El persecutor regional de O’Higgins aseguró que «los antecedentes no han sido suficientes” para levantar cargos a Sebastián Dávalos.
El fiscal regional de O’Higgins, Luis Toledo, recuerda que en los inicios del caso Caval «muchas personas dijeron que esto no era nada, que no había ningún delito y que no había ningún hecho que investigar (…) nadie en el país se imaginó lo que había detrás de la causa, ni siquiera quienes la investigamos».
«De hecho –admite– yo partí pensando que los hechos denunciados prácticamente no constituían delitos».
«Hoy estamos dando un paso ya habiendo acumulado una serie de antecedentes que dan muestra mucho mayor profundidad y, por lo tanto, si me pregunta cómo podemos mantener el centro sin perder las distintas aristas, es porque hay un origen en la causa, el que está en la administración de un Convenio Judicial Preventivo que administró determinados vienes en Machalí y cómo terceros se fueron involucrando con ese proceso de negociación. No obstante, existen aristas tributarias, denuncias por estafa. Todo eso se ha ido viendo con paciencia, con pausa, sin prisa», sostiene el persecutor a La Tercera.
De igual modo, destaca la labor del Ministerio Público que ha avanzado «sin considerar quién es la persona que está involucrada, y creo que lo complejo es que de eso se intenta dar un interés político».
«Vincularlo no sé a qué: a la próxima elección presidencial, al destino, a la impresión que tenga la ciudadanía respecto del actuar de la Presidenta. No nos enredamos en esos detalles, simplemente nos abocamos al trabajo técnico», señala.
Asimismo, el fiscal Toledo asegura que no existieron los antecedentes suficientes para atribuir cargos en contra de Sebastián Dávalos.
