«La relación de conocimiento y aprobación muestra que los partidos tradicionales poseen un alto grado de conocimiento, pero evidencian los niveles más bajos de aprobación», concluye el sondeo.
La encuesta Adimark GfK correspondiente al mes de diciembre incluyó una nueva sección que mide el conocimiento y evaluación de desempeño de los partidos, tradicionales y emergentes, como de las nuevas coaliciones que se han creado.
Los resultados fueron los siguientes: El conocimiento de los partidos políticos tradicionales es altísimo, en cinco de los casos (RN, UDI, PS, PC, PPD) supera el 80% y el Partido Radical alcanza un 70% de conocimiento.
Este conocimiento es muy superior al resto de partidos o agrupaciones emergentes.
La evaluación al desempeño de los partidos muestra, en cambio, un magro resultado. Todos, partidos y coaliciones, obtienen niveles de aprobación inferiores al 30%.
La mejor evaluación relativa la obtiene Revolución Democrática con 48% de aprobación, pero con un nivel de conocimiento que apenas llega al 32%.
Los partidos tradicionales se ubican en los últimos lugares del ranking.
En consecuencia, la relación de conocimiento y aprobación muestra que los partidos tradicionales poseen un alto grado de conocimiento, pero evidencian los niveles más bajos de aprobación.
La aprobación a la gestión de la Presidenta Michelle Bachelet retrocedió dos puntos y se ubicó en 24%, igualando el nivel más bajo registrado en todo su mandato.
En diciembre, la reducción en su aprobación se produjo principalmente en el nivel socioeconómico más bajo (-6 puntos) y en Santiago (-7 puntos).
Mientras que en aspecto ideológico, decayó entre quienes se identifican como independientes (-5 puntos).
«El último mes del 2015 sin duda se recordará como uno de los más difíciles del actual gobierno. Primero estuvo el fallo adverso del Tribunal Constitucional respecto a la glosa de gratuidad en la educación», señala el estudio realizado por Adimark.
En segundo lugar, «el Caso Caval, que desde comienzos de año ha afectado negativamente las evaluaciones del gobierno y de la Presidenta, adquirió gran presencia en los medios tras las sorprendentes declaraciones de su hijo, Sebastián Dávalos, con fuertes acusaciones hacia el entorno del Ex Ministro del Interior Peñailillo, un paro de los funcionarios de la Dirección de Aeronáutica provocó graves alteraciones al funcionamiento de aeropuertos».
«Y para cerrar el mes, un imprevisto viaje de la mandataria a la región de la Araucanía terminó en una polémica con el Ministro del Interior Burgos y con la dirigencia del Partido Demócrata Cristiano, renuncia ministerial incluida, la que luego se informó fue rechazada».
La encuesta concluye que en este convulsionado contexto, no es sorprendente que la aprobación a la gestión de la Presidenta registrara una caída de dos puntos, alcanzado el 24%, el mínimo de aprobación del año y de ambos períodos como presidenta (en igualdad con agosto recién pasado).
De este modo, la Presidenta Bachelet cierra un muy difícil año 2015 con una caída de 20 puntos entre enero y diciembre.
La mayor alza en evaluaciones lo obtiene la ministra Claudia Pascual (Sernam), quien además resulta ser la ministra mejor evaluada de todo el gabinete; esto, a pesar de que su nivel de conocimiento por parte del público es sólo moderado (50%).
En segundo lugar en la evaluación, pero a 10 puntos de distancia, se ubica el Canciller Heraldo Muñoz (69%) quien ha venido desmejorando su evaluación en los últimos meses, ubicándose por primera vez en este mandato por debajo de los 70 puntos. Hay que recordar que en diciembre se reemplazó al Agente Especial en La Haya Felipe Bulnes, por el ex Secretario General de la OEA José Miguel Insulza.
Otros cuatro ministros logran superar el 50% de aprobación: Paulina Saball (55%, +4), Rodrigo Valdés (51%, +1), José Antonio Gómez (50%, -4) y Marcelo Díaz (50%, -2). En la parte inferior de las evaluaciones aparece este mes la Ministra Javiera Blanco (31%, -5), quien desciende 5 puntos en su evaluación. A comienzos de diciembre, la población aún estaba afectada por los efectos del prolongado paro del registro Civil que la ministra Blanco debió enfrentar.
