costo mensual del servicio que sería de $5,8 millones.
Además, varios de los partidos desestimaron el impacto de las redes sociales, indicando que no estaban interesados en dar una batalla en ese espacio. Pero algunos dirigentes decidieron solicitar a jóvenes de sus propios partidos instalar un sistema similar y de manera voluntaria.
