Carlos Ominami reitera sus sopechas: «Da para pensar que figuras de la Nueva Mayoría no sean formalizadas en el caso SQM»

El ex senador Carlos Ominami reitera sus sospechas con el hecho que «da para pensar» que figuras de la Nueva Mayoría no sean formalizadas en el caso SQM, acusando que en la clase política hay un «cinismo» y argumentando que le sorprende ser el único político de la centro izquierda que se encuentra formalizado por delitos tributarios junto al ex gerente general de la minera no metálica, Patricio Contesse.

En entrevista con La Tercera, Ominami lanza sus dardo contra el Servicio de Impuestos Internos (SII), afirmando que no han sido estrictamente parciales, porque «en mi caso se retiraron dos de las imputaciones originales del SII. Esto muestra que Impuestos Internos está dando palos de ciego, que se presentan querellas que hacen un tremendo daño y que posteriormente no son capaces de sostenerlas. La verdad es que si a mí me dijeran ‘vaya a defender la imparcialidad de Impuestos Internos’ no podría hacerlo. A eso se suma que ellos hicieron algo que es incorrecto y que yo no me di cuenta: me llamaron a declarar y yo fui de buena fe. Pero ellos no me hicieron preguntas tributarias, lo que me hicieron fue el cuestionario que les mandó la Fiscalía. Eso no corresponde porque las preguntas de la Fiscalía las respondes en sedes judiciales. Y en sedes judiciales lo primero que me tenían que haber dicho era que uno tiene derecho a guardar silencio, y eso no lo hicieron».

Respecto al trato que ha recibido en comparación con otros personeros de la Nueva Mayoría como Rodrigo Peñailillo o Jorge Pizarro, el ex ministro explica que siente haber tenido un tratamiento injusto, indicando que «no conozco a las personas de los otros casos, pero no puede dejar de sorprenderme ser el único político de centro izquierda -además padre de un candidato a la Presidencia- que está en esta situación».

En cuanto al dinero solicitado a SQM, Ominami trata de dejar en claro que no se lo pidió al dueño de SQM, Julio Ponce Lerou, sino que a Patricio Contesse porque «es alguien a quien conozco y a quien respeto. Segundo, SQM es parte de las diez empresas más grandes de Chile. Tercero, es una empresa que cotiza en la bolsa de Chile y en la de Estados Unidos y donde además hay plata de todos los chilenos. También agregaría que SQM fue una privatización ilegal, arbitraria y yo lo denuncié en la Cámara de Diputados como ministro de Economía, y tengo sí que decir que de las privatizaciones no es la peor. Hay otras privatizaciones hechas por otros personajes, algunos de los cuales incluso los he visto en aviones presidenciales».

«Entonces, no acepto reproches éticos, reproches políticos sí. Si me preguntan si lo volvería a hacer, diría que no. Pero más que por una cuestión ética, lo haría por una cuestión política. En esto del decir “no, es que Ponce…” hay algo de cinismo, porque es como sacárselas fácil. Peleé mucho en 2003 para que no hubiera financiamiento de las empresas. Finalmente, no se pudo y esto fue parte de las reglas del juego que son las que son y que uno tenía que someterse a ellas. Pero encuentro que  en decir “mira, yo encuentro que a Ponce Lerou no, pero a todos los otros sí”, hay algo medio cínico.  Lo que quiero sí decir es que cada cual puede hacer los reproches que quiera, hay algunos que se suben arriba de la mesa a hacer discursos éticos, pero creo que es importante restituir el contexto donde las cosas pasan. Y claro, a veces hay algunos que tienen un gran discurso moral, pero son los que no movieron nunca un dedo», sostiene.

Añade que «encuentro que toda esa discusión es compleja, porque en los combates tú no pides permiso. En los combates existen otras reglas. En todo caso no quiero justificarme. Creo que cometí un error político grave. Creo que tengo responsabilidad política y tengo que asumirlo. Lo que sí estoy alegando es inocencia respecto a un delito».

Respecto al silencio de la clase política en cuanto al financiamiento de varios de ellos, el ex senador sostiene que «siento que hay una clase política que está hoy día temerosa. Es una clase política que no ha sido capaz de reaccionar. Aquí lo que impera es decir que las instituciones funcionen y que caiga quien caiga, pero dentro del corazón cada cual diciendo “siempre que no me caiga a mí”.

«Hubo una mezcla de miopía y soberbia por no decir tonterías de no haber advertido que ahí hay una bomba de racimo porque esta cuestión no iba a quedar así. Los políticos con más experiencia pudieron haberse dado cuenta de que esta cuestión es muy delicada. Yo he hablado con algunos de ellos, no te puedo dar nombres, pero algunos de los más importantes del parlamento, del Senado, dicen que es un horror, que fueron débiles y que no fueron capaces. ¿Y por qué no fueron capaces? Dicen que porque todos de alguna manera tenían miedo de ser puestos en primera línea», agrega.

Ominami también defiende a Pablo Longueira, señalando que «a mí me emocionó y me impresionó verlo. Es alguien que conozco, que si bien es súper distante, le tengo respeto. Le tengo aprecio, es una persona que es valiente. Creo que tiene razón cuando alega que de manera injusta se le está crucificando y se le está linchando por la prensa. El intercambio de ese correo parece como una cosa atroz, pero eso puede tener una explicación y la explicación tiene que ver con lo siguiente, que es totalmente corriente, aunque suene políticamente incorrecto».

En ese sentido, concluye con que «estoy de acuerdo con que ahí hay un problema. Hay un problema y se ve mal. El punto es que esto sea por convicción y no por dinero. Mientras no me prueben lo contrario yo no creo que Longueira haya hecho eso por plata. Te lo digo así de claro. Me lo tienen que demostrar».